
México tiene la fortuna –quizá no tan valorada como merecería serlo – de contar con una poderosa “arma” de promoción de su imagen en el mundo: nuestros extraordinarios cantantes que han conquistado con su talento las principales casas de ópera.
A lo largo de mi carrera diplomática, tuve la suerte de conocer y entablar amistad con artistas mexicanos de proyección internacional. Sin ser exhaustivo, quiero dejar constancia de mi aprecio y admiración por los tenores Francisco Araiza (el precursor de todos), Ramón Vargas, Rolando Villazón (a quien le debo mi pasión por la ópera) y Arturo Chacón, el barítono Alfredo Daza, y las sopranos María Katzarava y Rebeca Olvera. Sin omitir – last but not least – a la voz mexicana más aclamada en el mundo operístico contemporáneo: el tenor Javier Camarena.
El pasado mes de enero tuvieron lugar diversas demostraciones del impresionante “poder suave” de México en Europa. Sin demérito de los logros de otros artistas, me gustaría destacar dos que me parecen – subjetivamente – los más sobresalientes.
En primer término, es digna de admiración la gestión de Rolando Villazón como director artístico de la Mozartwoche (Semana de Mozart), que acaba de concluir en Salzburgo. Se dice fácil que un mexicano presida, en la cuna misma del inmortal genio austriaco, el festival internacional más importante dedicado a su memoria.
Esta proeza habla elocuentemente de la versatilidad de Rolando, quien inició su carrera artística como cantante de ópera, llegando a ser uno de los tenores más afamados del mundo, y que en los últimos años ha diversificado exitosamente su talento y creatividad como director de escena, conductor de programas de radio y televisión, y escritor.
Asimismo, Villazón ha sabido aprovechar la plataforma de la Mozartwoche para proyectar al talento mexicano, invitando a presentarse en el festival a destacados compatriotas como Alondra de la Parra, dirigiendo a la orquesta Camerata Salzburg, o el experto en ópera Gerardo Kleinburg, disertando sobre Mozart; poniendo en escena textos de autores como Jorge Volpi, Guadalupe Nettel o Martha Bátiz en el Landestheater de Salzburgo; o llevándole serenatas cumpleañeras, acompañado de un mariachi, a Wolfgang Amadeus a la casa donde nació un 27 de enero de 1756.
No menos impactante ha sido el brillante desempeño del tenor Javier Camarena en España. Durante un reciente viaje a ese país, mi esposa y yo tuvimos el privilegio de acompañarlo en los recitales iniciales, de la muy exitosa gira que está realizando por varias ciudades españolas.
Ante llenos totales en el Liceu de Barcelona y la Kursaal de San Sebastián, fuimos testigos de las prolongadas ovaciones de pie que merecidamente le rindió su agradecido público al que Javier cautivó, en mancuerna con el extraordinario pianista Ángel Rodríguez, tanto por su incomparable maestría interpretativa como por su entrega y pasión.
Desde México, hemos seguido con emoción los conciertos que ha ofrecido en Oviedo y Málaga, acompañado por la orquesta filarmónica de esta ciudad andaluza bajo la batuta del joven y talentoso director mexicano Iván López Reynoso, a los que se sumarán los que se llevarán a cabo durante la primera semana de febrero en Valencia y Madrid. Cabe recalcar que, además de incluir arias operísticas y zarzuelas, Javier invariablemente procura dar a sus programas un toque mexicano, como lo hizo con “El rey” en Oviedo o con “La malagueña” en Málaga, provocando el deleite del auditorio y gritos de ¡Viva México!
Al término de esta gira, que ya ha sido calificada como “apoteósica” por la prensa local, tendremos el privilegio de admirar a Camarena en el Palacio de Bellas Artes, los días 13 y 16 de febrero. Cantará uno de los roles que lo han catapultado al estrellato mundial: el de Tonio en la “Hija del Regimiento” de Donizetti, con su espectacular aria “Ah! mes amis” de los nueve Do sobreagudos, que él ha bisado magistralmente en renombradas casas de ópera.
Promete ser un acontecimiento memorable con el que culminará la conmemoración del XV aniversario de su debut artístico, precisamente en ese mismo recinto capitalino, donde compartirá el escenario con dos miembros del elenco original de 2004: la soprano Rebeca Olvera y el barítono Josué Cerón, y que, como atractivo adicional, contará con la actuación especial de la actriz Florinda Meza.
¡Qué orgullo ver triunfar y compartir los éxitos de estos grandes artistas, recientemente reconocidos como “Mexicanos Globales”! Con su digno ejemplo, enaltecen a México en el mundo y realizan una valiosa contribución al fortalecimiento de la imagen positiva de nuestra gran nación.
Ciudad de México, febrero de 2020.
*El autor es Embajador Eminente de México, en retiro.
Gracias embajador, su relato me inspira para iniciar un breve ensayo sobre un embajador mazatleco que reunió varias virtudes y cuyo legado no ha sido cabalmente reconocido. Me refiero al embjajador compositor y poeta José María Dávila Goldbaum, Luego que lo termine le anexo copia. Saludos.