
El pasado 28 de enero, el Boletín de la Junta de Ciencia y Seguridad de los Científicos Atómicos (Bulletin of the Atomic Scientists’ Science and Security Board, SASB), anunció que el llamado Reloj del Juicio Final avanzó un segundo más desde 2023 y se fijó a 89 segundos para la media noche, lo más cerca que ha estado en sus 78 años de historia. Indicó que las armas nucleares, la crisis climática, las tecnologías disruptivas, las enfermedades infecciosas y los conflictos armados colocan al mundo en un riesgo sin precedente.
El reloj del SASB fue creado 2 años después de las explosiones nucleares en Hiroshima y Nagasaki utilizando la imagen del apocalipsis (medianoche) y el idioma contemporáneo de la explosión nuclear (cuenta regresiva hasta cero) para hacer conciencia de las amenazas a la humanidad y al planeta. Aunque originalmente esta analogía representaba la amenaza de guerra nuclear global, con el tiempo incluyó cambio climático y otros fenómenos que pudieran infligir algún daño irreparable a la aldea global.
Es cierto que cada vez son más los fenómenos que ponen en riesgo a la humanidad, sin embargo, las armas nucleares siguen siendo las de mayor peligrosidad. Las cifras lo constatan ya que hasta 2024, según el Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz (SIPRI) y la Federación de Científicos Americanos (FAS), 9 Estados poseen 12 121 ojivas nucleares, de las cuales el 90% las tienen Rusia (5580) y Estados Unidos (5044); el resto están distribuidas en China (500); Francia (290); Reino Unido (225); India (172); Pakistán (170); Israel (90) y Corea del Norte (50).
En ese contexto, la creación de zonas libres de armas nucleares (ZLAN) es, y seguirá siendo, fundamental para promover el desarme y contener proliferación nuclear. Ante un entorno internacional pleno de tensiones geopolíticas, es pertinente destacar la relevancia del Tratado de Tlatelolco (1967), considerando tanto su significado como su réplica en otras partes del mundo.
Lo fundamental del Tratado para la Proscripción de las Armas Nucleares en América Latina y el Caribe, mejor conocido como Tratado de Tlatelolco, fue demostrar que es posible establecer una zona libre de esos artefactos en una amplia extensión geográfica y densamente poblada. Su marco conceptual -asegurar la ausencia de armas nucleares, contribuir a la no proliferación, promover el desarme general y completo, y utilizar esa energía con fines pacíficos- sentó las bases para la creación de ZLAN similares en otras regiones del mundo: Pacífico Sur, Sudeste Asiático, África, Asia Central.
A 58 años de su suscripción, el tratado de Tlatelolco ha contribuido a la paz y seguridad tanto en América Latina y el Caribe, como en todo el mundo. Un aspecto fundamental en esa dirección es que establece la primera definición de armas nucleares, refiriéndolas como “todo artefacto que sea susceptible de liberar energía nuclear en forma no controlada y que tenga un conjunto de características propias del empleo con fines bélicos.” (art. 5) Adicionalmente, con su creación se establece el primer sistema internacional de control y verificación para garantizar el cumplimiento de sus obligaciones, que recae en el Organismo para la Proscripción de las Armas Nucleares en la América Latina y el Caribe (OPANAL).
La importancia del Tratado de Tlatelolco radica en su enfoque integral de la no proliferación nuclear. Además de establecer restricciones claras respecto a las armas nucleares (prohibir la adquisición, almacenamiento, producción y uso en los países de la región), también promueve la cooperación en el uso pacífico de la energía nuclear, involucrando, además de los países, a la sociedad civil, organizaciones no gubernamentales y a la comunidad científica. Esto ha enriquecido el diálogo y ha permitido tanto una comprensión más amplia de los beneficios y riesgos asociados con la tecnología nuclear como el desarrollo de programas nucleares con fines pacíficos (medicina, energía, agricultura, industria).
Es necesario destacar, empero, que la creación de ZLAN no es un fin en sí mismo, sino un medio para alcanzar, en una etapa ulterior, el desarme general y completo. En ese sentido, los postulados fundamentales del Tratado de Tlatelolco (no producir, adquirir, probar ni poseer armas nucleares) representaron un avance sustantivo hacia la ulterior suscripción de acuerdos enfocados en la contención y extinción de esos artefactos: el Tratado sobre la No Proliferación de las Armas Nucleares (TNP), el Tratado de Prohibición completa de los Ensayos Nucleares (TPCEN) y el Tratado para la Prohibición de las Armas Nucleares (TPAN).
Con el paso del tiempo se ha constatado que los tratados que establecen las ZLAN contribuyen a la confianza, la transparencia, la verificación, y la garantía de seguridad de sus Estados parte. Aunque los cinco tratados vigentes que establecen ZLAN (Tlatelolco, Rarotonga, Bangkok, Pelindaba, Semipalatinsk) tienen similitudes y rasgos singulares, su desenvolvimiento motiva un llamado de atención a dos aspectos fundamentales: 1) la continuidad de las conferencias de las ZLAN, y 2) la necesidad de no cejar en los esfuerzos por establecer nuevas ZLAN en regiones geográficas de gran tensión geopolítica: Asia del Sur (que entre otros países incluye a India y Pakistán), Noreste de Asia (República Popular Democrática de Corea y República de Corea) y Medio Oriente (cuyo establecimiento es parte de una resolución del TNP).
El paso del tiempo ha confirmado con creces la aportación de Alfonso García Robles y otros juristas mexicanos en la contención del armamentismo nuclear y el mantenimiento de la paz mundial. Además de poner en evidencia la inutilidad de fabricar, desplegar y ensayar esos artefactos, el Tratado de Tlatelolco exhibe el legado pacifista y humanista del premio nobel mexicano y avala la relevancia de los postulados de la política exterior mexicana.
Desde una perspectiva más amplia, es la aportación de mayor relevancia de México al mundo para establecer mecanismos que contengan cualquier expresión de las armas nucleares y un referente fundamental en la jurisprudencia internacional que se ha elaborado sobre estos temas después de la segunda guerra mundial.
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