NUBES MARAVILLOSAS. POR LEANDRO ARELLANO

Agua, aire, tierra, fuego… En la concepción vital de los primeros filósofos griegos los elementos de la naturaleza constituían el origen de la vida. Energías arquetípicas, esos elementos representaban para aquellos sabios el principio de todas las cosas, bien que los desvelara la búsqueda de un principio rector, de una causa motora del todo. Algún tiempo debió transcurrir antes de que la especulación filosófica se desligara de la observación científica que ejercían también aquellos varones.

¿Y las nubes? Producto de la actividad de elementos primigenios, fruto de la acción química del agua y del sol, las nubes no son otra cosa sino gotas de agua suspendidas en la atmósfera, que en seguimiento a un proceso natural se transformarán en lluvia, granizo o nieve. La ciencia actual ha acumulado una masa considerable de sus observaciones y estudios, igual que ha desarrollado una ordenada clasificación de sus distintos caracteres y propiedades.

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