Hace mucho tiempo que he pensado en el poco valor que les concedemos a objetos utilitarios o muebles, que han contribuido a dar confort o comodidad a los seres humanos.
Podemos empezar por mencionar muebles, utensilios o cosas básicas como el gran invento del baño, inodoro, toilette, o excusado; para seguir con la silla, en diferentes tipos, materiales y presentaciones o estilos; la mesa de la cocina, del comedor, hasta el escritorio (escolar o de trabajo).
Asimismo, considero justo resaltar lo valioso que resulta la cama, donde dormimos, descansamos, nos recuperamos de alguna enfermedad, o disfrutamos; pero en la que definitivamente pasamos más de una tercera parte de nuestras vidas.
Este mueble que tiene siglos de existencia (ya era usada en las antiguas civilizaciones persa, griega, egipcia y asiria, por ejemplo), pero al cual no le hemos agradecido suficiente, o no lo apreciamos, porque casi siempre hay una cama donde estamos o a donde vamos.
De acuerdo con el Diccionario de la Lengua Española, Real Academia Española, vigésima primera edición, se define a la cama como: “Armazón de madera, bronce o hierro en que generalmente se pone jergón o colchón de muelles, colchones de lana, sábanas, mantas, colcha y almohadas, y que sirve para dormir y descansar en ella las personas. También se le dice cama al lecho donde se echan los animales para su descanso. Se dice cama de liebres, de conejos, de lobos. También mullido de paja, helecho u otras plantas que en los establos sirve para que el ganado descanse…”
En el transcurso de la historia de la humanidad han existido diversos tipos de camas, elaboradas también con diferentes materiales. Por ejemplo se conocen camas de madera, de piedra (que mereció repetidas menciones en una canción)[1], de metal y de otros materiales. Asimismo, se complementan con colchón relleno con borra de algodón, con muelles o resortes, de materiales sintéticos (poliuretano, látex y otros), de agua o aire. También se han usado catres, tapetes, petates, pieles, cartón, mantas para dormir u otros materiales. Unas lucen muy elegantes y otras modestas, pero todas cumplen con la labor de ayudar al descanso.
Los tamaños van desde la individual, hasta la King size (que en sus orígenes no eran tan grandes, los reyes dormían medio encogidos). Asimismo, existen las camas diván o sofá.
En cuestión de estilos los hay el inglés, escandinavo, camas nido para niños (con una caja debajo que se convierte en otra cama); las camas “tamami” japonesas; camas rectangulares, cuadradas y redondas. Otras variaciones o innovaciones como las “camas leto zip” (como las bolsas de dormir pero sobre un colchón dentro de la habitación) y otros estilos. La Cama eléctrica constituida por un “somier” articulado que se acciona por medio de un motor eléctrico. El colchón utilizado es por necesidad de un material flexible como el látex. Cuenta con mando para mover, independientemente, el cabecero y la parte inferior.
Hay camas especiales: Como la ortopédica o de hospital (camas para mayores, articuladas o planas y elevadoras), de incubadora, de tijera, literas o camarotes y hamacas. Las tipo palaciega, con dosel o cortinas y mosquitero; bolsas de dormir o para acampar.
La verdad es que si quisiéramos enumerar todos los tipos de camas existentes o por crearse de acuerdo con las necesidades, costumbres y materiales al alcance de las personas, llenaríamos varias páginas.[2]
Lo importante de esta detallada descripción de la cama es reiterar su importancia en nuestras vidas. Empezando por la creación, como fruto del amor en ese lugar concebimos a quienes serán nuestros hijos y a los que seguiremos brindando cuidados, primero en su cuna y luego en su propia cama.
De ese modo, podemos decir que, en dicho mueble nacemos, descansamos cada día de nuestras vidas y en ese mismo lecho, buscamos la recuperación cuando enfermamos, hasta llegar al fin de nuestro ciclo vital.
En la cama soñamos y en ocasiones, nos trae inspiración para la reflexión y la creación de todo tipo. La verdad es que le debemos mucho y considero que algún día se le hará justicia al resaltar y valorar su importancia para los seres humanos.
Notas:
[1] En Toluca existe un monumento dedicado a los Niños Héroes, al cual la gente le llama “La Cama de Piedra”
[2] También existen las llamadas camas temáticas: nombre que se da a las camas que tienen formas peculiares con temáticas relacionadas con series, objetos como carros o películas.
- Cama abatible: está unida por bisagras a la pared o es parte de un mueble que puede simular ser un ropero cuando está oculta. Posee solo dos patas plegables en el extremo opuesto al anclaje, cuando no se usa se eleva y queda fuera de la vista dejando el lugar de la cama disponible al liberar el espacio que esta ocupa.
- Cama elástica: lona flexible que se une a un bastidor por medio de unos muelles que se utiliza para dar saltos como divertimento.
- Cama «a la duquesa» (lit à la duchesse): con un dosel que sobresale de la pared sin soportes.
- Cama «a la federación» o «a la revolución» (lit à la révolution): con decoración de estilo romano, de moda durante la Revolución francesa.
- Cama «a la polaca» (lit à la polonaise): con dosel sobre soportes de hierro formando una cúpula y cortinas por los cuatro costados.
- Cama «a lo ángel»: variante de la cama a la duquesa con un dosel más corto que el colchón.
- Cama de día: nombre que se da a varios tipos de muebles de descanso diurno, como el diván, la cama turca o la chaise longue.
- Cama «en góndola» (en bateau): de forma curvilínea que recuerda una barca, propia del estilo Imperio.
- Cama imperial (lit à l’imperiale): variante de la cama a la duquesa con el dosel en forma de corona.
- Cama tumbal (lit en tombeau): variante de la cama a la duquesa con el dosel inclinado y el piecero más bajo que el cabecero.
- Cama carriola: cama de baja altura sobre ruedas, pensada para guardarse bajo otra cama y desplegarse por la noche.
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