Introducción. Como ya escribí en ocasiones anteriores, soy un ciudadano mexicano nacido casi a la mitad del siglo XX, en el apogeo de la fatídica 2ª Guerra Mundial y al estar cercano a cumplir dos décadas del XXI, puedo afirmar que soy un “hombre de dos siglos”.
En virtud de lo anterior, me considero un testigo de la historia y puedo hablar de lo que he percibido en el mundo que me rodea y un poco más allá, gracias a los estudios realizados y al privilegio de haber abrazado primero la carrera magisterial y después la profesión diplomática, lo que me concedió la oportunidad de conocer mi país de origen, así como otras realidades. Lo anterior no quiere decir que los lectores y demás ciudadanos no puedan tener sus propias percepciones, conocimientos, o experiencias, que deben de ser muy válidas y respetadas.
En relación con mi propio país puedo asegurar sin faltar a la modestia, que conozco la historia y me he interesado en el análisis crítico de la misma. Posiblemente ya adentrado en los estudios de la escuela secundaria y posteriormente en la Escuela Nacional de Maestros -ejercí el magisterio durante ocho años-, para entonces ya tenía ciertos criterios o juicios de valor sobre el medio que me rodeaba y acerca de la situación nacional. Con la carrera universitaria en la especialidad de relaciones internacionales, el ingreso al Servicio Exterior Mexicano y los 35 años de carrera, se fue consolidando en mí otra visión del mundo y un cúmulo de percepciones distintas, de acuerdo a los tiempos y situaciones que he vivido.”
** El presente artículo fue publicado en la revista digital Enlace México el martes 19 de diciembre de 2017: http://enlacemexico.info
Muy bien mi querido Toño. Un abrazo
Permanecen en tí los valores educativos que adquiriste como Maestro. Es un placer ser alumno tuyo.