Estimados amigos, en la Asociación de Diplomáticos Escritores “ADE”, estamos conscientes que una parte importante de los colaboradores y lectores forman parte de la población perteneciente al sector de la llamada “TERCERA EDAD”, que en determinadas ocasiones buscando eufemismos se les llama de “EDAD AVANZADA”, el “ADULTO MAYOR” y otros. En colaboraciones posteriores podremos comentar o analizar quienes quedan enmarcados en dicha categoría y cuáles son las características que los distinguen.
La idea es crear una sección en la que podamos interactuar, no solo leyendo lo que otros escriben, ya que todos tenemos algo qué comentar o compartir por las vivencias personales, o por algún familiar o amigo. Como una prueba de lo que podemos insertar en este “blog” a continuación comparto un texto que escribí relacionado con padecimientos de hiperplasia prostática benigna, o simplemente inflamación de la próstata. Espero que lo encuentren interesante: EL PÁJARO HERIDO.
“El presente relato no es una novela, cuento, o capítulo de un libro científico, o de medicina. Es un pasaje de la vida misma. ¿De mi vida? ¿De la vida de todos? Muchos se identificarán conmigo, algunos excepcionalmente no.
Pocas veces entre los hombres hablamos de los problemas propios de nuestra “hombría”, de la masculinidad, o del proceso de deterioro orgánico que todos vamos sufriendo al transitar del otoño al invierno del ciclo de la vida.
En el caso del sexo femenino su evolución puede mostrar en el paso de la vida y llegar a la madurez, el momento de la menopausia, periodo en la que intervienen una serie de cambios hormonales que van a provocar alteraciones de gran repercusión en su fisiología corporal.
Los hombres maduros, a los que me refiero en el primer párrafo sufren en determinado momento el crecimiento de la próstata, que es una glándula que forma parte del sistema reproductivo masculino. La próstata rodea el conducto que lleva la orina desde la vejiga hasta el exterior del cuerpo. La próstata de un joven tiene el tamaño aproximado de una nuez. Con la edad, aumenta lentamente de tamaño. Si se agranda demasiado, puede causar problemas…”
Su amigo y seguro servidor Antonio Pérez Manzano
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