ESCENARIOS POST ELECTORALES EN ALEMANIA. Por Jorge Castro-Valle Kuehne*

El 26 de septiembre pasado se llevaron a cabo en Alemania las elecciones generales más reñidas de las últimas décadas. Acorde con los pronósticos previos a dichos comicios, se dio una contienda muy cerrada entre los dos principales partidos políticos de ese país – la unión demócrata-cristiana entre CDU y su hermano bávaro CSU, y el partido socialdemócrata SPD – que actualmente forman la coalición gobernante encabezada por la canciller federal saliente, Angela Merkel.

Cabe señalar que estas elecciones fueron las primeras en las que la señora Merkel no apareció en las boletas desde 2005 cuando se convirtió en la primera mujer en ocupar la jefatura del gobierno de Alemania, por lo que, de manera indirecta, el votante alemán estaba eligiendo a su sucesor tras 16 años en el poder.

Al término de una intensa jornada electoral, el SPD aventajó a la CDU/CSU por 1.6% (25.7% vs 24.1%), el partido de Los Verdes se ubicó en tercer lugar con 14.8%, seguido del liberal FDP con 11.5%, el ultraderechista AfD (Alternativa para Alemania) con 10.3%, el partido de la Izquierda con 4.9%, y otros con 6.6%.

Estos resultados arrojaron la siguiente distribución de asientos en el Bundestag (parlamento federal) en Berlín, compuesto por 735 escaños: SPD 206; CDU/CSU 196; Los Verdes 118; FDP 92; AfD 83; La Izquierda 39; otros 1.

La falta de una mayoría obliga a los partidos a buscar formar una coalición, con lo que Alemania cuenta con vasta experiencia histórica, iniciando con el primer gobierno coaligado entre CDU/CSU y FDP en los años inmediatos a la II Guerra Mundial. Únicamente en dos ocasiones, a finales de los cincuentas y principios de los sesentas del siglo pasado, los demócrata-cristianos lograron gobernar solos bajo los mandatos de los cancilleres federales Konrad Adenauer, el patriarca de la Alemania de la posguerra, y Ludwig Erhard, el padre del llamado “milagro económico alemán”.

En todas las demás ocasiones, previas y posteriores, se han dado coaliciones gubernamentales entre CDU/CSU y FDP; CDU/CSU y SPD; SPD y FDP; y SPD y Los Verdes. De hecho, en algunos de los principales episodios históricos de la Alemania moderna han estado en el poder gobiernos coaligados, como fue el caso de la llamada “Ostpolitik” (acercamiento con la entonces RDA), instrumentada por Willy Brandt (SPD) con su aliado Walter Scheel (FDP) en plena Guerra Fría, o el proceso de la reunificación alemana en 1990, liderado por Helmut Kohl (CDU) y Hans-Dietrich Genscher (FDP).

Esta sería, sin embargo, la primera vez que se tendría que armar una coalición tripartita, previsiblemente la denominada coalición “semáforo” (por los colores distintivos de los partidos que la conformarían), encabezada por SPD (rojo) e integrada además por FDP (amarillo) y Los Verdes.

En teoría, aunque sea poco factible en la práctica, habría otras coaliciones posibles: la llamada “Jamaica” entre CDU/CSU, Los Verdes y FDP; la «Kenia» entre CDU/CSU, SPD y Los Verdes; la “Alemania” entre CDU/CSU, SPD y FDP; y la “Gran Coalición” entre CDU/CSU y SPD, actualmente vigente pero cuya continuación ha sido prácticamente descartada por sus integrantes. Un dato político importante y positivo es que ningún partido estaría dispuesto a incluir al ultraderechista AfD en una coalición gubernamental.

Una incógnita es cuánto tiempo tomará la conformación de un nuevo gobierno dado que no existe una fecha límite para ello. En tres de los cuatro mandatos de Angela Merkel las negociaciones para formar una coalición entre CDU/CSU y SPD se prolongaron 61 días en 2005; 86 días en 2013; y 171 días en 2017. Formar la coalición con el FDP, en su segundo gobierno en 2009, le tomó a la señora Merkel “tan sólo” 31 días. En esta ocasión, se espera poder concluir las negociaciones antes de fin de año,con suficiente antelación al inicio de la presidencia alemana del G7 en enero de 2022.

A la luz del resultado tan cerrado de las elecciones, en sus primeras declaraciones públicas tanto SPD como CDU/CSU manifestaron su intención de entablar pláticas preliminares, por separado, con Los Verdes y FDP con miras a una eventual coalición tripartita.  Sin embargo, fueron estos últimos dos partidos los que optaron por iniciar conversaciones entre ellos con el propósito de evaluar si podrían encontrar bases comunes sólidas para convertirse en una especie de fiel de la balanza en un gobierno coaligado encabezado por el candidato puntero del SPD, Olaf Scholz o, en caso de no lograr un acuerdo, eventualmente hacerlo con CDU/CSU.

Gradualmente, en el marco de conversaciones de sondeo (“Sondierungsgespräche”) que se han sostenido en los últimos días, se ha ido perfilando un acuerdo en principio entre SPD, Los Verdes y FDP que, de poder concretarse una vez que inicien las negociaciones formales, en principio, esta misma semana, haría posible la conformación, por vez primera en la historia de la nueva Alemania, de una coalición tripartita, en este caso la “semáforo”.

Por lo pronto, los partidos se han abstenido de adelantar vísperas tratando de evitar especulaciones o filtraciones que puedan poner en peligro la buena marcha de las negociaciones, tanto en temas de fondo como en cuanto a la distribución de carteras en un futuro gabinete tripartita. La consigna ha sido “Qualität vor Tempo” (calidad antes que velocidad).

Los principales temas a discusión son de carácter interno: modernización económica y digitalización, el llamado “freno a la deuda pública”, redistribución de la carga fiscal, salario mínimo, seguridad social, cambio climático y energías renovables, entre otros.

En materia internacional, se prevé continuidad en la política exterior pro Unión Europea, relación trasatlántica, cooperación multilateral y fortalecimiento de la OTAN, que se ha venido instrumentando. En las relaciones con China y Rusia, es donde podría darse un cambio de matiz respecto a las posturas asumidas por el gobierno de Merkel.

De concretarse el mencionado acuerdo de coalición y, salvo algún imprevisto, todo parecería indicar que se logrará. Esta sería la cuarta ocasión desde la posguerra en la que un canciller federal del SPD estaría al frente del gobierno alemán después de Willy Brandt (1969-1974); Helmut Schmidt (1974-1982); y Gerhard Schröder (1998-2005).

Alemania se sumaría así a la tendencia prevaleciente en la región norte de Europa, destacadamente en Escandinavia con la reciente elección en Noruega, de contar con gobiernos de orientación socialdemócrata.

Si bien se prevé una transición fluida, marcada por la continuidad de las políticas públicas prioritarias en el principal motor económico de Europa, es indudable el enorme vacío que deja una figura como Angela Merkel, cuyo probado liderazgo a nivel europeo y mundial tomará tiempo reemplazarlo.

 

 Ciudad de México, octubre de 2021.

*Embajador Eminente (en retiro)

 

 

 

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