REFERENCIA AL ARTÍCULO “GILBERTO BOSQUES. DIPLOMACIA HUMANITARIA”, ESCRITO POR ANTONIO PÉREZ MANZANO.
San Jerónimo Lídice, 7 de agosto de 2020
Muy estimado Antonio:
He leído con todo detenimiento tu trabajo sobre Don Gilberto Bosques, incuestionablemente, una de las figuras estelares de la diplomacia mexicana. A él lo conocí cuando ya sobrepasaba los 100 años, acompañando a mi abuela Doña Clementina y tengo el privilegio de la amistad por muchos años de su hija Laura.
En el artículo de referencia (Semblanza) señalas que, “Narciso Bassols, como Secretario y, Jesús Silva Herzog, (primero Oficial Mayor y luego Subsecretario al renunciar Luis Padilla Nervo) como Subsecretario, se propuso un proyecto de Reforma al Artículo Tercero Constitucional, para que se estableciera en México la educación socialista.” y que en ese proyecto trabajaron tanto Don Gilberto Bosques como Luis Enrique Erro.
Sin embargo, el propio Jesús Silva Herzog en sus Memorias “Mis trabajos y los años” (pp. 241-242) no se concede ninguna paternidad al proyecto de dicho artículo sino que reconoce que el trabajo fue hecho por Narciso Bassols y el diputado Luis Enrique Erro, luego de que la Convención del Partido Nacional Revolucionario, había elaborado el Plan Sexenal. Agrega Silva Herzog, con lo cual se desvanece cualquier vinculación al texto que reforma el reforma del Artículo Tercero del 12 diciembre de 1934 que, “era un error y un fracaso lógico inevitable; porque ¿cómo iba a implantarse con éxito la educación socialista en un país en que existen todos los grados de la evolución económica, desde la tribu primitiva, hasta las ciudades capitalistas o pre capitalistas sin cambiar antes las estructuras económicas sociales y políticas?”
Queda entonces aclarado que Don Jesús fue, sin duda, uno de los mejores colaboradores que tuvo el Lic. Bassols, y por supuesto también del General Cárdenas quien le confirió temas muy sensibles respecto al petróleo, y les profesó una profunda amistad y respeto a su inteligencia e integridad, pero en el caso avanzado y polémico de la educación socialista, no los acompañó, ni a Erro, ni a Cárdenas, ni a Bassols.
Cordialmente, Hermilo López-Bassols
RESPUESTA A LA CARTA DEL EMBAJADOR LÓPEZ-BASSOLS:
Estimado embajador, agradezco que haya tenido la amabilidad de leer mi artículo que escribí para resaltar vida y obra de don Gilberto Bosques. De acuerdo con su comunicación pareciera atribuirme haber concedido la paternidad del proyecto de reforma al Art. 3º Constitucional al entonces Subsecretario de Educación Pública Jesús Silva Herzog. Lo cual parece una interpretación que no surge precisamente de lo que yo escribí y que a continuación transcribo:
“Situados en los inicios de la década de los años 30, del siglo XX, es dable anotar que, la sociedad mexicana discutía sobre la dirección que debería tomar la educación, sobre todo, en su etapa básica. Algunos sectores exigían que fuera el Estado el único encargado de diseñar y aplicar los programas de educación primaria; otros consideraban que debería de haber libertad para que también participaran la iglesia católica y los particulares.
El problema del laicismo en la educación y las disposiciones gubernamentales en el sentido de reservarse para sí la responsabilidad y la potestad de la enseñanza primaria, secundaria y magisterial, mostraba secuelas del penoso enfrentamiento que tuvo lugar entre 1926 y 1929, durante la llamada “Rebelión Cristera”.
“No obstante dicha situación, estando al frente de la Secretaría de Educación dos hombres prominentes de México: Narciso Bassols, como Secretario y, Jesús Silva Herzog, como Subsecretario, se propuso un proyecto de reforma al Artículo Tercero Constitucional, para que se estableciera en México la Educación Socialista.
En dicho proyecto trabajó arduamente don Gilberto Bosques, diputado y representante del Partido Nacional de la Revolución (PNR), formando parte de la Comisión de Educación y junto con otro joven diputado de nombre Luis Enrique Erro, sostenían que era necesario darle una nueva orientación a la escuela, recuperando así la esencia del sentido social y cultural de la Revolución…
Si leemos con precisión las partes subrayadas del texto, se afirma que en esos momentos estaban al frente de la Secretaría de Educación Pública (SEP), tanto Bassols, como Silva Herzog y que en ese periodo o etapa se propuso el proyecto de reforma varias veces citado, que por cierto se aprobó meses después de que don Narciso Bassols renunció a la SEP.
Reitero que el propósito de mi artículo no era el de reconocer los grandes méritos del licenciado Bassols, ni su ideario político (lo que sí hago en mi libro que a continuación cito y describo)[1]; así como tampoco los del Lic. Silva Herzog.
En razón de lo anterior, destaco la participación de Gilberto Bosques como diputado, formando parte de la Comisión de Educación. Tomando en cuenta que anteriormente ya había ocupado un puesto similar en el Congreso: “Fue elegido diputado federal de la XXX Legislatura del Congreso de la Unión para el periodo 1924 a 1928, mostrando oposición al régimen de Álvaro Obregón. Al final de su mandato, se unió a la rebelión de Adolfo de la Huerta. Vuelve a la Cámara de Diputados en la XXXVI Legislatura. Como presidente del Congreso de la Unión en 1934 respondió al primer informe de Gobierno del presidente Lázaro Cárdenas. Asimismo y junto con Luis Enrique Erro, fue determinante en la reforma al artículo 3o constitucional para incluir la educación socialista.”2
Reciba un cordial saludo,
Antonio Pérez Manzano
Huixquilucan, Estado de México, 8 de agosto de 2020.
[1] En mi libro (publicado hace 36 años) Análisis Breve de la Educación en México, Impresora Galve, 1984, pp. 57-66. Dedico un capítulo (3) a La Educación Socialista, en el que destaco a). Narciso Bassols al frente de la Secretaría de Educación Pública (1932-1934), del cual cito un breve texto: Para esos momentos el iglesia-gobierno acerca de la educación laica no ha sido resuelto y es este uno de los primeros aspectos que deben afrontar los nuevos responsables de la educación del país (Memorias de la Secretaría de Educación Pública). Bassols apunta que el asunto del laicismo, desde su introducción en la filosofía educativa, no ha sido definido en su preciso significado; la escuela laica debe tener ideales positivos que satisfagan las exigencias de la realidad mexicana. Propone una orientación socialista que dé a la escuela un programa fijo y determinado en todo momento (pág. 59) (y puntualiza):
“Si se pretende por ejemplo hacer que la escuela primaria sustente una doctrina socialista sobre la distribución de la riqueza, no se debe pedir una reforma al Art. 3º de la Constitución, a fin de que la escuela deje de ser laica, sino que en el sentido estricto se ha de pedir adición, aumento de un nuevo rasgo distintivo de la escuela: el de ser socialista.” (Guadalupe Monroy Huitrón, Política Educativa de la Revolución 1910-1940, Ed. SepSetentas, México 1975, p. 31).
Asimismo: “Bassols veía el pensamiento socialista como una ayuda para entender el mundo caótico de esos tiempos y las direcciones que el gobierno debería tomar en sus políticas. La base del socialismo para él era la formación de un estado activista que interviniera en los asuntos económicos y sociales.” (De acuerdo con John A. Britton, en su obra Educación y Radicalismo en México, Tomo I, Los Años de Bassols (1931-1934). Ed. SepSetentas, México, 1976, pág. 27).
Otros problemas que tuvo que enfrentar el Secretario Bassols al frente de la Secretaría de Educación Pública, fueron los asuntos relativos a una propuesta sobre la educación sexual; así como las que surgieron de la Convención de Querétaro de diciembre de 1933, del Partido Nacional de la Revolución, con el propósito de elaborar el Plan Sexenal para el gobierno de Lázaro Cárdenas. En el capítulo dedicado a la educación, se seguía hablando de la educación laica y las propuestas del ala radical del partido que insistía en implantar la educación socialista. Asimismo, se pedía modificar la Constitución para impartir una “educación racionalista considerada como aquella que trata de implantar en el educando un concepto racional y exacto del universo y de la vida social.”
A lo anterior se vinieron a sumar discusiones y protestas públicas por el asunto de la libertad de cátedra en la Universidad Nacional y por conflictos con el sindicato de maestros, en mayo de 1934 el licenciado López Bassols presentó su renuncia al Presidente de la República Abelardo L. Rodríguez, siendo sustituido por Eduardo Vasconcelos. No obstante, el paso de Bassols por la Secretaría de Educación Pública arrojó muy importantes logros y avances, empezando por el impulso a la “Escuela Rural”, el fomento a las “escuelas fronterizas” y las mejoras al magisterio nacional, entre muchos otros logros…”
El 10 de octubre de 1934 fue presentada en la Cámara de Diputados la iniciativa, conteniendo la reforma al Art. 3º Constitucional, siendo aprobada sin un voto en contra. En tanto que, en la Cámara de Senadores fue aprobada dicha modificación el 20 de octubre del mismo año, pero en este caso sí hubo votación dividida: 36 votos a favor y 13 en contra. (Análisis Breve de la Educación en México, pág. 64).
2. Tomado de Wikipedia
Bibliografía complementaria relacionada con el tema:
- Isidro Fabela, Maestros y Amigos. Ed. INBA, México, 1962;
- Leopoldo Zea, Del Liberalismo a la Revolución Mexicana. Ed. Instituto Federal de Capacitación del Magisterio, México, 1963;
- Guadalupe Monroy Huitrón, Política Educativa de la Revolución 1910-1940. Ed. SepSetentas, México, 1975;
- John A. Britton, Educación y Radicalismo en México, Tomo I, Los Años de Bassols (1931-1934). Ed. SepSetentas, México, 1976;
- Francisco Larroyo, Historia Comparada de la Educación en México. Ed. Porrúa, México, 1970;
- David L. Raby, Educación y Revolución Social en México, Ed. SepSetentas, México, 1974;
- Víctor Bravo Ahuja, La Obra Educativa. Ed. SepSetentas, México, 1976.
- Revista “El Maestro Número 12”. Ed. Secretaría de Educación Pública, México, 1970.
- Teresa de Sierra Neves, La Escuela Socialista. Tomado de www.biblioweb.dgsca.unam.mx
Estimado Antonio, leo detenidamente la respuesta al Sr. Embajador y no debo más que estar de acuerdo con lo publicado. Bosques Jamás, repito, jamás se apropió de nada que no fuera suyo y, cuando fue así, siempre lo atribuyó a tu pais: no fui yo, fue México. En su etapa en Francia con el Sr. Bassols siempre estuvo de acuerdo con él, eran dialogantesy, quizás, el retorno de don narciso, no haya hecho justicia a su labor humana en Francia, aunque bosques lo vivió y padeció más tiempo.
Reitero mi admiración a personas que, como tú, sabéis desprender conocímientos que alimentan nuestras memoria. Abrazo.
Estimado José Luis, agradezco tus amables comentarios. De este diálogo todos ganamos al profundizar en el tema que mantiene en el centro el nombre de don Gilberto Bosques. Saludos hasta Segorbe, España.