Una actividad realizada en años recientes con gran ahínco al interior de la cancillería mexicana, específicamente de la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AMEXCID), es la identificación de las experiencias de mexicanos en el exterior involucrados con el conocimiento científico, el desarrollo tecnológico y la innovación, así como la promoción del ejercicio diplomático, en el ámbito científico, que realiza el personal del servicio exterior mexicano.
Lo anterior confirma la relevancia de lo que se conoce como diplomacia científica y que en términos latos refiere la interrelación de la ciencia, la tecnología y la innovación (CTI) entre naciones para afrontar los problemas globales comunes de nuestra época: cambio climático, pandemias, seguridad alimentaria, desabasto energético y migraciones, entre muchos otros.
Por eso fue oportuno que la AMEXCID creara en 2019 un Consejo Técnico Científico y Tecnológico, el cual se transformó en el actual Consejo Técnico del Conocimiento y la Innovación (COTECI), integrado por personalidades con amplia trayectoria profesional en los ámbitos académico, científico y tecnológico, a fin de “insertar a México en los principales ecosistemas de innovación a fin de impulsar soluciones nacionales, regionales y globales en sintonía con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y con los desafíos actuales de la humanidad en diversos ámbitos”.
Aunado al establecimiento de su estructura y funcionamiento, en 2022, en el marco de una reunión de embajadores y cónsules, se estableció una Red entre las Embajadas, Consulados, Misiones y el COTECI a fin de promover el conocimiento científico, el desarrollo tecnológico, la innovación y el intercambio de experiencias y crear un espacio de asesoramiento para los tomadores de decisiones encargados de la resolución de desafíos en nuestro país.
El primer resultado de esta suma de esfuerzos es la publicación de “Red COTECI-CTI: Posicionando a México en el Ecosistema del conocimiento y la Innovación” obra reciente compuesta de dos tomos en los cuales se registran acciones, investigaciones o proyectos realizados por mexicanos en otros países y que fueron identificados por las embajadas, consulados y misiones de México como posibles aportaciones a la estrategia de desarrollo nacional.
Primer movimiento
El primer tomo de esta obra incluye una veintena de representaciones de nuestro país en el exterior -15 embajadas y 5 consulados- que explican las estrategias que han diseñado y las actividades que han promovido a fin de generar algún efecto positivo para nuestro país en materia de investigación, innovación y desarrollo tecnológico. En la segunda parte, se incluyen 12 semblanzas breves de mexicanos que realizan actividades profesionales en algún ámbito científico-tecnológico en los países donde radican actualmente.
A través de 179 páginas, el lector identifica las principales acciones con las que se materializa la diplomacia científica mexicana. En lugar de una agrupación geográfica, lo que discurre es un orden alfabético que dificulta identificar tendencias en las acciones y en las herramientas mencionadas. Algo similar ocurre al integrar indistintamente a embajadas y consulados, sin hacer distingo en su alcance y margen de acción.
Una primera diferenciación visible en el contenido de esta obra son las acciones realizadas por los consejeros en innovación, ciencia y tecnología asignados exprofeso y aquellas ejecutadas por los agregados de cooperación del servicio exterior mexicano. Al respecto, los casos de Alemania y Países Bajos son paradigmáticos de lo que representa, en términos de gestión y resultados, el contar con estos profesionales en las representaciones de México en el exterior.
En el caso de los agregados de cooperación, el cúmulo de sus acciones reflejan pleno apego a la práctica de cooperación internacional que nuestro país desarrolla con gran efectividad desde varios años. Este aspecto, que no demerita ni su desempeño ni sus aportaciones a la obra del COTECI, exhibe una realidad de apremiante atención. Una efectiva diplomacia científica requiere cuadros profesionales que garanticen su ejecución en cualquiera de las variantes que comprende: ciencia en diplomacia (coadyuvar en el fortalecimiento de los objetivos de política exterior); ciencia para la diplomacia (gestionar cooperación científica para mejorar las relaciones bilaterales) y diplomacia para la ciencia (facilitar la cooperación internacional científica).
Aun con variantes en el estilo y la extensión de los textos incluidos, es posible identificar tanto los países con mayor potencial para desarrollar estrategias específicas de diplomacia científica, como las herramientas más afines para posicionar a nuestro país en las principales tendencias de investigación, innovación y desarrollo tecnológico.
Con relación a los países, no hay ápice de duda en que son los europeos, tanto individualmente, como grupalmente a través de la Unión Europea, los que representan la mejor opción para México en lo que al ejercicio de la diplomacia científica. Esto comprende tanto temas como variantes de interacción.
De los ejemplos incluidos en la obra del COTECI destacan la semana de la ciencia -que dedica 1 día a México- y la vinculación con la Sociedad Max Planck en Alemania; los encuentros entre científicos de México y España, con la colaboración de aliados estratégicos (UNAM, Casa México); el establecimiento de un ecosistema binacional de innovación con Noruega; la estrategia de la embajada de México en Países Bajos en diversos ámbitos de la ciencia y tecnología, y la amplia gama de variantes de cooperación con la Unión Europea con la que México tiene un estatus de aliado estratégico (Global Gateway, Misiones I+D+i, Becas Erasmus, Centro Conjunto de Investigación, entre otros).
Otro aspecto que confirma este libro es la relevancia que han adquirido las ciudades en las relaciones internacionales en la actualidad. Así, al referir las acciones de algunos consulados, devela la relevancia que algunas de estas urbes tienen para México en su conjunto, y para algunas entidades en particular, en su estrategia de diplomacia científica. Dos casos fundamentales son San Francisco, donde se encuentra el mayor ecosistema de innovación mundial y donde el consulado mexicano realiza una labor fundamental para vincular a las compañías tecnológicas instaladas en esa urbe con investigadores y Startups mexicanas. El otro es Boston, sede de las principales universidades y centros de investigación del mundo y donde el consulado mexicano participa activamente en un círculo diplomático de ciencia y tecnología que involucra a la oficina de innovación de Suiza en esa ciudad.
La ausencia o representatividad limitada de otras regiones y países en el libro no demerita las acciones realizadas con Australia, Canadá, Grecia, Israel, Kenia, Sudáfrica y Santa Lucia, sin embargo, representa un llamado a reorientar esfuerzos hacia otros ámbitos donde la diplomacia científica también podría ofrecer oportunidades y beneficios.
Finalmente, en el terreno individual, es loable la integración de personalidades mexicanas que realizan aportaciones notables en los países que las acogen, desde la medicina hasta la astronomía, biología, sustentabilidad, desarrollo humano, física e ingeniería, entre otras.Vistas en conjunto, estas personalidades constatan la solidez de los capítulos de la Red Global Mx en algunos países y la efectividad de la circularidad del conocimiento.
Segundo movimiento
El segundo tomo de “Red COTECI-CTI: Fortalecimiento de la Diplomacia Científica de México en conocimiento, tecnología e innovación”, publicado en marzo de 2023, se planteó, a través de casi una treintena de casos, “explicar las razones por las cuales México se ha posicionado en el mundo como un referente en CTI creando un puente para el asesoramiento de los tomadores de decisiones encargados de la resolución de problemas globales”.
A diferencia del volumen anterior, esta ocasión se incluye un breve marco teórico y conceptual que favorece la comprensión de su contenido. Así, se señala que la Diplomacia Científica puede entenderse como “la confluencia de actividades y objetivos que la ciencia, la tecnología y la innovación se plantean, y, por otra parte, las acciones que una nación realiza, a niveles bilateral, multilateral, regional e internacional, para impulsar el logro de resultados que le permitan hacer frente a retos que encara o estima encarar en el futuro”. De forma fáctica, señala que esta variante de la diplomacia busca facilitar los contactos, la interacción y la colaboración entre centros de educación superior y actores de gobierno locales en materia de política pública y de políticas de cooperación internacional para lograr que la población en general sea beneficiada y se obtengan resultados a través de la cooperación internacional.
Un primer aspecto de los casos incluidos es la presencia de mexicanos que realizan actividades en los ecosistemas de investigación, tecnología e innovación en los países donde actualmente radican. Aunque meritorio, este muestrario refleja más bien la efectividad de las labores realizadas por quienes forman la Red de Talentos Mx, una responsabilidad que recaería en el Instituto de los Mexicanos en el Exterior, dejando al margen otras herramientas de la diplomacia científica.
Así, veinte embajadas, dos consulados y dos organismos multilaterales comparten sus acciones realizadas en época reciente en materia de acuerdos y memorándums, intercambio de expertos, estadías de científicos, redes que facilitan el intercambio en CTI y otorgamiento de becas, entre otros.
Alemania confirma ser un polo de atracción para científicos mexicanos. Mientras que Japón, con la reunión bianual de rectores, es un modelo de internacionalización académica con notables dividendos para nuestro país. Por su parte, los acuerdos en diversos ámbitos de la CIT confirman ser un cimiento seguro para desplegar acciones concretas en países como Argentina, Panamá, Serbia, o Trinidad y Tobago.
Un aspecto de gran relevancia en esta segunda parte de la obra es el cúmulo de herramientas que menciona para desarrollar la diplomacia científica. Lo preponderante se observa en Países Bajos, donde el portal Mexicanos haciendo Ciencia, despliega además de creatividad, pautas de emulación para otras representaciones de nuestro país en el exterior. También singular es la estrategia de Italia respecto al establecimiento de cátedras México en diversas universidades de ese país y sobre diferentes campos del saber.
Otros casos son los de Canadá, con su boletín de cooperación académica MEXICAN, y la vinculación con eventos internacionales sobre CIT, como lo hacen Francia con un foro anual organizado por el Instituto de Estudios Políticos de París (Sciences Po) para reflexionar sobre los grandes problemas de la humanidad y plantear soluciones y Suecia, con el Nobel Prize Dialogue, cuya primera presentación para América Latina tuvo lugar en México recientemente.
Sobre esta última tendencia de vinculación internacional un caso notable es el Science and Technology in Society Forum (STS) del cual México es miembro distinguido desde 2021. Se trata de un espacio establecido en 2006 por Koji Omique es considerado como el Davos de la CTI por convocar anualmente a gobiernos, empresarios, científicos y academias a analizar y definir acciones conjuntas. Lo relevante es que, como resultado de las gestiones de la cancillería mexicana, la primera edición del STS para América Latina y el Caribe se realizó en México en marzo de 2023.
Dos apreciaciones finales sobre este segundo volumen: el reconocimiento de las ciudades como centros generadores de CTI y la relevancia de los foros multilaterales para la diplomacia científica mexicana. Sobre el primer caso, la presencia mexicana en Barcelona, sede del Centro de Diplomacia Científica y Tecnológica (Science and Technology Diplomacy Hub), donde el Ulises Cortés coordina el grupo de inteligencia artificial en el marco del Barcelona Supercomputing Center, lo cual ofrece amplias oportunidades futuras a nuestro país. En el segundo, la participación de México en la ONUDI y la OCDE, que confirma la ventaja de ser parte de debates y propuestas colectivas que, sin duda, fortalecen la estrategia nacional en materia de CTI.
Siguientes movimientos
El próximo lanzamiento del tomo 3 de esta serie, dedicado al rol de las mujeres en el fortalecimiento de la diplomacia científica mexicana, constata la visión de largo alcance de la Red COTECI-CTI respecto al registro y evolución de esta variante de la diplomacia mexicana. Los actores las variantes y las herramientas de esta práctica, que inició formalmente en 2019 con el establecimiento del COTECI, son campo fértil para la edición futura de nuevos tomos o de nuevas publicaciones que exhiban el posicionamiento de México en lo que ya es una práctica diplomática reconocida internacionalmente.
Considerar contenidos temáticos o geográficos (binacionales y regionales) sería de gran valía para próximas ediciones. Aunque los tomos comentados comprenden un amplio abanico, hay países y regiones que ameritan atención minuciosa. En el primer caso, los países con diásporas notables de profesionistas mexicanos (Estados Unidos, España, Reino Unido, Francia y Alemania) podrían dar la pauta para realizar ejercicios monotemáticos. Un contenido en la misma dirección podría ser el estudio de países que destacan por sus niveles de conocimiento, innovación y tecnología en la actualidad: China, India, Corea y Singapur, entre otros.
Respecto al acercamiento regional, una lectura grupal permitiría establecer prioridades e identificar oportunidades colectivas en aras de una mayor eficiencia -de esfuerzos y de presupuesto- a nuestro país. Al respecto, con excepción de la Unión Europea, sin duda el conglomerado más analizado, aproximaciones a los países de Asia-Pacífico y del Medio Oriente son apremiantes. En menor nivel de relevancia -no de prioridad- se encontrarían Norteamérica y América Latina. El caso de Medio Oriente es paradigmático ya que el único país incluido en la obra comentada es Arabia Saudita, dejando al margen actores relevantes en CTI como Qatar, con uno de los principales ecosistemas de educación y avance tecnológico del mundo, o Emiratos Árabes Unidos, ubicado entre los 30 países con altos índices de innovación del mundo.
En todo caso, la publicación de los dos volúmenes comentados es motivo de celebración. Con ellos se confirma la prioridad que la cancillería mexicana otorga a la diplomacia científica y la relevancia del COTECI para promocionar su ejercicio, tanto desde la AMEXCID como a través de las representaciones de México en el exterior.
*RED COTECI-CTI: Fortalecimiento de la Diplomacia Científica de México en conocimiento, tecnología e innovación, tomos I y II. Javier Dávila Torres (coordinador) Primera edición, 2023. Secretaría de Relaciones Exteriores, México.
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