VIII. LA TOTAL IMPUNIDAD DEL ESTADO ZIONISTA.

En el número anterior de nuestra revista publiqué un artículo sobre el “Estado Emperador” (Israel) y, a medida que el conflicto en el Medio Oriente se expande, me pareció importante remarcar la condición privilegiada y única que Estados Unidos y potencias europeas occidentales, y la propia Unión Europea, conceden al régimen zionista* israelí.

Lo primero a destacar es que las mal llamadas Fuerzas de Defensa (?) de Israel continúan las masacres de civiles en Gaza, y ahora también en el Banco Occidental, no obstante las denuncias reiteradas en las redes sociales y, con algunas honrosas excepciones, en los medios internacionales de comunicación.
Lo segundo, no obstante una sentencia de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), los colonos judíos continúan tomando posesión ilegalmente de viviendas, tierras, cosechas y ganado de palestinos, siempre al amparo del ejército o la policía israelí.
En efecto, el pasado 19 de julio, la Corte determinó que Israel debe evacuar a los colonos israelíes de los territorios palestinos, desmantelar el muro de separación de Cisjordania y devolver las tierras a los residentes originales. Señaló además, que la construcción y expansión de asentamientos israelíes en Cisjordania y Jerusalén Este, el uso de los recursos naturales de la zona, la anexión, la imposición de control permanente sobre tierras y la imposición de medidas discriminatorias contra palestinos, “violan el Derecho Internacional”.

Se añade que “el abuso de Israel de su condición de potencia ocupante”, hace que “su presencia en el territorio palestino ocupado” sea ilegal y debe terminar lo más rápido posible.

Destacó asimismo, que Israel debe poner fin de inmediato a la construcción de asentamientos, eliminar los existentes, y pagar la restitución por los daños.

Parte relevante de esta Opinión Consultiva de la CIJ, es la que indica que el Consejo de Seguridad y la Asamblea General de la ONU y todos los Estados, tienen la OBLIGACIÓN de no reconocer la ocupación como legal, ni “prestar ayuda o asistencia” que permita mantener la presencia del Estado judío.

Esta Opinión la da la CIJ en respuesta a la solicitud de la Asamblea General de la ONU de 2022, para que hiciera una evaluación de las consecuencias de la ocupación, asentamiento y anexión de Israel (Agencia de Noticias France 24, 19 de julio de 2024).

El primer ministro Netanyahu, como ya es costumbre, rechazó la opinión, tildándola de falsa, que busca distorsionar una verdad histórica y que esos territorios “forman parte de la patria histórica del pueblo judío” (Agencia de Noticias AP de la misma fecha).

Es decir, para Israel, no se encuentra en territorios palestinos ocupados, sino en su tierra, contraviniendo el Derecho Internacional.

En tercer lugar, se recuerda que, desde que se inició la guerra contra los palestinos el pasado 7 de octubre de 2023, el  movimiento Chiita Hezbolla de Líbano, anunció su apoyo a Hamas y que atacaría al ejército zionista hasta que se llegara a un cese del fuego. Lo mismo hizo el movimiento Houti, desde Yemen, que ha entorpecido el tráfico marítimo de y hacia Israel y, ocasionalmente, ha lanzado misiles hasta el territorio de ese país.

A medida que se observó un incremento en las acciones del ejército de ocupación en Gaza, también crecieron los lanzamientos de drones y cohetes de Hezbolla.

Hace unas semanas, las noticias internacionales informaron de la explosión de miles de aparatos de localización en Líbano, causando algunas muertes y cientos de heridos y, un día después, también explotaron otros equipos de comunicación, en lo que se identificó como una operación del Mossad en contra de Hezbolla, y que afectó no solamente a militantes de ese grupo, sino también a cientos de civiles.
Las acciones militares de Hezbolla, que se habían centrado en el lanzamiento de drones y cohetes al territorio de Israel, se incrementaron de manera muy  importante, y el movimiento se dijo listo para enfrentar una invasión por tierra de parte de Israel.

El día 1º de octubre se informó que el ejército zionista, después de bombardeos constantes en Líbano, había iniciado una operación terrestre “limitada”, causando graves daños, tanto humanos, como materiales y a que el gobierno de ese país declaró que si Israel ingresaba a su territorio, se uniría a Hezbolla.

El último incremento de los ataques de Hezbolla se debió al asesinato por Israel de su máximo líder en Beirut, en donde atacó, con bombas de una tonelada, cuatro edificios de departamentos, causando la muerte de más de 700 personas, según información de redes sociales.

En cuarto lugar, debemos recordar que Irán tenía pendiente una respuesta a Israel, por violaciones del Derecho Internacional cometidas por el Estado zionista, entre ellas, el asesinato en la capital de Siria, en las instalaciones del consulado Iraní en esa ciudad, de altos mandos militares iranís, así como el asesinato en Teherán del Secretario General de Hamas, quien asistió a la toma de posesión del nuevo jefe de Estado de Irán.

Por cierto, ninguna de las acciones ilegales de Israel mereció la condena de Estados Unidos y las naciones de la OTAN, ni siquiera, como es “normal”, que una vez más  bombardeara Siria, país con el que no está en guerra.

Así, el día 2 de octubre en curso, coincidiendo con el inicio de las acciones militares de Israel en Líbano, Irán lanzó una andanada de misiles balísticos, que detonaron en instalaciones militares y del Mossad cercanas a y en Tel Aviv, ataque del que no se sabe a ciencia cierta su impacto real.

Los Estados Unidos, Francia, Inglaterra, Alemania y la Unión Europea condenaron enérgicamente el ataque -no la invasión de Líbano y los bombardeos en Siria, la detonación de los aparatos electrónicos, ni los asesinatos de dirigentes cometidos por el Mossad-, y el G-7 se reunió de emergencia para evaluar la situación y reiterar su total apoyo al Estado judío que, como siempre lo señalan, tiene derecho a la legítima defensa.

Israel, por su parte, en voz de Netanyahu, hizo una declaración amenazante, señalando que Irán había cometido un grave error, porque abrió la puerta a una respuesta demoledora.

Además, el canciller israelí declaró “persona non grata” al Secretario General de la ONU (?), porque no condenó “inequívocamente” el ataque iraní, a quien además acusó de apoyar a terroristas, violadores y asesinos, refiriéndose a las supuestas violaciones de mujeres el 7/10 por elementos de Hamas.

La oficina del Secretario General respondió a los señalamientos puntualizando que “sólo es un ataque más, por así decirlo, al personal de la ONU por parte de Israel… una declaración política más que legal” (La Jornada, 3 de octubre de 2024). El Secretario General, después del ataque iraní, “condenó la ampliación del conflicto en Medio Oriente” y la “escalada tras escalada. Esto tiene que parar. Necesitamos un alto al fuego” (ibídem).

Por su parte, el presidente Biden, dijo que no acompañará a Israel en la idea de bombardear las instalaciones del proyecto nuclear de Irán y que, si bien tiene derecho a defenderse, “podría hacer un ataque de manera proporcionada”.

Esta última opinión del presidente estadounidense debiera ponerse en un marco en el Salón Oval de la Casa Blanca, pues es un llamado a la moderación a Israel, cosa totalmente novedosa.

Es importante resaltar que Irán, los Houtis y aún Hezbolla, han dirigido sus ataques a objetivos militares en territorio israelí, mientras que Israel, cuando ataca, lo hace sin mirar los “daños colaterales”, siempre cientos o miles de civiles.

Resulta realmente revelador y muy preocupante, la declaración del  Canciller de Líbano, informando que, un día previo al asesinato del dirigente de Hezbolla y muchos de sus comandantes, este había aceptado una propuesta de alto al fuego, información que se había comunicado a Estados Unidos y Francia, nueva posición del dirigente de Hezbolla y oportunidad de lograr un cese al fuego, que no se  corresponde con la celeridad con la que, desde el edificio de las Naciones Unidas, Netanyahu ordenó el asesinato.

Como respuesta a la amenaza de Israel a Irán, el Jefe del Estado Mayor de ese país, declaró en esta fecha, que si Israel se atreve a atacar a su país, la respuesta destruirá toda la infraestructura israelí.

Resumiendo: para EEUU y los países miembros de la OTAN, todo lo que Israel hace está justificado, incluso si se trata de una violación del Derecho Internacional, como los bombardeos en Siria sin que exista una declaración de guerra; Israel no tiene derecho  -en opinión de la CIJ- a ejercer el derecho a la legítima defensa en Gaza y Cisjordania, territorios palestinos ocupados.

Estamos en un escenario en el que podría desatarse la III GM, y con ello la extinción de los humanos, pero no se entiende, si todos los Estados, incluidos los EEUU y los europeos, están de acuerdo en la solución de los dos Estados, por qué no se obliga a Israel a aceptarla.

Es evidente que Benjamin Netanyahu no tiene ningún  interés en terminar con la guerra, pues le esperan dos juicios por corrupción desde hace años, además de que el Estatuto de su partido prohíbe terminantemente la creación del Estado palestino, y sus aliados de partidos religiosos insisten en que toda la tierra de palestina, y otros territorios, les pertenecen por mandato divino.

En estas condiciones, y teniendo presente la capacidad de influencia de Israel en Estados Unidos y la OTAN, resulta muy preocupante que se mantenga el apoyo incondicional al Estado zionista, porque realmente su soberbia y mesiánica visión de sí mismo, podría llevar al mundo a la confrontación final.

Irán tiene ahora un tratado con Rusia en materia de seguridad, e Israel lanzó un ataque muy cerca de una base militar rusa en Siria, por lo que el presidente Putin hizo un llamado a sus ciudadanos en Líbano e Israel a que abandonen esos países. Se estima que en Israel hay más de un millón de ciudadanos rusos. Ese llamado puede tener varios significados, todos ellos de peligro de más guerra.

Para concluir, cito el siguiente texto, tomado de la publicación estadounidense “EL CABLE”, del grupo  “Judíos por La Paz”, de la secta de la Tora, del 2 de octubre actual (Traducción libre):

“Después de un año del genocidio de palestinos, Israel está desarrollando una campaña de terror y destrucción que lleva a toda la región a un punto más cercano a la guerra total… Esta semana, Israel bombardeó Gaza, Líbano, Siria y Yemen en un solo día… Siguiendo la ejecución del gobierno de Israel de la limpieza étnica y la invasión terrestre del sur de Líbano, ayer el gobierno iraní lanzó cientos de misiles balísticos en Israel… Esta escalada en curso, trae cada vez más cerca una guerra devastadora en la que cada persona estará menos segura… Un año de impunidad para genocidio israelí nos ha traído hasta aquí. El rechazo del gobierno de Estados Unidos a imponer cualquier consecuencia a los crímenes israelís contra la humanidad, ha hecho sentir al gobierno de Israel que es libre de seguir escalando y expandiendo la destrucción… La última escalada ha provocado el desplazamiento de un millón de personas en Líbano, y el riesgo de matanzas de más hombres, mujeres y niños. Entre tanto, Estados Unidos continúa apoyando esta catástrofe…”

Coincidiendo con esta sentencia del grupo judío estadounidense, el 5 de octubre se dio a conocer en la red social X, una filtración de mensajes entre las más altas autoridades estadounidenses, en los que se evidencia que, desde que comenzó la “respuesta” del régimen zionista a las acciones de Hamas, sabían perfectamente la gravedad de los ataques militares a civiles, de la decisión del gobierno de Netanyahu de cortar los suministros de alimentos, agua y medicinas para los palestinos, y del uso de armas estadounidenses en condiciones que están prohibidas por leyes de su país.

Se informa que tanto el presidente Biden, como el Secretario de Estado Blinken, no atendieron las observaciones que otras autoridades les hacían sobre el impacto de las masacres y el costo que podría tener el involucramiento de su gobierno en apoyo a Israel, y por el uso de las armas estadounidenses, así como sobre las relaciones con las naciones árabes. Nada detuvo la complicidad, el silencio y el suministro de armas al Estado zionista.

Ciudad de Guatemala, a 6 de octubre de 2024.

 

Sergio J. Romero Cuevas,

Embajador de México (r)


*Término tomado por el autor: “del fr. sionisme, y este del al. Zionismus, de Zion ‘Sion’, nombre de una de las colinas de Jerusalén, e -ismus ‘-ismo.

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