Mucho se ha escrito sobre el proceso que desembocó en la creación del Estado de Israel, el 14 de mayo de 1948. Hecho que contó con todo el apoyo de Gran Bretaña gracias al dominio de este último país en el Oriente Medio, y a una Resolución de la ONU, la 181, de noviembre de 1947, que estableció un plan para dividir Palestina entre Israel y los palestinos (que un documento oficial del gobierno israelí señala como la creación de “un Estado que aglutinara a la población de habla árabe…”).
Sin embargo, detrás de este hecho histórico y esta definición que interpreta la resolución de la ONU, está la implícita negación israelí de la existencia de los palestinos, dueños históricamente de toda esa región que así se llamaba: PALESTINA.
No es el objeto de este escrito definir si la creación de ese Estado fue correcta o no, sino precisamente, a lo que ha llevado ese hecho, hasta el día de hoy, en el que la entidad zionista lleva a cabo un genocidio contra la población palestina impunemente.
Guerras es lo único que sobra en la historia del Estado zionista, comenzando con la Nakba (catástrofe en árabe), cuando Israel masacró a miles y expulsó a cientos de miles de palestinos en 1948, que perdieron sus propiedades y sus tierras, todo su patrimonio y su forma de vida. Muchos palestinos viven aún hoy como refugiados en campos en los territorios ocupados por Israel, en Jordania, Líbano, Siria y otros países del área.
También las Guerra de los Seis Días, la del Yom Kipur y la de Líbano. Todas estas guerras han sido en contra de países vecinos, así como contra grupos armados, como la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y su dirigente histórico, Yaser Arafat, Hamas y Hezbollah.
Desde luego, Israel no acepta, de ninguna manera, que se establezca un Estado palestino en sus fronteras, aduciendo que su existencia estaría comprometida, cosa que no tiene sentido, pues de llegarse a crear dicho Estado, sería con garantías totales para la seguridad de ambos.
Lo que está en el fondo de este rechazo es que Israel y los judíos zionistas en general, dicen que la tierra de Palestina le perteneció a sus antepasados y que, “DIOS SE LAS REGALÓ, POR SER EL PUEBLO QUE JEHOVA ELIGIÓ COMO EL SUYO”, aunque, desde siempre, allí han vivido y coexistido judíos, musulmanes y cristianos.
Resulta inaceptable que Israel haya sido condenado por el Consejo de Seguridad de la ONU en muchas resoluciones y que solamente en una o dos haya cumplido con lo que ordenaba el Consejo, y hasta eso, parcialmente.
Por ejemplo, la Resolución 242 (1967), llamó a Israel a retirar sus fuerzas de los territorios ocupados en la Guerra de los Seis Días, cosa que hizo parcialmente, señalando que la mencionada Resolución no exige la retirada completa de todos los territorios ocupados, sino que abogaba por una “paz segura y reconocida” para Israel y que su retirada debía estar sujeta a negociaciones directas con los palestinos y otros Estados árabes.
A la fecha, la comunidad internacional y la propia ONU, han seguido instando a Israel al cumplimiento de esa Resolución.
La Resolución 497 (1981), declaró nula y sin efecto la anexión de Las Alturas del Golán por parte de Israel, y así varias más.
La ONU y la gran mayoría de la comunidad internacional, incluso los Estados Unidos, estiman que para solucionar definitivamente el conflicto es indispensable la creación del Estado de Palestina, pero todas las negociaciones previas han hecho acuerdos parciales que no han llevado al objetivo de la primera resolución.
Resalto que mi escrito no tiene por objeto hablar del pasado lejano o más o menos lejano, sino del reciente y del presente.
El 7 de octubre de 2023, las fuerzas de resistencia a la ocupación de Gaza, Hamas, lanzaron una operación militar en contra del Estado ocupante, Israel, acción que por su amplitud sorprendió al mundo entero.
Sin embargo, lo verdaderamente sorprendente fue que al ejército de Israel le tomó 6 horas reaccionar ante el ataque y su reacción, como siempre, comenzó siendo brutal. Personeros del gobierno, incluido el Primer Ministro Benjamin Netanyahu, lanzaron declaraciones inauditas sobre la determinación de exterminar a Hamas, y que su respuesta duraría hasta acabar con ese grupo terrorista y que nada los detendría. A estas, se añadieron otras diciendo que los palestinos no son seres humanos, sino bestias humanas.
La información comenzó a fluir y en unas cuantas horas, se dijo que Hamas había asesinado a unos 1,200 o 1,300 israelíes; también, noticias falsas que hablaban que en su ataque, los “terroristas” habían cortado la cabeza a 40 bebes y cometido actos de violencia sexual contra mujeres capturadas como rehenes.
En noviembre, un asesor de Netanyahu declaró que el gobierno había bajado la cifra de asesinados a unos 300, sin aclarar si fueron militares o civiles, pero a esta noticia no se le dio difusión, de hecho, el periódico Haaretz, a diario, recuerda que el conflicto se inició por el asesinato de 1,200 israelís.
El presidente Biden y expresidentes de Estados Unidos, el secretario de Estado Blinken y jefes de Estado y de gobierno de todo el mundo, al condenar la “acción criminal de Hamas”, primero, como es ya costumbre cuando Israel masacra a civiles palestinos, dijeron que “Israel tiene el derecho a defenderse”.
Esta afirmación contradice la opinión de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), emitida a solicitud de la Asamblea General de la ONU sobre la construcción de un muro que separa a Israel de Gaza, y que estableció que el Estado judío, por ser Estado ocupante, “NO TIENE DERECHO A LA LEGÍTIMA DEFENSA”, además de que el muro era ilegal.
En la respuesta del ejército zionista, se aplicó la directiva Hannibal, que obliga a matar a sus propios compañeros que estén siendo secuestrados por los “terroristas” para evitar rehenes.
Con el paso de los días, el mundo comenzó a levantar la vista y constatar que Israel estaba asesinando a civiles desarmados, en grandes cantidades y sin reparar en ello. Es decir, los militares no estaban atacando solamente a Hamas, sino también a la población civil, con aviación, artillería y tanques de guerra.
El Primer Ministro Netanyahu reiteraba ante la prensa occidental que todo se estaba haciendo observando las leyes de guerra, en cuanto a la protección de civiles se refiere, resaltando que el zionista, es: “el ejército más moral del mundo” (sic).
Sin embargo, declaraciones de personeros del gobierno y religiosos ortodoxos confirmaron que se iniciaba una guerra de limpieza étnica, un genocidio.
Curiosamente, los medios de comunicación de occidente no estaban dando cuenta de los crímenes de lesa humanidad que todos estábamos viendo en videos en las redes sociales. Las grandes cadenas de televisión y medios escritos jamás publicaron lo que en las redes se hace.
Entre estos hechos, comenzaron a filtrarse videos tomados desde los helicópteros militares, en los que se apreciaba que perpetraron un ataque a las personas que habían asistido a un concierto el 7/10, sin reparar que eran civiles israelitas y extranjeros y entre ellos, algunos guerrilleros de Hamas: le dispararon a todo lo que se movía. Lo mismo ocurrió en un Kibutz lleno de israelitas, donde un tanque de guerra disparó al interior, matando a muchos de los que estaban escondidos ahí, repito, israelitas.
La comunidad internacional árabe se reunió y declaró que si bien condenaba el ataque de Hamas, la respuesta de Israel había rebasado todos los límites y se estaban violando las leyes de guerra al involucrar a la población civil en los ataques a Hamas.
El Consejo de Seguridad de la ONU se ha reunido varias veces para discutir la situación y no pudo pasar, en varias ocasiones, una resolución que exija cese al fuego por que los Estados Unidos las vetan.
Esta actitud de los Estados Unidos en apoyo de Israel, llegó al extremo de enviar una flota marítima en la que incluyó varios destructores y un gran portaaviones y aceleró la entrega de municiones para la aviación, tanques y artillería a la nación zionista. Naciones europeas también desplazaron navíos de guerra en apoyo a Israel.
Los Hutis de Yemen, por su parte, mantienen los constantes ataques a barcos que se dirigen a Israel, incluidos los de guerra de EEUU e Inglaterra, a los que han causado daños con misiles y drones y han establecido que todo barco que se dirija a Israel será objetivo militar, hasta que se detenga el genocidio en Gaza.
Tanto EEUU, como Inglaterra, han atacado a los Huties sin causar ningún impacto real que los detenga, y si, tuvieron que retirar al portaaviones Eisenhower del área.
Por su parte, los combatientes de Hezbollah mantienen ataques constantes a Israel con misiles y drones, causando daños en áreas civiles y se dicen prestos a enfrentar al ejercito zionista.
El gobierno de Sudáfrica presentó una demanda ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), señalando a Israel como responsable del delito de GENOCIDIO, gestión ésta a la que se han unido países latinoamericanos, México incluido, y algunos otros, como Turquía, y otros tres países europeos, entre ellos España, han anunciado se unirán a la demanda sudafricana.
Sin embargo, hasta la fecha, la CIJ solamente ha llamado la atención a Israel sobre los ataques a la población civil que pueden constituir genocidio y que detuviera su ataque a Rafah. Sobre el primer señalamiento, Netanyahu celebró que no se hubiera ordenado un cese al fuego, y más adelante, advirtió “NADA NOS VA A DETENER”.
Dicho y hecho: los crímenes de lesa humanidad, masacres y asesinatos de menores y mujeres, continúan sin cesar.
Ni siquiera las suaves críticas provenientes del presidente Biden son tomadas en consideración y, menos aún atendidas.
Al día de hoy, Estados Unidos no reconoce que en Gaza se esté cometiendo un genocidio, con más de 35 mil civiles asesinados con armas y municiones proporcionadas por ese país y Alemania.
Sin embargo, el entorno de este conflicto para Israel resulta muy negativo, pues al nivel mundial, las protestas populares por el genocidio en Gaza, han afectado los apoyos que Estados Unidos y los miembros del G-7 le siguen brindando al nivel de sus gobiernos.
De igual manera, la situación económica-financiera del Estado zionista es muy delicada y, además del entorno de las presiones militares de Hamas, Hezbollah y los Hutis, hay una enorme presión interna de los propios ciudadanos israelitas en contra del primer ministro y su gobierno, fundamentalmente porque no se ha logrado un acuerdo para la liberación de los rehenes que Hamas mantiene en su poder (más de 100), y que exigen nuevas elecciones.
Muchas personas se preguntan de dónde viene el enorme apoyo de los Estados Unidos al Israel zionista, y la respuesta se encuentra hoy en las redes sociales, en donde se han evidenciado los “apoyos” (sobornos) que la organización AIPAC (American Israel Public Affairs Commitee, la mayor organización del lobby zionista en los Estados Unidos), da a los presidentes, senadores, congresistas y políticos estadounidenses, que ha llevado a Netanyahu a decir que Israel maneja a los Estados Unidos, especialmente al Congreso.
En Estados Unidos hay Estados que, en sus leyes, penalizan a quienes insulten a Israel. Se publicó una frase en las redes que dice: “ESTADOS UNIDOS ES EL PAÍS DE LOS LIBRES…HASTA QUE TE METES CONTRA ISRAEL” (SIC).
Esto lo confirma la represión policial contra estudiantes y profesores de muchas universidades estadounidenses, al igual que al grupo judío “de la Tora”, que es totalmente contrario al zionismo y que se manifiesta en varias ciudades de ese país.
Otro factor de preocupación para Israel es la emigración de sus ciudadanos a partir del 7/10 que, según cifras reveladas en los medios internacionales, alcanza ya medio millón que se fueron definitivamente del país.
Y mientras corren ríos de palabras y de tinta, la situación de los palestinos es cada día peor, pues lo tremendo de esta guerra de exterminio no se circunscribe a la matanza de palestinos, sino a las acciones de limpieza étnica del zionismo, cuando se ha destruido cerca del 80% de la infraestructura física de viviendas, hospitales, universidades, escuelas, bibliotecas, servicios de agua, electricidad, etc., para evitar que los palestinos regresen a sus viviendas, a sus costumbres, escuelas, a su memoria, con la destrucción de los archivos nacionales, y la entrada de ayuda alimentaria y médica enviada por la ONU y otras organizaciones.
Sudáfrica hizo un esfuerzo adicional al pedir que se incluyera a Alemania por estar aprovisionando a Israel de armas y municiones, pero esta demanda no fue aceptada por la Corte Internacional de Justicia.
Estamos pues frente a un delito que se creó precisamente por los crímenes cometidos por el nazismo en contra de los judíos que, ahora, son los que lo cometen.
Sin embargo, ahora estamos frente a un escenario en el que el perpetrador no recibe castigo alguno de la comunidad internacional, salvo, insisto, de parte de los Hutis y Hezbollah.
El Israel zionista ha logrado controlar de manera efectiva a la clase gobernante de la mayoría de las potencias occidentales, en especial, la de los Estados Unidos, que hace todo por evitar, siempre, cualquier castigo por las innumerables violaciones del D.I. por parte de Israel.
Ejemplos recientes de esto, además del genocidio en Gaza, son: el ataque a las instalaciones diplomáticas de Irán en Siria, asesinando a varios integrantes del ejército iraní, hecho que Irán respondió con un ataque en suelo israelí, y los Estados Unidos y las otras potencias occidentales condenaron a Irán, pero no a Israel por un acto violatorio del D.I.; de manera constante Israel bombardea territorio sirio y de Iraq sin consecuencia o sanción alguna e, Israel y EEUU patrocinan a ISIS, grupo terrorista islámico que opera en Iraq y Siria.
Estados Unidos, Alemania y otros países son corresponsables del genocidio en Gaza y en Palestina en general, por estar aprovisionando al Estado zionista con las armas y municiones con las que lleva a cabo el genocidio.
Debemos tener presente que, cuando la Corte Penal Internacional pidió el arresto del PM Netanyahu y dos de sus ministros, el Senador estadounidense Linsey Graham declaró la urgencia de que se sancionara al fiscal de dicha Corte, pues afirmó: “…después de Israel, vamos nosotros” (sic), y el ‘Speaker’ de la Cámara de Representantes hizo lo mismo.
Es tan poderosa la influencia de los zionistas en EEUU que, durante el gobierno de Barack Obama, sin recibir invitación del ejecutivo, Netanyahu pronunció un discurso ante el pleno del Congreso y, ahora, hará lo mismo sin invitación de Biden.
Para concluir manifiesto que, aunque los señalamientos y responsabilidad de genocidio recae en los altos mandos del gobierno y ejército de Israel, la soberbia y visión de sí mismos como seres superiores a los demás humanos, comienza en las escuelas elementales y sigue en todos los niveles de la vida social, y a diario lo constatamos en declaraciones y acciones de niños, jóvenes y adultos, además de ministros zionistas, exigiendo la eliminación física de los palestinos, los “humanos bestias”.
Sin embargo, toda esta visión de la “democracia” israelita (teocracia nazi), desde la creación del Estado, se refuerza con el apoyo incondicional del gobierno y congreso de los Estados Unidos e Inglaterra.
Mientras, debemos coincidir que Hamas encarna la defensa de su nación y su tierra, la lucha por la soberanía de Palestina, frente al Estado ocupante que día con día roba más tierra a la ya disminuida de esta etnia.
Cuántos miles de inocentes más tendrán que morir antes de que el mundo ponga término a la existencia del Estado Emperador; del Estado que impunemente masacra a miles de civiles inocentes en pro de una limpieza étnica que le permita seguir apoderándose de la tierra, viviendas, ganado, cosechas y forma de vida de los palestinos?
Hoy un periódico israelita, Haaretz dice que Israel ha tomado posesión del 28% de Gaza y que los colonos están viendo en esta nueva ocupación “El camino de su rendención”.
La condena del zionismo nada tiene que ver con antisemitismo!!!
Montreal, Canadá, julio de 2024.
Sergio J. Romero Cuevas,
Embajador de México (r) ↑
Es de humanidad simple el reconocer que la solución de este conflicto pasa por el reconocimiento por parte de Israel al primordial respeto a existencia de las personas palestinas. Gracias por éste artículo que evidencía el tremendo genocidio por parte de Israel.
Agradecemos su amable comentario, mismo que compartiré con el autor del artículo. Saludos cordiales.