Pasan los años de jubilación a una velocidad vertiginosa y comienza la nostalgia por el sitio en donde vivimos y trabajamos por más de 40 años, la Secretaría de Relaciones Exteriores. Ella fue nuestra casa, nuestro sitio de trabajo. El lugar donde crecieron nuestras esperanzas y nuestros sueños. Sin embargo, cuando uno está más acostumbrado a pertenecer al Servicio Exterior Mexicano de carrera (SEM) viene el momento de jubilarse y de tajo se corta toda relación con la institución. Da la impresión que queda uno fuera.
No es posible borrarlo todo, siempre hay recuerdos, hechos históricos que vienen a la mente, compañeros que vivieron las mismas circunstancias que nosotros y que quedan como amigos entrañables.
Edgardo y yo, al momento de la jubilación decidimos fijar nuestra residencia en Agua Prieta, Sonora, un poblado que colinda con el estado de Arizona. Edgardo siendo muy joven trabajó como empleado auxiliar en el consulado de Douglas y de ahí partió para Sidney Australia en donde fue canciller 4 años.
Pero ahora escribo estas líneas para contarles una historia que nos ha dado mucha satisfacción. Desde hace 10 años que llegamos a esta región tuvimos la alegría de que los jóvenes funcionarios que llegaban a trabajar al consulado en Douglas, sin conocernos, nos empezaron a buscar y a frecuentar por el solo hecho de que ellos eran miembros del SEM y que deseaban conocer y compartir la trayectoria de Edgardo. Venían a platicar sobre sus experiencias y recuerdos. Siempre escuchando con gran interés y atención.
El primero que pasó por aquí fue Oscar Holguín, a él lo conocí yo, en un programa de TV que hacíamos juntos. Inmediatamente me dijo, me encantaría ver a su esposo el embajador Flores Rivas, nos invitó varias veces a su casa, conocimos a su mamá y a su abuela peruana. Oscar hizo un gran papel como cónsul encargado de la representación en un momento en que se cambiaron al inmueble que hoy ocupan.
Invitó a Edgardo a dar algunas conferencias sobre temas de importancia para el consulado, fuimos invitados especiales a todos sus eventos. Oscar de aquí se fue a Costa Rica y ahora está en nuestras oficinas de la OEA en Washington, DC; siempre hemos conservado con él una amistad muy sincera, cuando algo se nos ofrece nos ayuda con los compañeros de su generación. Hace poco contactó a mi hija Ana Fernanda en Houston con los representantes de Comunidades en el Extranjero.
Después llegó Felipe Carreras recién casado, un joven de Saltillo, Coahuila con una inteligencia brillante y los mejores deseos de hacer una carrera exitosa en el SEM. Estuvimos en su casa varias veces y él visitaba la nuestra con frecuencia para valorar la SRE y conocer lo que Edgardo veía a través de su experiencia de tantos años.En una ocasión le dijo a Edgardo: Me gustaría que leyera el trabajo que voy a presentar en mi examen de ascenso. Edgardo lo leyó con gusto y me acuerdo que le contestó: no fue necesario cambiar ni una coma, adelante que es muy bueno. Felipe de aquí se fue a consulmex Los Ángeles. Y ahora está en la sección consular de nuestra embajada en Roma. Nos llama con frecuencia.
A finales del 2019 llegó Ivannia Calcáneo ella venía de presentar su examen de ingreso como funcionaria y su adscripción anterior había sido China. La nombraron cónsul adscrito a pesar de su corta edad. Con Ivannia hemos tenido una relación cercana pero a distancia porque nos ha tocado la época del Covid 19; sin embargo, desde que empezó la Pandemia hemos vivido tiempos de aislamiento entre las dos fronteras. Las puertas entre México y Estados Unidos se cerraron para los mexicanos totalmente, ello no ha sido obstáculo para que Ivannia nos brinde su ayuda y hacernos en cada momento sentir que somos parte de la Secretaría de Relaciones Exteriores y miembros de un cuerpo que no olvida a sus antecesores y menos los deja en el abandono.
Sin la ayuda de Ivania no hubiera sido posible pasar al lado americano a tomar un avión para ir con mi hija Ana Fernanda y adquirir las vacunas que le ofrecieron a nuestro yerno en el hospital en donde trabaja como traductor médico. Hizo también gestiones con el consulado de Estados Unidos en Nogales, Arizona para que nos refrendaran la visa norteamericana que se nos vencía en el 2021. En resumidas cuentas Ivannia Calcáneo nos ha dado el aire para respirar y no sentir que estamos tras las rejas y que en el momento necesario la SRE responde por este par de jubilados que dio su vida por el Servicio Exterior Mexicano.
Pero lo más importante ha sido que estos tres jóvenes de carrera del SEM son razón suficiente para comprobar y no perder la Fe en nuestro Servicio Exterior Mexicano de carrera. Tres funcionarios jóvenes que desde el primer contacto, han mostrado su profesionalismo, su seguridad en sí mismos y el amor tan grande que tienen por la institución donde trabajan y que como nosotros no la dejan caer y menos morir.
Honor a quien honor merece. No cabe duda que ¡quien siembra cosecha! Seguimos siendo un SEM de altos vuelos con seres humanos de gran valía. Estos jóvenes nos han demostrado amor e interés por las experiencias de los que estuvieron antes que ellos. Ahora tocaría a la Secretaría de Relaciones Exteriores recompensarlos por su profesionalismo y calidad humana.
Agua Prieta, Sonora a 10 de octubre, 2021
LILI BOLÍVAR DE FLORES RIVAS
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