VIII. CUMBRE DE LAS AMÉRICAS. EL CASO DE CUBA

Estados Unidos-Cuba. Como se sabe, los gobiernos de estos dos países han cumplido décadas desde el rompimiento de sus relaciones diplomáticas; así como de la toma de medidas coercitivas en contra del otro, de las cuales se ha escrito mucho. Una de las principales acciones por parte de los Estados Unidos ha sido la de “aislar” a la “isla” de Cuba, por adoptar un sistema político, económico y social diferente al que ellos practican y que han pretendido imponer a otros. Sin omitir el patrocinio de la fallida invasión a “Bahía de Cochinos” por mercenarios de distintos países (15 de abril de 1961).[1]

Posteriormente, en el seno de la Organización de Estados Americanos, se promovió la expulsión de Cuba, moción que patrocinó Estados Unidos y que fuera presentada por Colombia, invocando el Art. 6º del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR, creado en 1947). Dicha propuesta tuvo lugar durante la sesión final de la VIII Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores, celebrada el 31 de enero de 1962, en Punta del Este, Uruguay, en cuya resolución final se asentaron los motivos -según los promotores de la iniciativa-, que hacían incompatible la membrecía de Cuba en el Sistema Interamericano. A continuación se citan los cuatro puntos principales de que consta dicha Resolución:

“1. Que la adhesión de cualquier miembro de la Organización de los Estados Americanos al marxismo-leninismo es incompatible con el Sistema Interamericano y el alineamiento de tal Gobierno con el bloque comunista quebranta la unidad y solidaridad del hemisferio.

2. Que el actual Gobierno de Cuba, que oficialmente se ha identificado como un Gobierno marxista-leninista es incompatible con los principios y propósitos del Sistema Interamericano.

3. Que esta incompatibilidad excluye al actual Gobierno de Cuba de su participación en el Sistema Interamericano.

4. Que el Consejo de la Organización de los Estados Americanos y los otros órganos y organismos del Sistema Interamericano adopten sin demora las providencias necesarias para cumplir esta Resolución”.[2]

Cabe destacar que la resolución por la cual se excluyó al Gobierno de Cuba de participar en el Sistema Interamericano, fue adoptada con el voto aprobatorio de catorce países, cinco abstenciones y los votos en contra de Cuba y de México. Dicha posición adoptada por el gobierno mexicano y defendida por la representación diplomática mexicana, representa una muestra de dignidad y respeto a los principios del derecho internacional, adoptados por la política exterior de México.

Regresando al ámbito de las reuniones cumbre del Continente Americano, bajo los auspicios de la OEA, resalta que, en la medida en que surgieron gobiernos considerados como de “izquierda”, se habló de la ausencia de Cuba en las reuniones y se llegó a plantear la posibilidad de propiciar su retorno al sistema interamericano.

En los prolegómenos de la V Reunión Cumbre de las Américas que se llevaría a cabo en Trinidad y Tobago del 17 al 19 de abril de 2009, se insistió en la necesidad de que Cuba se incorporara a dichas reuniones.

Como una respuesta a dichas propuestas, en el diario cubano llamado “Cuba Debate”, se publicó el artículo que a continuación se inserta sin modificaciones: “La Habana, 14 de abril de 2009, Reflexiones del compañero Fidel. ¿Tiene la OEA derecho a existir?

“Hoy hablé con franqueza de las atrocidades cometidas contra los pueblos de América Latina. Los del Caribe ni siquiera eran independientes cuando la Revolución Cubana triunfó. Precisamente el día 19, en que finaliza la Cumbre de las Américas, se cumplirán 48 años de la victoria de Cuba en Girón. Fui cuidadoso con la OEA; no dije una sola palabra que pudiera interpretarse como una ofensa a la vetusta institución, aunque todos conocen cuánta repugnancia nos produce…”

Entre otros asuntos, el artículo cita declaraciones del entonces Secretario General de la OEA, Agustín Insulza: “El presidente estadounidense, Barack Obama, está revisando la vieja política de aislamiento hacia la isla comunista antes de la Cumbre de las Américas de este fin de semana, donde está previsto que líderes latinoamericanos presionen por el levantamiento del embargo estadounidense sobre Cuba, vigente desde 1962. Algunos países también tienen previsto pedir el reingreso de Cuba a la OEA, después de su suspensión en 1962 en plena guerra fría.”

“‘El regreso de Cuba al organismo no sólo depende de la Cumbre de las Américas, sino de la Asamblea General de la OEA.” Asimismo, Insulza advirtió que: “la cláusula democrática de la OEA se mantiene como un obstáculo dentro de las exigencias para permitir el reingreso de Cuba, un Estado unipartidista.”

A todo lo anterior, Fidel Castro escribió: La OEA tiene una historia que recoge toda la basura de 60 años de traición a los pueblos de América Latina. Insulza afirma que para entrar en la OEA, Cuba tiene primero que ser aceptada por la institución. Él sabe que nosotros no queremos ni siquiera escuchar el infame nombre de esa institución. No ha prestado un solo servicio a nuestros pueblos; es la encarnación de la traición. Si se suman todas las acciones agresivas de las que fue cómplice, estas alcanzan cientos de miles de vidas y acumulan decenas de años sangrientos. Su reunión será un campo de batalla, que pondrá en situación embarazosa a muchos gobiernos. Que no se diga, sin embargo, que Cuba lanzó la primera piedra. Nos ofende incluso, al suponer que estamos deseosos de ingresar en la OEA. El tren ha pasado hace rato, e Insulza no se ha enterado todavía. Algún día muchos países pedirán perdón por haber pertenecido a ella. Ahora el centro de la atención se concentra en la Cumbre de las Américas. Significará un privilegio conocer lo que allí se diga; será un test de inteligencia y vergüenza. No le pediremos de rodillas a la OEA ingresar en la infamia.”[3]

Siguiendo la cronología sobre el caso de Cuba, resulta ilustrativo consignar que, del 2 al 3 de junio de 2009, se celebró en San Pedro Sula, Honduras, la XXXIX Asamblea General de la Organización de Estados Americanos, durante la cual se aprobó la Resolución 2438 sobre Cuba:

“LA ASAMBLEA GENERAL (se omiten los considerandos y propósitos) RESUELVE:

  1. Que la Resolución VI adoptada el 31 de enero de 1962 en la Octava Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores, mediante la cual se excluyó al Gobierno de Cuba de su participación en el sistema interamericano, queda sin efecto en la Organización de los Estados Americanos (OEA).
  2. Que la participación de la República de Cuba en la OEA será el resultado de un proceso de diálogo iniciado a solicitud del Gobierno de la República de Cuba y de conformidad con las prácticas, los propósitos y principios de la OEA”.[4]

Cuando parecía que estaba allanado el camino para reparar la injusticia perpetrada sobre Cuba, el gobierno de ese país emitió un boletín como respuesta a la citada Resolución:

Granma Internacional, La Habana, 8 de Junio de 2009. Declaración del Gobierno Revolucionario:

Cuba ratifica una vez más que no regresará a la OEA

En acto de peculiar significado histórico, la OEA acaba de dar sepultura formal a la vergonzosa resolución que en 1962 excluyó a Cuba del Sistema Interamericano.

Aquella decisión fue infame e ilegal, contraria a los propios propósitos y principios declarados en la Carta de la OEA. Fue, a la vez, coherente con la trayectoria de esa Organización; con el motivo por el cual fue creada, promovida y defendida por los Estados Unidos. Fue consecuente con su papel de instrumento de la hegemonía estadounidense en el hemisferio, y con la capacidad de Washington de imponer su voluntad sobre América Latina en el momento histórico en que triunfa la Revolución cubana…

Cuba acoge con satisfacción esta expresión de soberanía y civismo, a la vez que agradece a los Gobiernos que, con espíritu de solidaridad, independencia y justicia, han defendido el derecho de Cuba a regresar a la Organización. También comprende el deseo de librar a la OEA de un estigma que había perdurado como símbolo del servilismo de la institución. Cuba, sin embargo, ratifica una vez más que no regresará a la OEA.[5]

La VI Reunión Cumbre celebrada en Cartagena de Indias, Colombia (2012), aportó algo más para el acercamiento de Cuba. El Presidente de Colombia, en su calidad de anfitrión de la reunión pronunció un discurso de clausura, en el cual hace mención al asunto en los siguientes términos:

“La mayoría de países apoya la participación de Cuba en el Proceso de las Cumbres de las Américas e hicieron votos para hacer de este propósito una realidad a partir de la próxima Cumbre.[6]

Entre los participantes en la Cumbre de Cartagena se produjo la opinión casi general en el sentido de que esa había sido la última cumbre hemisférica sin Cuba.

De ese modo y no obstante declaraciones previas del gobierno cubano y del hecho de que los Estados Unidos no han levantado el embargo económico-comercial y otras valoraciones sobre democracia, derechos humanos y terrorismo, se dieron las condiciones para un acercamiento entre representantes de ambos gobiernos, que pueden culminar con el pleno restablecimiento de relaciones diplomáticas.

Seguramente, este clima amistoso allanó el camino para que durante la Cumbre de Panamá los mandatarios de los Estados Unidos, Barack Obama y de Cuba, Raúl Castro, se estrecharan la mano y sostuvieran una reunión bilateral. De acuerdo con lo publicado, las pláticas se desarrollaron en un ambiente amigable y cada gobernante entendió que el proceso para la normalización pasa por varios diques, como la opinión pública y el Congreso, pero se acepta que hay avances y que tarde o temprano las embajadas y otras representaciones serán abiertas en las capitales de los dos países.

Por otra parte, en algunos medios de comunicación se había adelantado que durante la reunión se provocaría un enfrentamiento entre el Presidente Obama y Maduro de Venezuela, en virtud de que este último había venido declarando que le exigiría al presidente estadounidense que elimine las sanciones contra funcionarios de su gobierno y los calificativos hacia su país, al declararlo como una “amenaza extraordinaria” a la “seguridad nacional”. Previamente el gobierno de Nicolás Maduro había promovido la recolección de varios millones de firmas, acompañadas del siguiente texto: “Obama deroga el decreto ya”.

Como se anota, varios periodistas llegaron a plasmar expresiones como que: “La creciente tensión entre Venezuela y Estados Unidos será una piedra en el zapato para los líderes que asistirán a la VII Cumbre de las Américas, que en principio parecía destinada a ser una celebración del acercamiento entre Washington y La Habana.”

Los enfrentamientos no se produjeron, no obstante varios Jefes de Estado y de Gobierno, como el de Argentina, Bolivia, Cuba y Trinidad y Tobago, abogaron porque las sanciones y calificaciones hechas públicas por los Estados Unidos, sean retiradas y pidieron para que el clima de tensión existente entre dichos países desaparezca.

Como es del conocimiento público, desde los preparativos para la celebración de la IX Cumbre de las Américas en California, Estados Unidos, revivió el asunto de la posible asistencia de la representación cubana al más alto nivel. En esta ocasión fue el país anfitrión quien impuso condición para ser invitado, exigiendo que el sistema de gobierno de los países asistentes, debiera ser democrático y que esa condición básica no la cumplen Cuba, Nicaragua y Venezuela.

Dicha posición despertó debates y hubo voces contrarias, como la del Presidente de México y de algunos otros países, llegando a expresar que si no se invitaba a todos los Jefes de Estado del Continente Americano, no asistirían a la Cumbre de California. Por esa razón, al final no asistieron los mandatarios de los 3 países no invitados: de Bolivia, Honduras, El Salvador, Cuba. México, Guatemala y Uruguay por distintas razones acreditaron a sus ministros de relaciones exteriores.

Queda para el futuro esperar la organización de otras cumbres, así como una posible reforma a las condiciones para participar en la misma, para miembros y no miembros de la OEA. O bien, que prosperara la propuesta del Secretario de Relaciones Exteriores de México, en el sentido de crear una nueva organización.

El canciller Marcelo Ebrard durante la Reunión Plenaria de la IX Cumbre de las Américas celebrada el 10 de junio, pronunció las siguientes palabras:

“He podido escuchar que 20 países de un total de 32 que nos hemos manifestado en esta alta tribuna de América, han manifestado su inconformidad con la exclusión de países de las Américas que no están aquí entre nosotros, 20. 10 no se manifestaron, se abstuvieron y dos manifestaron o dijeron estar a favor de la exclusión.

Resumo: la mayoría de los países que estamos aquí presentes en esta Cumbre hemos manifestado nuestra oposición a que sean excluidos países de la Cumbre de las Américas.

Y se preguntarán quienes nos están viendo, siguiendo, quienes nos escuchan: ¿y por qué nos oponemos a la exclusión de países? ¿Por qué es tan relevante ese tema?

Fue tema hace una década, cada cumbre ha sido tema, es la gran diferencia, es el elemento reiterado en estas cumbres que no se resuelve.

¿Por qué estamos en contra de la exclusión todos estos países? Obviamente México coincide con esa posición, por eso no vino el presidente López Obrador, para subrayar que no estamos de acuerdo.

Decía yo: ¿por qué? Porque no se admite el principio de que pueda haber una intervención legítima, es decir: nadie tiene el derecho de excluir a otro país por la razón que fuese, y menos porque haya una diferencia política respecto a su régimen político.

¿A quién le corresponde resolver la forma de organización política de cada nación? Al pueblo de cada nación, libremente escoger su forma de gobierno.

Entonces se está en contra de la exclusión y también del principio de que un país puede decirle a otro qué es lo que debe hacer en su vida interna.

20 en contra, 10 abstenciones, dos a favor, dos nada más. Me dirán ustedes: “bueno, ¿y por qué es tan importante y tan reiterativo esto?” Bueno porque también se ha expresado aquí una crítica recurrente sobre la naturaleza, funciones y actual papel de la Organización de Estados Americanos, de su agotamiento, de su papel vergonzoso recientemente en Bolivia, de su obsesión con las observaciones electorales en lugar de los temas que interesan a todas las Américas.

En la pandemia no los vimos, eran más importantes las observaciones electorales o lo de Bolivia que ver cómo conseguíamos vacunas o cómo resolvíamos los problemas tan graves que tuvimos.

Entonces, en varias de las intervenciones que me han precedido, notarán ustedes que entonces el tema no es solo si se excluye o no se excluye a unos países, que es muy importante; no es solo si se admite o no se admite el principio de intervención, que para México es absolutamente de no admitirse como también he escuchado a 20 países antes que nosotros en esta Cumbre; sino también, otro elemento sustantivo: la arquitectura, fundamentos y función de la Organización de Estados Americanos, está agotado. Es lo que hemos escuchado aquí.

Se me dirá: “bueno, ¿no está usted exagerando?” No. Estoy solamente recogiendo lo que he escuchado más lo que es nuestra posición nuestra también, nos unimos a ello.

Dijo el presidente de la Argentina, Alberto Fernández, en esta tribuna: a nombre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, que debería renovarse de inmediato la dirigencia de la Organización de los Estados Americanos y dar lugar a otra etapa en la forma en que estamos organizados en las Américas; hay que hablar de eso, de eso se trata.

Si no resolvemos eso y seguimos en esa diferencia sobre todo lo que acabo de describirles, si no damos un paso hacia delante, pues probablemente la próxima cumbre vamos a seguir discutiendo lo mismo.

Es decir, tenemos acuerdos, tenemos iniciativas, pero sigue predominando la diferencia de los principios que les acabo de comentar y la forma de organización que tenemos hoy en día.

Me parece que ha llegado el tiempo, el momento, en el que por el bien de las Américas debemos resolver esta diferencia.

Entiendo por supuesto que para los Estados Unidos no es fácil tomar algunas de estas decisiones, pero es evidente que lo tenemos que hacer.

¿Cómo es posible que en una cumbre la mayor parte de los asistentes manifiesten su inconformidad y después no suceda nada? Pues tiene que suceder algo.

¿Qué es lo que proponemos siguiendo lo que hemos visto en la Cumbre? Bueno, pues que nos propongamos que para la próxima cumbre esté resuelto esto porque si no, van a dejar de venir muchos países; porque si no, va a ser muy difícil que cumplamos las expectativas de nuestros pueblos; es muy difícil cuando se tienen diferencias de ese calibre.

¿Qué se propone a los Estados Unidos? Y aquí tomé nota de lo que se fue diciendo a lo largo de la Cumbre. Se le propone a Estados Unidos un nuevo acuerdo e iniciar una nueva etapa en la relación entre las Américas.

Se le agradece su interés al presidente Biden, de haber estado aquí, de escucharnos, de tener a su equipo tomando nota de lo que proponemos, de trabajar semanas para llegar a una declaración conjunta sobre temas tan complejos como la migración u otros.

Por supuesto que eso es un gran mérito que todos reconocemos: le interesan las Américas, si no fuera así, pues no estaríamos aquí probablemente. Celebramos que así sea.

Reconocemos todas y todos que estamos en una nueva realidad geopolítica, no es el mismo mundo el que estamos viviendo hoy, que el de la última Cumbre que tuvimos.

Ahora estamos en una guerra en Ucrania por la invasión de Rusia a Ucrania; tenemos una inestabilidad alimentaria y energética; una nueva realidad geopolítica que aconseja buscar la unidad, pero para buscar la unidad sí tenemos que resolver lo que acabo de describirles a ustedes, porque si no, la diferencia va seguir imperando en estas cumbres, como lo ha hecho cuando menos los últimos 10 años.

Y para ello hay que tomar decisiones. Por ejemplo, de todos los países que estamos aquí, en junio de 2021 votamos en contra del bloqueo a Cuba 29 países, se abstuvieron dos y uno votó a favor, en la Asamblea General de las Naciones Unidas.

¿Qué quiere decir? Pues tenemos que resolver, es un bloqueo en contra del Derecho Internacional, en contra de los Derechos Humanos que queremos proteger; así se votó, ahora no, repito, en la Asamblea General de la ONU, pero lo hemos votado 28 veces.

¿Qué no ya llegó el momento de cambiar eso? ¿No llegó el momento de iniciar una nueva etapa en la relación entre las Américas en sus diferentes vertientes? ¿Entre Estados Unidos, América Latina y el Caribe? ¿Que nos caracterice la unidad de la que todos hemos hablado? Bueno, pues se requiere esto.

Amigas, amigos, compañeras, compañeros:

México desea subrayar esto que se ha manifestado con una visión positiva, constructiva. No hay un país que no haya manifestado en esta tribuna que le gustaría tener una cercana, respetuosa relación con los demás países que conformamos las Américas y, en primer lugar, por supuesto, refiriéndonos al anfitrión de esta Cumbre de las Américas que son los Estados Unidos.

Entonces, me parece que están dados los elementos para que podamos avanzar, para que podamos dar los pasos subsecuentes que nos lleven a esa nueva unión. Ya no la Organización de Estados Americanos, ya no el intervencionismo electoral, ya no las misiones que nos quieren certificar, porque no reconocemos que nadie nos certifique, somos países independientes, soberanos y orgullosos.

Y yo vengo de un país democrático, respetuoso de las libertades de las personas. Estuvimos años en la oposición para ser hoy gobierno.

Entonces, ya no ese intervencionismo electoral. Estamos perdiendo lo más por lo menos, viviendo en el pasado, en el siglo anterior.

Entonces, todo está dado para que demos esos pasos subsecuentes, formemos un equipo que prepare eso, que acuerde eso.

Que lo que han dicho aquí nuestros jefes de Gobierno, jefes de Estado y cancilleres, se traduzca en ese paso adelante, que no se quede en una manifestación, nada más en nuestros sentimientos, sino en un programa político.

Cambiemos la Organización de Estados Americanos, ya se agotó; que se levante el bloqueo de Cuba, que se dialogue con todos y que se respete a todos. Y esto es lo que es el sentimiento general que he observado en esta Asamblea.

Señalar, también, que es de reconocerse el trabajo que ha encabezado el presidente Biden y la vicepresidenta de Estados Unidos para conseguir inversiones en Centroamérica, para atender planteamientos que hemos hecho varios países aquí también presentes, su interés en que pueda haber opciones para las personas, que evitemos la migración forzada.

Eso es de reconocerse, es un gran punto de encuentro. Lo respaldamos, es el caso de México y de muchos países que han hecho uso de esta tribuna.

Quiero también decir que México respalda por completo el compromiso del presidente Biden de regularizar 11 millones de mexicanos que están aquí, algunos llevan 40 años, no han podido regresar a México porque no tienen derechos reconocidos; y el presidente Biden se ha propuesto modificar eso, desde luego que lo vemos con profunda simpatía y gratitud.

Entonces, no se trata de una controversia contra Estados Unidos, nosotros tenemos una muy buena relación con Estados Unidos y respetamos profundamente al presidente Biden y el valor que ha tenido para plantear muchos de los elementos que acabo de describir y otros, como por ejemplo, el cambio de la contribución fiscal de las grandes corporaciones, u otros temas que él ha tenido la valentía de tocar.

No se trata de eso, al contrario, como lo reconocemos, como tenemos esa cercanía con los Estados Unidos, es que proponemos que llegó el momento de cambiar, como todas y todos ustedes cuando han hecho uso de la palabra en los últimos dos días.

Muchas gracias por su atención, y estoy seguro que este planteamiento va a llevar a que esta sea la última Cumbre en donde estemos discutiendo una organización agotada como la Organización de Estados Americanos, última Cumbre que tengamos que discutir el bloqueo a Cuba, y última Cumbre que nos falten los pueblos de Cuba, Nicaragua, Venezuela o cualquier otro pueblo.

Muchas gracias.”[7]

(Discurso pronunciado por el canciller Marcelo Ebrard durante la Reunión Plenaria de la IX Cumbre de las Américas celebrada el 10 de junio de 2022).


NOTAS:

  1. Bahía de Cochinos: Kennedy ordena el desembarco en bahía de Cochinos (abril 1961), http://www.giron.co.cu/Playa_Giron/Indice.html.

    Asimismo, Dolors Gasós en http://mgar.net/cuba/cochinos.htm afirma: “La política general de Kennedy con respecto a los países situados más allá del río Grande nada tiene que ver con sus sentimientos y deseos respecto a Cuba, donde Fidel Castro, según autorizadas voces de escritores y políticos estadounidenses, “había traicionado la revolución cubana” al instaurar en el país un régimen comunista. Kennedy se siente molesto ante la proximidad de un sistema político que abomina y que considera un peligro para su país y para el resto de América Latina”.

  2. Artículo en Revista Electrónica Trimestral “ADE”, No. 42 correspondiente al trimestre abril-junio de 2012.
  3. Tomado de Granma Internacional del día 15 de abril de 2009.
  4. www.oas.org 39 Asamblea General de la Organización de Estados Americanos: La OEA-AGO4636504.doc
  5. Tomado del diario cubano “Granma Internacional”, del 8 de junio de 2009.
  6. http://www.summit-americas.org/SIRG/2012/041412/statement_santos_closing_es.pdf
  7. https://www.gob.mx/sre/documentos/ix-cumbre-de-las-americas?idiom=es

 

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