VII. LA PANDEMIA, LA INTELIGENCIA COLECTIVA Y LAS TECNOLOGÍAS EMERGENTES

La tendencia de ayuda mutua en el hombre tiene un origen tan remoto y está tan profundamente entrelazada con toda la evolución pasada, que la humanidad la ha mantenido hasta el presente, a pesar de todas las vicisitudes de la historia.

Peter Kropotkin

Desde que el pensador político Peter Kropotkin refiriera en su obra El Apoyo Mutuola inteligencia que aplican ciertas especies para lograr metas comunes, la idea de colaboración colectiva entre individuos para afrontar una situación particular se arraigó en las ciencias sociales.

En época más reciente, es un término vinculado con la sociedad del conocimiento que refiere la capacidad mejorada que se crea cuando las personas trabajan juntas, a menudo con la ayuda de la tecnología, para movilizar una gama más amplia de información, ideas y visiones. La inteligencia colectiva surge cuando estas contribuciones se combinan para convertirse en algo más que la suma de sus partes para propósitos que van desde el aprendizaje y la innovación hasta la toma de decisiones.

Los avances en las tecnologías digitales han transformado lo que se puede lograr a través de la inteligencia colectiva en los últimos años, conectando a más de nosotros, aumentando la inteligencia humana con la inteligencia artificial y ayudándonos a generar nuevas ideas a partir de nuevas fuentes de datos. Esta tendencia es particularmente adecuada para abordar problemas globales complejos y de rápida evolución, como son los brotes de enfermedades.

La pandemia del coronavirus (Covid-19), es un fenómeno que confirma, además de su vigencia, los rasgos de esa colectividad cognitiva, fundamentalmente el referente a su conjugación con las nuevas tecnologías. A continuación, se comentan algunos acontecimientos que confirman el efecto de esta pandemia en la inteligencia colectiva y la aplicación de las manifestaciones que conlleva la cuarta transformación industrial (convergencia de tecnologías digitales, físicas y biológicas).

La plataforma BlueDot, creada en 2014 con la finalidad de rastrear, contextualizar y anticipar los riesgos de enfermedades infecciosas, cuenta actualmente con 40 empleados, médicos y programadores que han diseñado un programa analítico de vigilancia de enfermedades, utilizando técnicas de procesamiento de lenguaje natural y aprendizaje automático para examinar informes de noticias en 65 idiomas, junto con reportes de brotes de enfermedades producidas por contacto con animales (aparentemente el origen del Covid-19) y datos de aerolíneas, que permiten identificar la movilidad de personas infectadas con algún virus. Su efectividad se fundamenta en un filtrado automatizado de datos yen su análisis granularrealizado por epidemiólogos y expertos en salud pública, quienes realizan informes sustentados científicamente dirigidos al gobierno, las empresas y entidades de salud pública y privada. BlueDot reportó a principios de 2020, antes que la Organización Mundial de la Salud, lo que estaba ocurriendo en Wuhan y alertó sobre sus posibles repercusiones.

En 2018, la BBC llevó a cabo un proyecto de ciencia ciudadana que involucró a miembros del público para generar nuevos datos científicos acerca de la propagación de infecciones. Las personas descargaron una aplicación que controlaba su posición GPS cada hora y les pidieron que informaran con quién se habían encontrado o habían tenido contacto ese día. Esta iniciativa de inteligencia colectiva creó una gran cantidad de datos que ayudaron a los investigadores a identificar a los principales propagadores, así como el impacto de las medidas de control en la desaceleración de un brote.

También se coinvirtió en el antecedente de acciones similares aplicadas recientemente. Por ejemplo, en Israel, donde se aprobó una ley de emergencia para usar datos de teléfonos móviles a fin de rastrear a las personas infectadas con COVID-19 y así identificar y poner en cuarentena a otras personas con las que hubieran estado en contacto; o en Corea del Sur donde se recurrió al envío masivo de mensajes de texto con orientaciones de seguridad, aunque en este caso derivó en una sobrecarga de información en forma de alerta con revelaciones sobre la vida privada de las personas infectadas, lo cual motivó descontento social.

Plataformas de codificación basada en datos oficiales del gobierno. Como ejemplo de esta estrategia está Covid-19 SG, que permite a los residentes de Singapur, India, Taiwán, Indonesia y Filipinas ver cada caso de infección conocido, la calle donde vive y trabaja la persona, a qué hospital ingresaron, el tiempo promedio de recuperación y las conexiones contagio que tuvo. Aunque esta plataforma ha motivado críticas en los países que han proporcionado información-transgresión de derechos de privacidad-se debe asumir quehan adoptado un enfoque abierto sobre la epidemia como la mejor manera de ayudar a las personas a tomar decisiones y controlar la ansiedad sobre lo que está sucediendo.

La Universidad de Washington adoptó un enfoque singular para combatir la propagación del coronavirus en todo el mundo. Diseñó un juego digital, similar a un rompecabezas, que desafía a los científicos y al público a construir una proteína que pueda bloquear la infiltración del virus en las células humanas. El juego está en disponible en el sitio web Foldit, del Centro de Ciencia de Juegos de esa universidad, el cual esta ocasión pretende recaudar contribuciones para la investigación sobre proteínas con los 750 mil jugadores que tiene registrados.

Respondiendo a las preocupaciones sobre la falta de acceso a las pruebas para COVID-19, el Centre forCollectiveIntelligenceDesign, a través de un proyecto denominado Just OneGiantLab, está haciendo estudios para desarrollar una prueba de coronavirus rápida y barata que pueda usarse en cualquier parte del mundo. La iniciativa es un proyecto de financiamiento colectivo de comunidades biológicas que defienden el postulado “hágalo usted mismo”, con la idea de abrir códigos y compartir diseños para que los laboratorios certificados puedan producir fácilmente kits de prueba para sus comunidades.

La comunidad científica se ha unido para dar respuesta al reciente brote de COVID-19, tomando en consideración investigación básica realizada en la última década acerca de esta familia de virus. Así, algunos laboratorios que van a la vanguardia respecto a las respuestas que han asumido respecto al brote compartieron genomas del virus en bases de datos de acceso abierto, lo que ha permitido a otros investigadores desarrollar rápidamente nuevos experimentos. Ciertos laboratorios han compartido estructuras determinadas experimentalmente y estructuras proyectadas computacionalmente sobre proteínas virales y otros han compartido datos epidemiológicos. Un ejemplo notable es AlphaFoldSystem, equipo interdisciplinario que utiliza la IA para impulsar la investigación básica y posteriormente conjugael trabajo de expertos en biología estructural, física y aprendizaje automático para para predecir la estructura 3D de una proteína basada únicamente en su secuencia genética.

El trabajo colectivo se confirma también con el reciente acuerdo entre empresas como IBM, Microsoft y Google, universidades y laboratorios estadounidenses para formar el COVID-19 High Performance Computing Consortium a fin de proporcionar a los científicos recursos de supercomputación a medida que descubren cómo combatir la enfermedad causada por el coronavirus. Los científicos podrán crear miles de modelos en 16 sistemas de supercomputación para comprender mejor la epidemia, caracterizar el virus e idear posibles vacunas y tratamientos farmacológicos.

Respecto a las aplicaciones de Inteligencia Artificial, sobresale elScanner de temperatura corporal de gran alcanceFiretinas, herramienta inventada por un grupo de académicos de la Universidad de Cambridge y la Universidad de Manchesterque opera con algoritmos de IA y chips, permitiendo calcular en cuestión de segundos la temperatura del cuerpo de hasta 100 individuos.Aunque con limitaciones respecto a espacios con diversidad de temperaturas ambientales y a su precisión a partir de ciertas distancias, en China se aplica en lugares públicos como escuelas, hospitalesy terminales aéreas y terrestres, facilitando la identificación de posibles portadores delvirus.

En respuesta al aumento de casos confirmados de Covid-19, la policía en países como España y China están utilizando drones para patrullar sus ciudades e instar a las personas a permanecer en el interior de sus casas.Los policías que usan drones para gritarle a la gente que se quede adentro de sus viviendas suena como una distopía, sin embargo respetar las pautas de cuarentena y mantener la distancia son por ahora las mejores formas de reducir y, eventualmente, detener la propagación del coronavirus.

En el caso de la impresión en 3D, a partir del diseño de un ingeniero mecánico, las compañíasitalianas Isinnova y Linatiimprimieron 100 válvulas de respiración en 24 horas para un hospital que se había quedado sin ellas. La válvula conecta a los pacientes en cuidados intensivos con máquinas de respiración. La producción de la versión impresa en 3D costó menos de €1 y el diseño del prototipo tardó tres horas.

La realidad virtual se está aplicando en direcciones diversas. Un ejemplo es la simulación del avance de la enfermedad en pacientes infectados, lo cual permite identificar en tiempo real avance y daños colaterales. Otro caso es el de XRHealth, un proveedor de aplicaciones de realidad extendida y terapéuticas con sede en Boston, que proporcionará servicios de tele salud de realidad virtual (VR) a un Centro Médico en Israel para ayudar al hospital a tratar a los pacientes entrantes expuestos a coronavirus en cuarentena en el hospital y, eventualmente, monitorearlos después de que regresen a casa. A fin de ayudar a los pacientes a sobrepasar su confinamiento, el mismo aparato les permiten realizar recorridos virtuales por numerosos destinos geográficos.

Como puede observarse, definir claramente los problemas que queremos abordar y centrarnos en las soluciones que resultan en el mayor beneficio colectivo conduce hacia una mejor relación entre la tecnología emergente y la inteligencia humana. Sin duda la actual pandemia del Covid-19es un gran desafío para toda la humanidad y encontrar una solución para erradicarla conlleva un esfuerzo colectivo donde se conjuguen métodos participativos y multidisciplinariedad. Sin embargo, sobre todas las posibilidades siempre deberá estar presente el bienestar general, considerando que la introducciónde las nuevas tecnologías en la cotidianidadse realice de manera más deliberada y menos disruptiva.

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