Entre el 17 y 18 de junio se inició la invasión desde el territorio hondureño (departamento de Copán); las fuerzas que ingresaron vía terrestre tomaron Esquipulas (departamento de Chiquimula) sin disparar un solo cartucho.
Teniente coronel Carlos Castillo Armas, líder del Ejército de la Liberación en el oriente del territorio nacional.
Cuando el Ejército de Liberación al mando del teniente coronel Carlos Castillo Armas, emprendió la invasión terrestre nacional el 17 de junio de1954; con el objeto de derrocar, por la fuerza de las armas al comunismo en Guatemala. Luego de tener el control del territorio de la villa de Esquipulas, estableció el cuartel general de la Liberación, y lanzo una proclama al pueblo de Guatemala en general y en lo particular a los compañeros de armas:
“¡La aurora de la liberación ilumina nuestra patria! ¡Se ha iniciado la lucha gloriosa contra la tiranía, la tradición, el engaño y la desvergüenza! ¡Ningún ciudadano que ame la tierra que nos vio nacer, puede permanecer inactivo en este momento histórico! ¡Ármense todos con lo que tengan a mano! ¡Arrebátenles las armas comunistas a los traidores!¡Salgan a la calle a combatirlos! ¡Asalten las guaridas de los comunistas! ¡Captúrenlos! ¡Son cobardes! ¡La epopeya de la reivindicación ha principiado en este día!… ¡El paso victorioso del Ejército de la Liberación resuena en la república! ¡Tenemos una gigantesca responsabilidad ante la historia! ¡Grabemos, en ella nuestros nombres con heroísmo y gloria!
Vosotros, compañeros de armas, vosotros hermanos de la forja y del espíritu, debéis tener la certidumbre que nuestra lucha no está dirigida contra el Ejército, no hemos empuñado las armas para atentar contra la institución armada. No. La hemos empuñado para liquidarla era del terror, de la ignominia, del deshonor y el ultraje a vosotros mismos.
Nuestro movimiento es genuinamente nacionalista… Pueblo heroico de Guatemala ¡Que nuestra sangre trace la ruta de la victoria! ¡El triunfo es seguro! ¡Abajo las cadenas comunistas!… Marchemos hacia la victoria, inspirados por nuestros símbolos: Dios, Patria y Libertad.
Vuestro compatriota y compañero en la lucha:
Carlos Castillo Armas, jefe del movimiento libertador.”[1]
Una proclama elaborada para motivar a los indecisos de participar y al mismo tiempo, para liberar a los cuadros del Ejército de la incertidumbre que se vivía en ese momento de crisis política militar. Mientras tanto la penetración por mar[2] fue un fracaso total.
“En Puerto Barrios en donde se pensó en un desembarco o asalto desde el mar, las fuerzas invasoras fueron destruidas con fuego de mortero y artillería de costa antes de poner un pie en territorio guatemalteco; Las tropas que defendían estaban dirigidas por el subjefe del Estado Mayor del Ejército, coronel Juan Bolaños…”[3]
Los que no fallecieron fueron apresados al igual que los heridos luego de recibir atención médica. Mientras el eje terrestre seguía su planificación, con la ayuda del apoyo aéreo que con fuego de apoyo cercano bombardeaban las instalaciones claves y lanzamiento de propaganda, la radio clandestina La Voz de la Liberación, penetraba la mente de los guatemaltecos, principalmente a los capitalinos que seguían las crónicas de las victorias tácticas y combates fortuitos. En Gualán se da una recia resistencia al avance del Ejército de la Liberación que los hace replegarse y reorganizar la fuerza para poder vencer a las tropas leales.
“Muchos no reconocieron aquella gallarda victoria, muchos, casi todos; el Ejército mismo olvidó la proeza; y olvidaron, porque nadie, aparte de aquellos treinta soldados heroicos, estuvieron en aquel escenario iluminado por la aureola simbólica de los grandes hechos anónimos de guerra.”[4]
El teniente Silva Girón era el responsable del destacamento militar de Gualán; Luego de una apreciación de la amenaza, rutas, campos de tiro y otros menesteres de una defensa perimétrica estacionaria (defensa fija en profundidad), reunió a la tropa para comunicarles de la situación y la orden de defensa planificada (la mejor defensa es el ataque). Dentro de la dinámica de los combates fue capturado el mando de la fuerza invasora, coronel retirado Juan Chajón Chuay dos de sus lugartenientes, Villacorta y Viscovich. Los tres fueron evacuados a la retaguardia al escalón superior, como prisioneros de guerra con la respectiva custodia; el teniente Silva Girón fue relevado de su puesto. Ya sin resistencia tenaz, el Ejército de la Liberación continuó su desplazamiento en el territorio nacional.
El gobierno decretó estado de sitio, se suspendieron las garantías constitucionales, se censuró la prensa y la radio; por medio de pautas en los medios de comunicación oficial se divulgó la situación, presentando a las victorias gubernamentales en todos los frentes en contra posición a lo que transmitía la radio La Voz de la Liberación.
Se dio un compás de tiempo que permitió al coronel Anselmo Getellá (jefe del Estado Mayor Presidencial) viajar a la zona de operaciones y evaluar la situación, el informe presentado al presidente fue desalentador, los oficiales al mando de las unidades se negaban a combatir a los invasores, por la incertidumbre de si derrotaban a los liberacionistas, Estados Unidos podría invadir Guatemala.
A lo anterior se le sumaron otros informes, la participación del Embajador norteamericano en pláticas con el jefe del Estado Mayor del Ejército para dar un golpe de Estado, información que llegó al presidente Árbenz, más la solicitud de su demisión por parte de la oficialidad. El 27 de junio en cadena nacional informó a la nación de su renuncia a la primera magistratura. Entregando el poder al coronel Carlos Enrique Díaz, jefe de las fuerzas armadas.
Un extracto del discurso de renuncia del presidente Árbenz:
“Todos sabemos cómo han bombardeado ciudades, inmolado mujeres, niños y ancianos, así como han asesinado a los representantes de los trabajadores campesinos en las poblaciones que han ocupado especialmente en Bananera, en donde una expedición punitiva acabó con los representantes sindicales… Luego hizo ver que su gobierno había sido acusado de comunista y por más esfuerzos que había hecho, no pudo desvanecerse esa idea…
… hace mención: que, al tomar su determinación de renunciar, no pensó más que en el pueblo y que contribuiría a salvar mucho de lo que se había conquistado en los pasados años de la revolución… hizo ver que la situación militar no era fácil ni mucho menos; que el enemigo que comandaba las bandas de mercenarios extranjeras reclutadas por Castillo Armas, no solo eran débiles, sino que incapaces y cobardes, como se había comprobado.”[5]
Luego de la cadena nacional de radio, el mensaje de renuncia tomó por sorpresa a sus colaboradores entre ellos, sus ministros, al igual que liberacionistas que se encontraban asilados en las embajadas. Un evento paradigmático se dio en forma espontánea en esa noche y mañana siguiente, los asilados salieron jubilosos, mientras las embajadas se llenaban de funcionarios y colaboradores del gobierno, inclusive el propio Jacobo Árbenz y su familia.
A lo anterior se suma una entrega anómala, de hecho, inconstitucional, el presidente renunció ante el jefe de las fuerzas armadas, coronel Díaz; de inmediato se conformó un triunvirato “conformado por: los coroneles Élfego H. Monzón, José Luis Cruz Salazar y Juan Mauricio Dubois, los cuales fueron los delegados de la negociación con Castillo Armas, en San Salvador, el 30 de junio de 1954, participando como garantes del proceso: el Embajador norteamericano, el nuncio Apostólico y el ministro de Relaciones Exteriores salvadoreño.”[6]
Luego de 30 horas de negociación en el vecino país, se reunieron los garantes del proceso para poner fin a la guerra civil en Guatemala, en la casa presidencial salvadoreña, a las dos horas y treinta minutos del día 2de julio de 1954,
“…en presencia de: excelentísimo señor José María Peralta presidente de la honorable asamblea nacional legislativa de El Salvador, Monseñor Genaro Verolino, nuncio apostólico, coronel Alberto Funes, embajador de El Salvador en Guatemala; coronel Elfego H. Monzón presidente de la junta de gobierno de la república de Guatemala y teniente coronel Carlos Castillo Armas, jefe del gobierno provisional organizado en la ciudad de Chiquimula de la república antes mencionada, hacen costar: Que el objeto de la firma del pacto es el de restablecer la paz interna en la república de Guatemala.”[7]
Doce puntos estructuraron el pacto de San Salvador, siendo los más importantes, el cese de las hostilidades, el establecimiento de la nueva junta de gobierno, el restablecimiento del orden constitucional, la promulgación de una Constitución Política, la convocatoria a elecciones presidenciales, la incorporación de las fuerzas de la Liberación al Ejército Nacional y el agradecimiento a las altas autoridades salvadoreñas como a los garantes de la firma del pacto. Las cinco de la mañana en rueda de prensa desde casa presidencial expresaron su satisfacción por el fin de las negociaciones, el restablecimiento del orden constitucional y la paz para Guatemala.
En ocasión de celebrarse el 12 de julio el día del anticomunismo, el teniente coronel Castillo Armas(como jefe de la junta de gobierno) delineó en un mensaje al pueblo de Guatemala su plan de gobierno, el cual definió de la siguiente forma:
“La guerra que ahora iniciamos ya no nos servirán las armas que nos dieron la victoria en los campos de batalla. Las armas de esta nueva guerra son distintas, se llaman: justicia, sustento, educación, trabajo, economía, finanzas y respeto a la personalidad.”[8]
En la retórica del mensaje difundido en cadena nacional de radio, se mantuvo siempre como núcleo generador del discurso la lucha contra el comunismo, un ejemplo de ello:
“Los soldados de la cruzada contra el comunismo no deben olvidar jamás, que el partido comunista de Guatemala hizo del problema de inquilinato su mejor arma para ganar prosélitos y para encender la lucha de clases.”[9]
Coronel Carlos Castillo Armas presidente de la República de Guatemala 1954 – 1957.
Antes de llegar a tomar la presidencia Castillo Armas, se dispuso a hacer el acto de unificación del Ejército en el Campo de Marte de la ciudad capital en el cual participaron unidades del Ejército Nacional, incluidos los cadetes de la Escuela Politécnica y las fuerzas del Ejército de la liberación, en la actividad protocolaria se pronunciaron, el coronel Monzón y el teniente coronel Castillo.
Existen varias versiones[10] de lo sucedido luego del ceremonial militar, lo que está claro es que por la noche los cadetes de último año tomaron la decisión de enfrentar al Ejército de la liberación. Tomando la Escuela Politécnica, se abastecieron de armamento colectivo, municiones, transporte y se dirigieron rumbo al edificio inconcluso Hospital Roosevelt, donde pernotaban las fuerzas de la Liberación.
Con el armamento proporcionado por la Base La Aurora y el uso de la sorpresa, luego de varias horas de combate.[11] El arzobispo Rossel Arellano intervino como mediador, logrando un alto al fuego, que los elementos de la liberación no fueran incorporados al Ejército Nacional, y que no habría represalias contra los cadetes. Los cadetes llevaron a pie y desarmados a los liberacionistas a la Estación del ferrocarril con dirección al oriente del país de donde eran originarios.
El gobierno no cumplió con los cadetes, fueron encarcelados en la Penitenciaría Central y otras cárceles del país, la Escuela Politécnica fue cerrada temporalmente y los oficiales comprometidos con dichos eventos fueron relevados de sus puestos y algunos dados de baja de las filas del Ejército.
El Gobierno Liberacionista:
Los dirigentes del movimiento de Liberación, pensando en la victoria aún en territorio hondureño, concibieron el Plan Tegucigalpa, que en teoría era su propuesta ideológica y un proyecto de gobierno, lo cual quedó como buenas intenciones. Optaron por no derogar las conquistas populares de los gobiernos de la revolución, la Ley Laboral, la de seguridad social y otras, pero la Constitución y la Ley Agraria sí fueron derogadas.
El Estatuto Político de la república de Guatemala que sustituyó la Constitución, se emitió el 10 de agosto de 1954. Por el Decreto No. 48. Que provocó de inmediato la disolución de organizaciones, sindicatos y partidos políticos, cancelando su personería jurídica. Se creó el Comité de Defensa Nacional contra el Comunismo.
Castillo Armas para legalizar su situación, se llamó a un plebiscito (que se realizó el 25 de octubre de 1954), junto con la elección de la Constituyente. El Estatuto de Gobierno, le permitió a Castillo legislar en Consejo de ministros. El grupo liberacionista en el poder pretendió darle sentido de anticomunista, pero favorable para los trabajadores, se dio un sentido de pertenencia, propósito y religiosidad a través de su lema: Dios, Patria, Libertad.
La Constituyente se tardó 17 meses en elaborar la Constitución de 1955. Un tema complejo fue la “Iglesia católica, que reclamaba su recompensa por su comprometimiento total a la derrota del comunismo.”[12], lograron su personería jurídica, el culto privado y público, la enseñanza religiosa optativa en los establecimientos estatales, la organización de grupos de carácter religioso y que la religión católica fuera la oficial de Guatemala. Quedó restringida la participación de religiosos o grupos afines a participar en política. Se continuó con la construcción de la carretera al Atlántico, el puerto Santo Tomás y la Hidroeléctrica Jurún Marinalá.
Honras fúnebres al presidente Carlos Castillo Armas.
El 26 de julio de 1957, en Casa Presidencial fue asesinado a aproximadamente a las 21:00 horas el líder de la Liberación, el presidente Castillo Armas. Según la versión oficial:
“… al pasar por la segunda puerta de Casa Presidencial, el soldado Romero Vásquez Sánchez, al hacerle el saludo, bajó el rifle Máuser calibre 7.62; disparando dos veces, lo que le causó la muerte instantáneamente al presidente Carlos Castillo Armas. Luego el soldado Vásquez se suicidó con la misma arma en el despacho del coronel Trinidad Oliva…Hay otras versiones sobre el magnicidio del presidente.”[13]
Inmediatamente después de conocerse la noticia del asesinato de Castillo Armas, se le dio posesión al primer designado, licenciado Luis Arturo González. En forma simultánea se iniciaron las preparaciones de las honras fúnebres para el presidente, se montó en Palacio Nacional la capilla Ardiente para que la población en general expresara su pésame al líder de la Liberación.
El designado convocó a elecciones de las cuales resultó electo el licenciado Miguel Ortiz Pessarelli (candidato oficial, e integrante del MLN); Miguel Ydígoras denunció fraude. Luego de las manifestaciones; el presidente interino renunció, asumió un triunvirato militar y se llamó al segundo designado coronel Guillermo Flores Avendaño, él cual convocó a nuevas votaciones presidenciales, logrando la presidencia el general José Miguel Ramón Ydígoras Fuentes. Tomó posesión el 15 de marzo de 1958 para un periodo de seis años.
Conclusiones:
- La revolución del 20 de octubre de 1944 no fue contra el general Jorge Ubico Castañeda, sino contra el presidente provisional general Federico Ponce Vaides.
- Es posible que existiera una planificación y platicas en diversos sectores de la sociedad y algún grupo de oficiales de alta, pero, lo que provocó el desborde de los acontecimientos fue el fallecimiento del general Francisco Corado, comandante de la Guardia de Honor, por resistirse a la detención por parte de sus subalternos.
- Las consecuencias de la revolución derivan en dos causales, una de carácter social de libertades y otra de carácter político que inició con la Constitución Política de 1945. Se dieron transformaciones en el andamiaje jurídico vigente de esa época. Algunos cambios fueron de forma como el nombre de la institución armada a Ejército Nacional de la Revolución. El estadio Nacional a estadio de la Revolución. La administración de Ubico dejó las arcas nacionales llenas, sin deuda externa e interna, lo cual facilitó a la administración de Arévalo solventar las demandas sociales.
- El comprometimiento del primer gobierno de la revolución con la Legión del Caribeño trajo beneficios a Guatemala ¡Al contrario! Al igual que el asesinato del coronel Francisco Javier Arana, por prejuicios. Lo anterior convulsionó el ambiente nacional.
- La rivalidad entre Arana y Árbenz, un supuesto golpe planificado contra el gobierno y otras circunstancias políticas del momento que provocaron un levantamiento militar que debilitó al gobierno de Arévalo y que al final por la falta de la verdad en las declaraciones oficiales, quedó en el ambiente la posible participación del presidente y el ministro de la defensa en el evento desafortunado para Arana. A lo anterior se suma la solicitud de esa administración a Washington, del retiro de su Embajador en Guatemala.
- El segundo gobierno de la revolución generó una inestabilidad interna y externa por la Ley Agraria (Decreto 900); la conformación del sindicalismo, la participación directa de los integrantes del partido guatemalteco del trabajo PGT de ideología comunista, el oportunismo de reclutar militantes a engrosar al partido a través del proceso de entrega de tierras en usufructo. La compra de un lote de armas en el bloque soviético, enervaron las relaciones con los Estados Unidos, que patrocinaron por intermedio de la CIA el movimiento de Liberación.
- El Ejército de Liberación, contó con el apoyo norteamericano, nicaragüense y de la República Dominicana, así como el beneplácito hondureño para su organización y entrenamiento.
- La implementación de las operaciones psicológicas utilizando la radio clandestina La Voz de la Liberación y la campaña de lanzamiento aéreo de volantes, le dieron superioridad al movimiento de la liberación, invirtiendo la asimetría de las fuerzas. Paralelo a las operaciones militares, la resistencia a enfrentar al adversario por parte del Ejército Nacional de la Revolución por estar en contra de la ideología comunista.
- La participación de la Iglesia católica fue total al movimiento de liberación, desde el púlpito a las demostraciones de fuerza con los feligreses que realizaron una cruzada nacional contra el comunismo, llevando en hombros una copia del Cristo de Esquipulas, el cual después de la victoria fue nombrado comandante general del Ejército de Liberación con el grado de coronel.
- El gobierno de Castillo Armas continuó las obras de infraestructura, como el de la carretera al Atlántico, la Hidroeléctrica Jurún Marinalá y otras; en la parte social se respetaron las conquistas logradas en el primer gobierno de la revolución a excepción de la sindicalización, la Ley Agraria y la Constitución Política de 1945, así como fueron suspendidos los partidos políticos, en especial el comunista y toda clase de vinculación.
- El asesinato del coronel Francisco Javier Arana al igual que el del presidente Castillo Armas se mantienen en una nebulosa de encubrimientos y teorías de conspiración.
Para finalizar, esta aproximación histórica de los dos momentos relatados desde diversas fuentes y versiones del pasado nacional de los guatemaltecos, son en buena medida los responsables de la polarización de la sociedad guatemalteca y la generación de un odio irreconciliable por las decisiones políticas que involucraron a las administraciones gubernamentales de Ponce Vaides, Junta Revolucionaria de Gobierno, Arévalo, Árbenz y Castillo.
Con el paso del tiempo desembocaron en un Conflicto Armado Interno CAIn, que le arrebató la paz, prosperidad y esperanza a la nación ¡Todos perdimos! durante más de tres décadas de confrontación entre compatriotas por ser un punto caliente dentro de la dinámica de la Guerra Fría. El reto en la posmodernidad es aprender de esas dolorosas experiencias del pasado, entender nuestro presente y visualizar el porvenir.
“Los guatemaltecos tenemos un pasado en común, un presente a compartir y un futuro a construir en paz.” Goja.
La Nueva Guatemala de la Asunción, 9 de mayo de 2024.
Dr. Jorge Antonio Ortega Gaytán
ortegagaytan@gmail.com
Miembro de Número
Academia de Geografía e Historia de Guatemala.
- Revista Militar de Guatemala. 8ª. Época. Volumen IX. Enero – julio 1954., p.p. 153 – 154. ↑
- Ortega, J. Los Marinos. CEDHIM. Guatemala. 2005., p.p. 149 – 161. ↑
- Gramajo, H. Alrededor de la bandera. 1960 -1996. Tipografía Nacional. Guatemala. 2003., p. 310. ↑
- Silva, C. La Batalla de Gualán junio de 1954. Imprenta Eros. Guatemala. 1977., p. 18. ↑
- Prensa Libre. 1954: Jacobo Árbenz deja el poder Guatemala. 27 de junio 2008., p.2. ↑
- Revista La Hora Dominical. Época I. No. 1548. Santa Cruz, R. Guatemala., p.p. 4 –32. ↑
- Revista Militar de Guatemala. 1954., p. 155 – 158. ↑
- Ibid., p. 160. ↑
- Ibid., p. 161. ↑
- Ver: Ponce, H. Mi vida por tu honor, la gran batalla por la dignidad nacional, 2 de agosto de 1954. AMAR EDITORES. Guatemala, 2007.Luján, J. Breve historia contemporánea de Guatemala. Fondo de Cultura Económica. Guatemala. 2012.Méndez Ruiz, R. Crónica de mi vida, 1944 – 1992, años convulsos. Artemis Edinter. Guatemala. 2015.Sabino, C. Guatemala, la historia silenciada (1944 –1989) Tomo I Revolución y Liberación. Fundo de Cultura Económica. Guatemala. 2007. Maldonado, A. Testigo de los testigos. Piedra Santa. Guatemala. 2004.Wer, C. En Guatemala Los héroes tiene 15 años. Editorial del Ejército. Guatemala, 1999. ↑
- Fallecieron en combate: sargento 2do. Jorge Luis Araneda Castillo, cabo Luis Antonio Bosch, cadete Carlos Enrique Coronado, Soldado de segunda clase Lázaro Yucuté (compañía de seguridad de la Escuela Politécnica). El presidente licenciado Ramiro De León Carpio les otorgó en situación póstuma la Orden del Quetzal en el Palacio Nacional el 2 de agosto de 1995. El congreso de la República de Guatemala emitió el decreto Legislativo 134-97, por el cual se declaró el día 2 de agosto, como Día de la Dignidad Nacional, en reconocimiento a la heroica gesta de la compañía de Caballeros Cadetes en dicha fecha de 1954. Diario de Centro América. Ortega. J. LXIX conmemoración de los cadetes del 2 de agosto de 1952.7 de agosto de 2023., p. 9. ↑
- Ortega, J. 2023., p. 78. ↑
- Girón, R. 2018., p. p. 131 – 146. ↑
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