IV. ISRAEL Y EL GENOCIDIO EN GAZA.

En dos artículos anteriores me he referido a la condición de impunidad que, en el escenario internacional, tiene el Estado de Israel, desde su creación en 1948, con el decidido apoyo y patrocinio de Gran Bretaña y Estados Unidos y otros países, mediante una resolución de la joven organización de las Naciones Unidas, que estableció que en el territorio de Palestina se iban a establecer dos Estados: Israel y el Palestino.

Como sabemos, hasta hoy en día, el establecimiento del Estado Palestino no se ha podido concretar por la oposición de Israel y el veto de sus aliados norteamericanos e Inglaterra, aunque ya, la Asamblea General, decidió recientemente la pertenencia de Palestina a la ONU.

La llegada de los primeros “colonos” judíos europeos, por cierto NO semitas, sino europeos, fue bien recibida por los palestinos, teniendo en cuenta que, por siglos, han coexistido sin problemas judíos, cristianos y musulmanes en Palestina.

Creado el Estado de Israel, en su mayoría por pertenecientes al culto zionista judío, el 15 de mayo de 1948 inició lo que se conoce como la NAKBA (catástrofe). Más de 750 mil palestinos (2/3 de la población árabe en Palestina) fueron obligados violentamente a huir de sus hogares, volviéndose refugiados en su propia tierra.

Esta situación se mantiene, agravada, hasta el día de hoy, en que violando todas las reglas del derecho internacional humanitario y las de la guerra, Israel parece encaminarse a la expansión de su territorio para construir el Gran Israel, tomando territorios de la propia Palestina, Líbano y Siria, construido sobre los cadáveres de miles y miles de palestinos no combatientes, libaneses y sirios, bajo la mirada indiferente de sus proveedores de armas, Estados Unidos, Inglaterra y Alemania, principalmente.
Las negociaciones para el retorno de los rehenes israelitas en manos de Hamas, según informan incluso medios judíos, fracasan una y otra vez por cambios de condiciones introducidos por el premier zionista Benjamín Netanyahu quien evidentemente está jugando con los tiempos para la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump, quien ha declarado que, si los rehenes no son liberados, Gaza se volverá “un verdadero infierno”, como si lo que han vivido los gazatíes en este año y meses de genocidio, hubiera sido un paseo por un parque.

Las últimas estimaciones de muertos en Gaza se sitúan en unos 50 mil, aunque hay que tener en cuenta que el Ministerio de Salud palestino solamente cuenta a los fallecidos que son presentados en hospitales o que fallecen en ellos, no los que están enterrados en las ruinas de edificios, viviendas, escuelas, iglesias, mezquitas, etc., destruidas sistemáticamente por el ejército zionista, que estimaciones de expertos ingleses, cifran en unos 300 mil muertos en total.

A ellos hay que agregar unos 150 mil heridos, entre ellos, miles de niños, que crecerán con afectaciones físicas permanentes de diverso tipo.

El periódico estadounidense The New York Times, publicó el 29 de diciembre pasado un artículo en el que se afirma que desde el 7/10/24, el ejército zionista opera bajo una regla que permite a sus soldados matar civiles. Se informa que en documentos oficiales, el ejército autoriza a matar 20 no combatientes en cada ataque contra un presunto miembro de Hamas, incrementando la proporción, en casos especiales, hasta 100 por uno.

Se añade que solamente unas horas posteriores al ataque de HAMAS EL 7/10, el ejército emitió una orden sin precedentes, autorizando a la aviación a bombardear sin restricciones áreas de Gaza, y también a todas sus fuerzas, en el caso de personas que “podrían estar relacionadas con Hamas”, a atacarlos cuando estuvieran en sus casas, rodeados de familiares y vecinos. ¿Alguna duda de la intención genocida del régimen zionista?

Pero la deshumanización de lo que ocurre en Gaza alcanza también a gobiernos que apoyan sin reservas al Estado zionista. Por ejemplo, la ministra alemana de relaciones exteriores Anna-Lena Baerbock declaró el 3 de enero actual: “no sentiremos vergüenza de atacar civiles y hospitales, mientras eso garantice la seguridad de Israel”, además de reiteradas declaraciones de los voceros del gobierno de Estados Unidos o franceses e ingleses, que todavía no han determinado que la guerra contra los palestinos se pueda calificar de genocidio.

El periodista estadounidense Christian Hedges, ganador del Pulitzer, en un artículo publicado el 6 de este mes de enero, señala que “…los gobiernos de Estados Unidos e Israel continuarán el genocidio en Gaza por muchos meses, hasta haber aniquilado o echado de su tierra a los palestinos, y consolidado el Gran Israel”. Tituló este artículo “GENOCIDIO; LO NUEVO NORMAL”.

Destaca que el presidente Biden, antes de terminar su período el 19 de este mes, dio un regalo a Israel de 8 mil millones de dólares en armamento, y añade “Esta es una guerra permanente, sin fin, no hecha para destruir a Hamas o liberar a los rehenes israelís, sino para erradicar de una vez por todas a los palestinos en Gaza y el West Bank; es el empujón final PARA CREAR EL GRAN ISRAEL Y CULMINAR EL SUEÑO ZIONISTA…”

Del otro lado de la situación, observamos que la gran mayoría de Estados miembros de las Naciones Unidas, así como segmentos importantes de ciudadanos, incluidos de los Estados Unidos, Inglaterra, Francia y Alemania, se manifiestan abiertamente en favor de un cese al fuego y el fin de la guerra contra los palestinos, así como del establecimiento del Estado palestino. Se ha llegado, por parte de una nación del sudeste de Asia, a preparar un proyecto de resolución para expulsar a Israel de la ONU, acción que no sé que tan conveniente resultará si se lograra.

México tiene ya una embajadora palestina en nuestra capital, y la ciudadanía apoya abiertamente a los palestinos en su lucha por lograr un hogar en su tierra, aunque parte de la derecha mexicana y la colonia judía en nuestro país es abiertamente zionista y crítica de las acciones de condena de nuestra presidenta a la política del régimen de Netanyahu.

El economista y ex consejero de varios presidentes de los Estados Unidos, Jeffrey Sacks, ha declarado en varios escenarios recientes, que el zionismo ha tomado el control de la política exterior de los Estados Unidos y que ese control ha llevado a la guerra a su país por indicaciones de Netanyahu y su gobierno, en contra de 6 países y que solamente falta uno, Iran, de los siete que un general en retiro declaró hace 15 años, Estados Unidos debía destruir, Libia, Iraq, Siria, Afganistán, etc.
El panorama en el área tuvo un cambio significativo con la impensable y rápida caída del régimen del presidente Bashar El Assad en Siria, país ahora gobernado por un ex (?) terrorista de ISIS y al Qaeda, un israelí agente del Mossad, por quien Estados Unidos ofrecía 15 mdd por información para su captura -y ahora ya está perdonado después de nombrarlo como luchador contra el tirano Assad-, y que ha permitido la ocupación de territorio por parte de tropas de Israel.

Según analistas internacionales este cambio en Siria afecta directamente a Hamas y Hezbollah, pues era a través del territorio de este país que Irán enviaba armas y pertrechos a los dos movimientos del llamado eje de resistencia contra Israel.

Queda por aclararse cuál será finalmente la posición del nuevo presidente estadounidense, que el día 9 de enero, publicó en X posts críticos de Netanyahu, después de haber prometido un infierno a Gaza si no libera a los rehenes israelitas.
Esperemos reflexione su posición, de ser la misma que la de Biden, chocará con la de la mayoría de la comunidad internacional.

 

Miami, enero de 2025.

Sergio J. Romero Cuevas,
Embajador de México (r)

 

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