Resumen
Este ejercicio tiende a enfocar el accionar actual de tres países potencia que, de diferente manera, están creando una transformación mundial geopolítica: Estados Unidos de América con su intervencionismo desestabilizador en varias zonas del mundo a través de la creación o de incentivar conflictos internos en diferentes países; el resurgimiento como potencia de la Federación de Rusia y su ahora indispensable participación en los contextos regional y global; y la República Popular China, con su tajante decisión de expandir su presencia en su zona de influencia (Asia-Pacífico/Mar del Sur de China) en base a su potencial económico, financiero y militar, países todos que, al estar imponiendo sus intereses y su “seguridad nacional” en dichas zonas –individual o colectivamente-, están provocando un severo desequilibrio en el orden internacional que, para varios analistas, ha dado lugar a un debate sobre si existe una “paz caliente” o una nueva era de Guerra Fría, pero que al final la suma de estas acciones individuales y colectivas está creando un peligroso juego militarista. En este sentido, son los Estados Unidos los que “olvidan” el diálogo y la negociación franca y respetuosa, así como haciendo a un lado la concertación y el respeto al Derecho Internacional, lo que definitivamente no sólo pone en serio peligro la paz y la seguridad internacional sino, peor aún, han creado las condiciones suficientes para estimar que este choque de intereses entre las tres potencias está cerca de provocar una nueva conflagración mundial.
Sumario: Introducción. 1) Estados Unidos de América; 2) Federación de Rusia; 3) China; 4) La recomposición geopolítica de bloques militares. /Conclusiones/Publicaciones.
Introducción
El título de este trabajo parece alarmante, pero no es así, toda vez que si consideramos la serie de situaciones bélicas que ya están presentes en zonas como el Oriente Medio y prebélicas en Asía Pacífico, nos lleva a una realidad insoslayable que permite avizorar escenarios en suma peligrosos para la paz y la seguridad mundiales y por ende para la humanidad en general.
De ahí que el presente análisis, que tiene como base la interrelación –en forma de narrativa- de una serie de artículos publicados en el periódico digital Sputnik Mundo, que a su vez reproduce comentarios emitidos por la revista estadounidense “The National Interest” o publicaciones europeas de prestigio como “The European”, así como comentarios de connotados políticos y especialistas internacionales de varias nacionalidades, en los que se tiende a destacar aquellos acontecimientos que, a juicio del autor, deben ser tomados en consideración de tal manera que el lector enfoque –desde su perspectiva- qué y cuáles son los factores que llevan a estimar que una conflagración –con repercusión mundial- entre Rusia y los EUA o China y los estadounidenses parecería acercarse.
Con el propósito de insertar el presente en un adecuado perfil académico, se iniciará presentando la actitud y las acciones que han venido desarrollando los principales actores que participan en lo que se puede denominar como un “juego geopolítico” (con tintes guerreristas), en el que se incluyen los movimientos militares que se suscitan en las principales zonas de conflicto; aspectos estratégicos relevantes como la utilización de los medios de comunicación occidentales para tergiversar o darle otra connotación a los hechos reales que se presentan en Siria, Ucrania o en el Mar del Sur de China y, derivado de tales acciones, la presencia o integración de nuevos y más poderosos ejes militares para, finalmente, emitir las conclusiones pertinentes.
Posición y accionar de los Estados Unidos de América (EUA)
Para iniciar el análisis del comportamiento estadounidense necesariamente se debe partir de la base de que este país está obsesionado en seguir siendo el país hegemón mundial y, por lo tanto, persiste en su idea de un mundo unipolar. Si bien es cierto que aún detenta un gran poder económico, financiero y militar, y con ello una gran influencia política a nivel global, los EUA ya no cuentan con el poder total que ostentaron inmediatamente después del término de la Guerra Fría.
En efecto, los EUA independientemente de haber pasado por un colapso crediticio/financiero en 2014 cuya crisis aún no puede superar, sigue siendo el país más endeudado del mundo (deuda interna y externa que por si acaso no podrá pagar). De la misma manera existe la necesidad de apuntar que en el campo financiero el dólar norteamericano cada vez tiene una menor fortaleza lo que definitivamente tiende a debilitar la estabilidad estadounidense en este campo con todo lo que esta situación implica para ese país y la economía mundial. De esta manera, cada vez son más los países que prefieren realizar intercambios comerciales con monedas locales de cada país en la compra venta de productos, al margen de que Estados altamente competitivos tales como Rusia, China y Arabia Saudí se están deshaciendo de los bonos de deuda estadounidenses con todas las consecuencias para este país, así como en el ámbito internacional que tal acción produce.
En el campo político el horizonte es bastante inestable si se toma en consideración la prepotente y ambigua posición que desde hace poco más de un año ha venido adoptando el Presidente Donald Trump, misma que ha y sigue creando muchas dudas respecto a su posible accionar en los principales campos del acontecer estadounidense global: económico, financiero, seguridad ambiental y política exterior; particularmente esta última ya que si esta política sólo tiene como base el intervencionismo desestabilizador puede decirse que los estadounidenses no cuentan con una real y verdadera política exterior y su accionar sólo responde a mantener su hegemonía a cualquier precio, principalmente a través de intervenir en los asuntos internos de los Estados utilizando, como ha sido hasta ahora, la imposición de sanciones económicas y su poderío militar, sea directamente o a través de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), como en el caso específico de Rusia.
Al respecto, se lleva a la atención lo señalado en la revista estadounidense National Interest [1] en el que se establece con suma claridad que durante la carrera presidencial, “…los políticos estadounidenses hablan mucho de Putin y la amenaza rusa, pero los analistas creen que la realidad no es tan peligrosa como se quiere mostrar…ya que Putin no tiene la intención ni de debilitar a Occidente ni tampoco de establecer una hegemonía euroasiática”. La publicación no sólo insta a ubicar la amenaza rusa desde una perspectiva realista sino, asimismo, a analizar el informe de la Academia Naval de Estados Unidos, cuyas conclusiones van en contra de la retórica común sobre Rusia. En este sentido la revista agrega que el líder ruso solo responde a la evolución de la situación regional y global, tratando de obtener las mayores ventajas posibles y, en este marco, “Moscú se encamina a aumentar su potencial de defensa y a elaborar una estrategia de respuesta limitada pero rápida a las amenazas que puedan surgir en diferentes regiones del mundo”. En otras palabras: Rusia aunque cuente con la posibilidad de interferir en los proyectos estadounidenses, no tiene planes de amenazar su existencia.
Para dar mayor solidez a la negativa actuación militarista estadounidense a nivel mundial, se destaca lo señalado en los artículos “Esta es la razón por la que EEUU mantiene sus bases en Europa” y “Siete razones por las que EEUU debería cerrar sus bases en el extranjero” [2]. En el primer artículo, de acuerdo al analista Jhon Glaser del Instituto Cato, en su artículo para la “Revista Time”, las bases militares estadounidenses en el extranjero no justifican los gastos que suponen y contradicen los intereses estadounidenses…”ante todo, las bases no protegen a los EUA de ataques directos…y el despliegue de 80 mil soldados en 350 instalaciones de Europa no tiene relación directa con la seguridad física de los estadounidenses”.
Continuando con su apreciación, Glaser enlista seis supuestos más: el efecto de contención de las bases está sobrevalorado siendo el mejor ejemplo que la expansión de la OTAN hacia el este de Europa sólo provoca serias preocupaciones en Moscú, además de alterar la estabilidad en la región; las bases militares no siempre previenen la propagación de las armas nucleares en el mundo (caso Corea del Norte); las bases causan descontento entre la población local donde se ubican dando lugar, en el mejor de los casos, a protestas contra los militares estadounidenses; las bases llevan a deteriorar la imagen estadounidense al ser consideradas como control y establecimiento de un “régimen dictatorial” del país donde se ubican (vr gr. Bahreín, base principal de la V Flota de los EUA); los estadounidenses pueden verse implicados en una guerra innecesaria debido a sus instalaciones militares. El ejemplo clásico de esta afirmación emerge al referirnos al conflicto en el Mar Meridional de China, toda vez que Washington tendrá que intervenir para cumplir las “promesas” de seguridad hechas a Taiwán, Japón y Filipinas, en el entendido de que este último país parece haber renunciado a la cooperación militar estadounidense y se ha “acercado” a China.
En el segundo artículo, de acuerdo al analista político Andréi Koshkin, la “nueva” configuración geopolítica ha obligado a los EUA a asirse de Europa más que de cualquier otra zona del mundo, toda vez que “esto le permite a Washington controlar no sólo a los países del Continente Europeo sino, asimismo, a África del Norte, Oriente Medio, Asia Central y las rutas comerciales en el Atlántico que rinden más de 4 mil millones de dólares anualmente”. Por otro lado, continúa el analista, la presencia física en los países y las maniobras conjuntas son dos de los mecanismos que obliga a Europa a obedecer a los estadounidenses.
En síntesis, el gobierno estadounidense muestra serias y severas debilidades ubicando su “fortaleza” en el campo militar y de ahí su intervencionismo desestabilizador.
Posición y accionar de la Federación de Rusia.
De acuerdo a un sin número de analistas internacionales, el principal “pecado” ruso ha sido y seguirá siendo su fortaleza interna (léase el apoyo incondicional de la población rusa a Vladimir Putin), la reestructuración y éxito de su economía, aún y a pesar de las sanciones occidentales, así como una política exterior con tendencia multipolar y la reconversión de sus fuerzas armadas, situaciones todas que han convertido a los rusos en un actor global.
Ahora bien, Rusia, de acuerdo al analista Wolfram Weimer, autor de un artículo publicado para The European [3], el presidente ruso ha obtenido una larga lista de éxitos, entre ellos, la comunidad “tácitamente” reconoció a Crimea como parte de Rusia; las sanciones occidentales no han tenido ningún efecto profundo; tampoco hay una fuerte resistencia en la OTAN ni en la UE. De la misma manera, continúa el analista, es evidente la influencia de Putin en Ucrania, lo que le permite hacer crecer la zona de influencia de Rusia en Occidente; asimismo, la operación en Siria le brindó a Rusia poder e influencia en Oriente Próximo por lo que ahora resulta impensable ningún arreglo pacífico de la situación sin la participación de Moscú y, finalmente, siempre de acuerdo con Weimer, a través de nuevas alianzas, Putin está creando un nuevo espacio geoestratégico: Primero se acercó a Pekín y después está construyendo una alianza con Turquía, existiendo la posibilidad de mejorar sustantivamente sus relaciones con Filipinas, creando con ello una estructura de poder antioccidental.
En cuanto al accionar de Rusia en Siria, parafraseando lo señalado por Willy Wimmer, ex vicepresidente de la Asamblea Parlamentaria de la OSCE [4], Rusia es la única gran potencia que puede hacer frente al terrorismo mientras que los estadounidenses continúan con la política del intervencionismo desestabilizador, agregando al respecto que “sabemos que al principio de la tragedia siria, en el país se encontraban las fuerzas especiales de los EEUU, del Reino Unido y de Francia con el objetivo de internacionalizar el conflicto que antes había parecido una guerra civil”, señalando asimismo que “existe una clara distinción entre la misión rusa invitada para ayudar por el Gobierno legítimo y la injerencia unilateral de EEUU y Europa”…léase la OTAN, “convirtiéndose la intervención de los norteamericanos y los europeos en Siria en una evidente violación del derecho internacional. Es una operación militar en territorio de otro Estado iniciada sin la autorización de la ONU”.
Por su parte y en cuanto a declaraciones de la parte rusa, al referirse a las tensas relaciones con los estadounidenses respecto a los asuntos señalados con anterioridad y en su relación bilateral, Sergueí Lavrov, Ministro ruso de Asuntos Exteriores, fue enfático en mencionar que ambos países no están al borde de una guerra [5], pero aprovechó la oportunidad para dejar en claro que al desplegar armas en Kaliningrado, Rusia actúa en su territorio, mientras que los estadounidenses hace lo mismo en el territorio de Europa del Este que no es un territorio de los EEUU. Al referirse con mayor profundidad al establecimiento del denominado “escudo antimisiles estadounidense”, señaló: “Acercan la infraestructura militar a nuestra frontera y ahora los F-35 estadounidenses, los cazas más nuevos que están equipados con las últimas versiones de bombas nucleares se desplegarán cerca de la frontera rusa.”
Respecto a las acusaciones estadounidenses de que Rusia interfirió en los asuntos internos en los EUA (ciber ataques en la campaña presidencial demócrata y el “favoritismo” hacia Donald Trump), Lavrov volvió a negar dicha interferencia pero, al mismo tiempo, recordó “que hace dos años, poco después de la crisis ucraniana, el Congreso de EEUU aprobó el acta de apoyo a la democracia de Ucrania, que encargaba al Departamento de Estado respaldar a las ONG¨S democráticas y la sociedad civil en Rusia “para hacer que se vuelva más democrática””. Lo anterior demuestra con claridad que las instrucciones directas del Departamento de Estado son y siguen siendo influir en los asuntos internos de Rusia, finalizando en tal sentido que “Washington se ha negado a actualizar el acuerdo firmado con la URSS de no intervenir en los asuntos internos en cada país”.
Dadas las opiniones emitidas por las diferentes autoridades, políticos y analistas señalados con anterioridad, una primera conclusión sería que los estadounidenses utilizan todos los recursos a su alcance para demostrar a la opinión mundial que el enemigo a vencer son los rusos y, en este propósito, además de contar con el apoyo (cada vez menos firme) de sus “aliados” europeos, cuentan con toda la infraestructura mediática de los medios de comunicación occidentales, cuya autenticidad de sus notas cada día son menos creíbles a nivel global.
Posición y accionar de la República Popular de China
Si la determinación estadounidense de tener un enfrentamiento con Rusia es patente, en el caso de China es casi similar, aunque cabe destacar que la posición de los Estados Unidos es variable al estar presentes otro tipo de intereses geopolíticos, políticos, comerciales y financieros con los chinos, sin olvidar que existen “compromisos” y acuerdos militares estadounidenses con ciertos países en la zona del Pacífico Sur: Japón, Taiwan y Filipinas en el sentido de defenderlos de la expansión de China.
Respecto a las relaciones bilaterales sino-estadounidenses, las mismas se han ido deteriorando paulatinamente al grado de considerarse “estancadas” con tendencia a deteriorarse debido a varios factores. En el campo financiero, entendiéndose como tal la venta de bonos de la deuda estadounidenses por parte de China y el intercambio comercial chino con varios países en monedas locales (sin utilizar el dólar) han crispado la poca paciencia del país hegemon toda vez que directa e indirectamente afecta sensiblemente no sólo a las finanzas estadounidenses sino también puede llegar a desestabilizar el sistema económico/financiero mundial.
Si lo anterior resultó inquietante e incómodo a los estadounidenses, la decisión de China de “defender” sus intereses nacionales en su zona de influencia del Mar Meridional, construyendo islas artificiales en dicho espacio, puso en estado de alerta a los EEUU al seguir considerando erróneamente que sólo ellos son los que deciden y tienen la facultad de ocupar espacios geopolíticos útiles a sus intereses nacionales. Resultado de lo anterior han sido los cada vez más constantes roces entre embarcaciones de guerra de ambos países.
En lo concerniente a la serie de tratados de defensa entre los Estados Unidos y sus “aliados” del Pacífico Sur, especialmente Japón, Taiwán, Filipinas y Corea del Sur, parecería que la alianza con Filipinas tiende a desaparecer, toda vez que el presidente filipino Rodrigo Duterte no sólo la ha denunciado sino que en forma conjunta con el Presidente de China, Xi Jinping, reiteraron la adhesión de sus países a la libertad de navegación en el mar del sur de China y la importancia de resolver por vía negociada las disputas territoriales en la zona. Lo anterior causó un severo golpe político y militar a Washington con connotaciones geopolíticas en la multicitada zona. Cabe recordar que días antes, Duterte dio a entender que en la transformación de su política exterior, estará también contemplado un acercamiento a Rusia.
Por si fuera poco, Rusia ha entrado en conversaciones profundas con Japón tendientes a firmar (finalmente) un acuerdo de paz entre ambas naciones y, dentro de estas negociaciones, llegar a un entendimiento por el diferendo de las Islas Kuriles. En otras palabras, no sólo los países de esa zona (“aliados” y “enemigos”) están tratando de disminuir las tensiones entre ellos sino, más importante aún, están dando los pasos necesarios que permitan detener confrontaciones militares futuras entre los países involucrados al tiempo de frustrar (si se quiere momentáneamente) las ideas guerreristas de los EUA.
La recomposición geopolítica de bloques militares.
Ante todo lo anterior, resulta necesario analizar los efectos globales y regionales que está causando el intervencionismo desestabilizador estadounidense. En este escenario aparecen tres factores que deben ser tomados muy en serio por los estadounidenses: la hasta poco impensable conjunción de esfuerzos políticos y militares entre China y Rusia, la declaración de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) y la importancia como bloque político-militar de la Organización para la Cooperación de Shanghai (OSCH). En el primer caso, durante la Conferencia Internacional de Xishan, que tuvo lugar en Pekín (octubre 2016), de acuerdo a lo publicado en “Sputnik Mundo” [6] altos cargos chinos y rusos mencionaron la creación de un “escudo antiaéreo” para contrarrestar el sistema de defensa antimisiles de Estados Unidos desplegado en Corea del Sur, acordándose además celebrar en 2017 la segunda edición de los ejercicios militares conjuntos en materia de defensa antimisiles.
Siempre de acuerdo con el artículo, el Jefe Adjunto de operaciones del Estado Mayor Conjunto del Consejo Central Militar de China, Mayor General Cai Jun, fue enfático en dar a conocer que “estos esfuerzos llevará la cooperación militar entre los dos países a un nuevo nivel, demostrando el compromiso de Rusia y China en mantener el equilibrio militar, la seguridad y la estabilidad en la región”.
Es preciso recordar asimismo que Rusia y China ya están actuando conjuntamente en Siria y, tal actuación, no trata de desafiar a los estadounidenses, sino que ambos países están dando los primeros pasos de un nuevo orden mundial, en los que los países cooperen y dialoguen para resolver los problemas, a diferencia del orden que intenta imponer Washington con un solo dueño: el propio Estados Unidos. En este tenor, es necesario recordar que a principios de 2016, el politólogo Zbigniew Brzezinsky por si acaso uno de los personajes más influyentes en la geopolítica estadounidense, acepto que los EUA ya ha perdido su hegemonía y que “para evitar el caos mundial”, Washington debería aceptarlo y trabajar con Moscú y Pekín como socios igualitarios.
Ahondando en este tipo de reflexión, el profesor del Instituto de Estudios Internacionales Contemporáneos y de la Academia Diplomática de Asuntos Exteriores de Rusia, Andrey Volodin, considera que Rusia y China ya están cambiando el equilibrio del poder mundial.
Respecto a la posición de la OTSC, el asesor del presidente ruso para asuntos internacionales, Yuri Ushakov, dio a conocer que la organización calificó en su estrategia de seguridad hasta el año 2025 como amenaza externa el despliegue del sistema antimisiles de EEUU, toda vez que “La actividad socava el equilibrio de fuerzas, incluido el despliegue del sistema antimisiles, el incremento de oportunidades para la idea de un ataque global, la propagación de las armas de destrucción masiva y la actividad para desorganizar a autoridades legítimas y cambiar el orden constitucional son calificadas como amenaza externa”.
Otra de las decisiones adoptadas en el seno de la OTSC, fue “la elaboración de una lista conjunta de organizaciones consideradas terroristas por la OTSC, donde se define la manera para establecer y mantener la lista conjunta: la parte interesada (miembro de la organización) propone que una u otra organización se considere terrorista, y luego una decisión correspondiente de los países miembros se adopta en virtud de órdenes judiciales”. Los países miembros de la OTSC son: Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán, Rusia y Tayikistán que, por si acaso, conforman el “cinturón de seguridad” de Rusia. Esta acción de ninguna manera tiende a desestabilizar el equilibrio en el Oriente Medio pero si la posición estadounidense que sigue negándose en “separar” debidamente a los llamados “grupos de oposición” al régimen sirio y los grupos terroristas.
En cuanto a la OCSH, cabe recordar que emergió como una organización regional de carácter político-militar, fundada el 8 de abril de 1996 por la República Popular China, Rusia, Kazajistán, Kirguistán y Tayikistán y posteriormente se unieron Uzbekistán (2001), así como India y Pakistán (2016). Los principios fundacionales de esta organización establecen que está enfocada a la seguridad regional y que entre sus principales objetivos se encuentra la lucha contra el terrorismo, el separatismo y el extremismo. En su constitución (fuertemente, impulsada por China) incidieron particularmente factores políticos, económicos, militares y geopolíticos.
Es así como, desde una perspectiva realista, la organización surge como una amalgama bilateral de intereses estratégicos con características de una amplia alianza geopolítica entre los países que la conforman, e indudablemente está convertida en un “polo alternativo” para varios países euroasiáticos, así como de disuasión para la OTAN y, desde luego, como un poderoso elemento que está dirigido a frenar la penetración estadounidense en dicha zona.
Como puede apreciarse, los EUA tendrán que pensar seriamente en atreverse a incursionar con su política de intervencionismo desestabilizador en zonas que forman parte del espacio estratégico de Rusia y China, ya que tanto a nivel bilateral como a través de las citadas organizaciones dichos países no solo están preparados sino, más importante aún, se encuentran en capacidad de una contundente respuesta.
Conclusiones
El mundo atraviesa por una inmensa crisis de valores, de ética política y de irrespeto al Derecho Internacional que afecta en forma directa a las relaciones internacionales en general y en particular a las políticas exteriores de las potencias. No obstante lo anterior, todo indica que se está regresando a un gran equilibrio de poder pero, paradójicamente, por otro lado este equilibrio provoca la inestabilidad mundial. En efecto, son muchos los intereses nacionales y de seguridad que argumentan las potencias para proseguir con sus juegos de guerra. En este sentido se puede observar que los estadounidenses siguen considerando al mundo como algo propio, sin tomar en cuenta que sus acciones políticas, financieras y militares –en cualquier parte del mundo- ponen en peligro la paz y la seguridad internacionales.
Al respecto, comparto la opinión de John Sawers, ex jefe del M15 (Servicio Secreto de inteligencia británico) [7] quien al referirse a la actitud de los EUA señala que: “La era unipolar estadounidense duró menos de 25 años, su fin fue acelerado por guerras demasiado ambiciosas y la crisis financiera de 2007-08. Estados Unidos sigue siendo el país más poderoso del mundo, con una tecnología sin rivales y el poder corporativo, pero ya no tiene la hegemonía global. El dominio económico de occidente se ha reducido drásticamente: el Grupo de los Siete países líderes solía contribuir en un 70% al producto interno bruto mundial, y ahora la cifra se ha reducido a 47% y sigue cayendo.”
Aún más, de acuerdo siempre a Sawers, “Poner las relaciones entre las potencias grandes en el primer lugar será desagradable para muchos. Sin embargo, tenemos que tratar al mundo como es, y no como nos gustaría que fuera. No podemos darnos el lujo de meternos en un conflicto militar entre las grandes potencias”. Por lo tanto, “la prioridad de la política exterior del presidente estadounidense será encontrar una manera de evitar el conflicto directo con China o Rusia”.
Ahondando más en la percepción que se tiene sobre un conflicto militar de envergadura, destaco la opinión que se vierte en otro artículo publicado en “Sputnik Mundo” [8] en el que se señala que: “La crisis siria ha marcado una tendencia decisiva de cara al futuro: el orden mundial impuesto tras la Guerra Fría se está cayendo a pedazos…en el conflicto sirio, actualmente participan, de una u otra forma, todas las potencias mundiales: los países de la OTAN y del Golfo Pérsico, además de Rusia, Irán y China, desarrollándose “una Guerra indirecta”.
En otras palabras, y parafraseando otra parte del artículo, puede decirse que ha terminado la época en que solo un grupo limitado de países podría disfrutar del derecho de actuar de acuerdo a sus propios intereses y no a las demandas internacionales de la moral y el derecho, y si bien situaciones como las que se están produciendo en Siria parecen ser inevitables, se tiene que tomar en cuenta que dada la regionalización del mundo lo que estamos viendo es que tal situación provoca que los problemas sean globales y las soluciones sigan siendo nacionales.
En cuanto a la parte que les corresponde a Rusia y a China en el contexto internacional o, mejor dicho, en este proceso de “estabilidad inestable”, considero que sus respectivas políticas exteriores deben seguir reforzando el diálogo abierto pero respetuoso, considerar como inamovible la negociación en sus relaciones internacionales, además seguir manteniendo posiciones realistas y pragmáticas. Lamentablemente hay que reconocer que se enfrentan a una potencia cuya “política exterior” y acciones guerreristas tienden a establecer de nuevo una détente contra ambos países y, con ello, una nueva era de Guerra Fría.
Otro aspecto a destacar respecto a la posición y actitud estadounidense es su decisión de utilizar a la OTAN y por ende a los países que la integran para seguir hostigando y acusando a Rusia de su “agresión” hacia occidente. Tampoco se puede obviar que es la OTAN la que se acerca a las fronteras rusas y no al revés. En este sentido debe enfocarse con detenimiento lo que realmente pretenden los estadounidenses, esto es, que la alianza (OTAN) siga promoviendo la idea del “espacio Schengen” militar en Europa, lo que supone el levantamiento de las restricciones al movimiento de armas y tropas en el continente, sin necesidad de un permiso para pasar por las fronteras nacionales de los países miembros. Lo anterior definitivamente socavará (aún más) la soberanía de los estados miembros, pero facilitará las operaciones transcontinentales. [9]
Ahora bien, los estadounidenses no deben olvidar que si bien Europa ha cedido gran parte de su soberanía ante ese país, no todos los integrantes de la OTAN están dispuestos a entrar en un conflicto militar con Rusia. Independientemente de lo anterior Europa se encuentra debilitada por el Brexit, dividida por la crisis migratoria, enfrentada a crisis sociales y sumida en un serio problema de identidad, sin olvidar que en 2017 se llevaron a cabo elecciones presidenciales en países claves como Alemania y Francia, que hasta la fecha no permiten visualizar con claridad las posiciones de ambos países claves en la estrategia estadounidense. Todo lo anterior, necesariamente incide negativamente en los planes de Washington.
Todo parecería indicar que para seguir llevando sus acciones Washington sólo cuenta en la actualidad con el apoyo de una Gran Bretaña incondicional pero debilitada políticamente por su separación de la Unión Europea y países menores como Lituania, Letonia, Estonia y Polonia que al contar con ejércitos de importancia relativa en un gran conflicto, solo aportan sus territorios para los fines y propósitos de la primera potencia mundial pero, significativamente, han perdido gran parte de su soberanía, independientemente de contribuir a una mayor desintegración europea.
En síntesis, como bien lo señala Peter Korzun, los preparativos para un conflicto armado con Rusia reducen considerablemente la seguridad europea y las posibilidades de restaurar el diálogo entre la OTAN y Moscú, pues el bloque hace todo lo posible para incrementar la carrera armamentística entre todos los involucrados en una guerra no declarada, pero que está inserta en lo que puede denominarse como la segunda parte de la Guerra Fría con características de una paz caliente que puede detonar en una conflagración global.
Puebla, Puebla, enero de 2018.
BIBLIOGRAFÍA
Artículo “¿Cuán peligrosa es realmente Rusia?” reproducido en el periódico digital ruso “Sputnik Mundo” del 1/agt/2016.
Ambos artículos publicados en el periódico digital ruso “Sputnik Mundo” del 1/sept/2016 y 18/sept/2016, respectivamente.Artículo “Moscú se ha convertido en un actor global a pesar de los deseos de EEUU”, periódico digital ruso “Sputnik Mundo” del 15/oct/2016.
Artículo “Político alemán: EEUU nos hace caer en el abismo de la guerra en Oriente Próximo”, periódico digital ruso “Sputnik Mundo” del 2 de octubre de 2016.
Artículo “Lavrov: EEUU y Rusia no están al borde de una guerra”, periódico digital ruso “Sputnik Mundo” del 12/oct/2016.
Artículo “Expertos: nuevo orden de Rusia y China sustituirá la hegemonía de EEUU”, del 13/oct/2016.Artículo “EEUU tiene que olvidarse del mundo unipolar y trabar amistad con Rusia y China”, reproducido por “Sputnik Mundo” el 20/oct/2016 tomando como base lo publicado en la revista “The Financial Times”.
Artículo “Siria: el lugar donde se decide el futuro del mundo” del 14/oct/2016.
Artículo “La OTAN no se detiene y sigue preparándose para la guerra contra Rusia”, artículo escrito por el experto Peter Korzun publicado en “Global Research” y reproducido por Sputnik Mundo el 26/oct/2016.
El Autor fue diplomático de carrera de 1972 a 2003, habiendo alcanzado el rango de Ministro del Servicio Exterior Mexicano. En el Instituto Matías Romero de la SRE, cursó la Maestría en Estudios Diplomáticos, cinco Diplomados en diferentes áreas de las Relaciones Internacionales y un curso sobre Seguridad Internacional y Hemisférica. Realizó la Licenciatura y la Maestría en Relaciones Internacionales, con especialidad en Diplomacia y en temas de Seguridad Internacional, respectivamente, en la Atlantic International University de Miami, Florida, EUA. Actualmente es Profesor de Asignaturas en la Universidad Iberoamericana Puebla. Email: vhrl11@gmail.com.
- Artículo “¿Cuán peligrosa es realmente Rusia?” reproducido en el periódico digital ruso “Sputnik Mundo” del 1/agt/2016. ↑
- Ambos artículos publicados en el periódico digital ruso “Sputnik Mundo” del 1/sept/2016 y 18/sept/2016, respectivamente. ↑
- Artículo “Moscú se ha convertido en un actor global a pesar de los deseos de EEUU”, periódico digital ruso “Sputnik Mundo” del 15/oct/2016. ↑
- Artículo “Político alemán: EEUU nos hace caer en el abismo de la guerra en Oriente Próximo”, periódico digital ruso “Sputnik Mundo” del 2 de octubre de 2016. ↑
- Artículo “Lavrov: EEUU y Rusia no están al borde de una guerra”, periódico digital ruso “Sputnik Mundo” del 12/oct/2016. ↑
- Artículo “Expertos: nuevo orden de Rusia y China sustituirá la hegemonía de EEUU”, del 13/oct/2016. ↑
- Artículo “EEUU tiene que olvidarse del mundo unipolar y trabar amistad con Rusia y China”. reproducido por “Sputnik Mundo” el 20/oct/2016 tomando como base lo publicado en la revista “The Financial Times”. ↑
- Artículo “Siria: el lugar donde se decide el futuro del mundo” del 14/oct/2016. ↑
- Artículo “La OTAN no se detiene y sigue preparándose para la guerra contra Rusia”, artículo escrito por el experto Peter Korzun publicado en “Global Research” y reproducido por Sputnik Mundo el 26/oct/2016. ↑
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