Resumen
El universo creado por Miguel Ángel Asturias, esta constituidos por su época, vida, y producción literaria, que en forma integral se recopila y se hace un integrado en este artículo de agradecimiento por su herencia a todos los guatemaltecos de ayer, de hoy y de siempre y, aprovechando que este año se conmemoran 125 años (1899 -2024)de su natalicio es una oportunidad única para sumarse a dicha conmemoración.
La vida de Asturias va paralela a los eventos políticos de su existencia tanto nacionales, como internacionales. Lo vemos inicialmente en un domo elaborado con las enredaderas propias de las intrigas de una dictadura de más de dos décadas, que forzó la salida de lo urbano a lo rural de su familia.
Luego vendrán otras épocas; la de estudiante en el Instituto Central para Varones, la Universidad, Europa, sus cargos en la administración pública, diplomática y el movimiento pendular de la política nacional, entre revolución y contrarrevolución, su actividad periodística el exilio, en fin, una vida peculiar que lo llevan a recibir el Nobel de literatura en 1967 en Estocolmo y luego su fallecimiento en Madrid en 1974.
Con los puntos sobresalientes de su existir y la vigencia de sus obras una evidencia tangible de ello son los constantes análisis desde los más diversos matices y otras latitudes, con coloquios, congresos y estudios analíticos multidisciplinarios nacionales e internacionales.
Sobre todo es el mantener sus obras en constante lectura en los diferentes ámbitos del diario vivir de los connacionales y extranjeros estudiosos de la producción asturiana, es responsabilidad de todo guatemalteco amante o no de la lectura, críticos literarios, maestros (as), y por supuesto de padres de familia, debido que en el seno del hogar se logra contagias a los hijos del habito de la lectura.
Lo maravilloso de este universo creado por Miguel Ángel radica no sólo en la variedad de sus intervenciones en los diferentes estilos literarios, sino en el uso espléndido del idioma, lo sonoro de su escritura, lo coloquial de las conversaciones con los protagonistas de sus novelas, en fin, esta aproximación a la creatividad de Asturias es un viaje a su maravilloso universo y como tal, es extenso.
El legado y su significado, es invaluable para los guatemaltecos de ayer, de hoy y de siempre, que al abrir una de producciones se logra tener una conversación con el Gran Lengua, permitiéndonos viajar en compañía de la Tatuana en un barco de papel, escuchar los pasos del Sombrerón en algún pasillo o mantener la alerta permanente por la llegada del Cuco en esas noches obscuras, sin estrellas, convivir con los hombres de maíz, experimentar la aflicción del desasosiego frente a Miguel Cara de Ángel y observar la pobreza humana del Pelele en el portal del comercio, aún en pie y la protección del cadejo en las noches de juerga.
Esta aproximación, no es más que una invitación a ingresar a ese universo mágico inventado por Miguel Ángel Asturias, diseñado con fragmentos de nuestra historia milenaria, costumbres, ritos, creencias, fantasmas, demonios y todo aquello que representa lo guatemalteco en esencia, y que es válido para todos los tiempos. Es este artículo un periplo infinito al universo asturiano donde se va mezclado una vida, una historia una producción, su reconocimiento mundial y su fallecimiento allende de las fronteras.
Palabras claves:
Miguel Ángel Asturias. Trópico mágico. Sincretismo. Onomatopeya. Realismo Mágico. Mestizaje. Nobel de Literatura.
El Maravilloso Universo de Miguel Ángel Asturias
Ingresar al universo asturiano es una de las experiencias de mayor impacto para conocer las intimidades de lo guatemalteco en su esplendor tanto en el pasado, presente como en el futuro. Miguel Ángel construye con su producción un contra espejo, que permite ver en forma integral de que están hechos los hombres y mujeres de maíz de todos los tiempos.
La vida de Asturias va paralela a los eventos políticos de su existencia tanto nacionales, como internacionales. Lo vemos inicialmente en un domo elaborado con las enredaderas propias de las intrigas de una dictadura de más de dos décadas, que forzó la salida de lo urbano a lo rural de su familia.
Luego vendrán otras épocas; la de estudiante en el instituto central para varones, la universidad, Europa, sus cargos en la administración pública, diplomática y el movimiento pendular de la política nacional, entre revolución y contrarrevolución, su actividad periodística el exilio en fin una vida peculiar que lo llevan a recibir el Nobel de literatura en 1967 en Estocolmo.
Hoy llegamos a 125 años de la celebración de su nacimiento, un buen momento para resaltar la producción de Asturias, ese legado que llena de orgullo a los chapines de ayer, de hoy y de siempre. Desde su primera producción Leyendas de Guatemala (1930) va construyendo las bases de ese universo de lo guatemalteco que mezcla lo mágico, la tradición, la cultura, lo asombroso del sincretismo enraizado a la identidad que da arraigo al colectivo de una sociedad que transita entre lo real y lo fantástico del diario vivir, ese camino que transitamos de la cuna a la tumba, que conceptualizamos como vida.
La capacidad de asombro de lo nuestro inicia con las experiencias cotidianas, pero profundizamos en el momento de dar lectura a la producción asturiana. Nuestro escritor se transformó en mago de la lengua e ilusionista de nuestro existir, hace de por sí, esa cadena de palabras que apuntalan la cúpula de ese infinito y que le da vigencia al legado de su pluma.
La inmensidad del universo de Asturias abarca los confines del manejo del lenguaje, ese lenguaje del buen español y sobre todo del guatemalteco que lo hace único por su diversidad, sonoridad y su dosis de soberbia de doble sentido coloquial, que lo hace ser sin mucho protocolo, un laberinto lingüístico, que va de la adivinanza a la sabiduría ancestral, de los sueños a las pesadillas de la realidad, de los proverbios a la hechicera de los mercados, de la magia y superstición que viaja de las costumbres del pasado al rito y a ceremonia del sincretismo.
En fin, el trópico mágico, real e imaginado del cual es parte y creador Miguel Ángel Asturias se convierte en el intérprete de la colectividad reunida en los diferentes tiempos, en épocas que dividen nuestra historia como nación multiétnica, pluricultural y…. descubriendo desde sus raíces nuestro origen, la creación de los hombres de maíz, nuestras creencias que sufrieron una metamorfosis violenta haciendo de ellas, nuestras tragedias, hoy, Leyendas de Guatemala[1] que se constituyen en esa primera publicación del Nobel guatemalteco.
Leyendas de Guatemala es un antecedente literario valioso en el que Asturias somete a la cultura y el orden establecido al análisis y la comparación con otras disposiciones culturales relegadas a la subalternidad, maniobra que le permite relativizar la hegemonía cultural hispánico-católica y autenticar los tropos y la etnicidad precolombinos.[2]
La obra de Asturias, por sus inicios y análisis se le considera como surrealista o indiginista, su origen tendría como fundamento la estancia de Miguel Ángel en Paris, donde descubre la riqueza del Popol Vuh y los Anales de Xahil que durante años tradujo del francés al español en el equipo junto a Gonzáles de Mendoza. Se puede afirmar que nuestro compatriota llegó a la cultura maya desde la antropología, dándole prioridad desde el ámbito literario a través de la narración oral, estableciendo un empalme fabuloso entre las dos disciplinas.
“En efecto la obra de Asturias proporciona una noción extraordinaria del modo en que se dan las transacciones interculturales, las relaciones asimétricas de dominación y subordinación”[3] dentro de esa dinámica, nace el individuo de múltiples elementos, mitos, y “de muchas identidades disímiles, oscilantes y heteróclitas”[4]
Todas esas divergencias germinan un prototipo singular de identidad nacional de lo guatemalteco que surge del arraigo a la tierra que lo vio nacer, la nacionalidad natural, luego vendrá la ciudadanía que depara derechos y obligaciones para todos por igual, paralelo a ello vendrá la historia de la nación con todo el peso de sus anécdotas, costumbres, ritos, historias individuales o colectivas que se transforman en leyendas y, sucesos que marcan el sentido de pertenencia más allá, de los símbolos patrios.
Ese patrimonio milenario heredado de los mayas, el mestizaje con los europeos, el sincretismo religioso que encontró su refugio seguro en las cofradías, resguardando en la clandestinidad de creencias, idiomas, tradiciones y una resistencia con todo un andamiaje de oralidad que pasó de generación en generación y que Asturias nos la entregó en esa primera publicación de Leyendas de Guatemala.
Lo mestizo de su cultura le permitió ver un mundo extraordinario dentro del domo de su formación en el seno materno, de hecho, la dedicatoria de su primera publicación es a su progenitora: A mi madre, que me contaba cuentos. Y no está lejos las confidencias de la época de la larga dictadura de Manuel Estrada Cabrera, que obligó a la familia a emigrar al departamento de Baja Verapaz.
Es de por sí, la conjunción de lo que se cuenta y lo que se escucha en la profundidad de la intimidad del dormitorio en compañía del Cuco, en los zaguanes que se escuchan los pasos del Sombrerón afinando la guitarra para engatusar a las jóvenes; La llorona reclamando a sus hijos con un mar de lágrimas, la Tatuana navegando en su barco de papel en las alcantarillas de la ciudad, huyendo de la cárcel y de la muerte, con sus carnes firmes; el Cadejo guiando con sus ojos rojos como candiles, a los ebrios hacia sus hogares…
Desde la lejanía del viejo continente, en donde por diez años que radicó Miguel Ángel Asturias, le permitió tener un panorama amplio y profundo de lo guatemalteco, de lo maravilloso del terruño, de la profundidad de sus selvas, de esa eterna primavera, de lo gentil de su gente, de las grandezas de sus volcanes, de la furia de sus entrañas que se mantiene en permanente erupción, del multicolor de la flora, como de los güipiles, de las noches serenas con un cielo único de América. Con una luna de plata que ilumina mes a mes las calles y avenidas de la Nueva Guatemala de la Asunción, una capital migrante debido a los exabruptos de Cabricán la versión chapina del dios griego Vulcano.
El alejamiento de la patria hace que el alma se estruje entre recuerdos y vivencias propias y ajenas, que el corazón entre en un estado de congoja, que a la larga hace brotar lágrimas sin control al escuchar una melodía interpretada por una marimba. Es posible que todo lo anterior fuera el conjunto el impulso de la pluma de Asturias para dejar plasmada para la posteridad nuestras leyendas, las luces y sombras de nuestra historia política a través del su obra más conocida El Señor Presidente y como un eclipse de nuestra realidad Hombres de Maíz, obras que tiene como fe de edad, la ciudad de la luz.
Hay una gran unidad temática en la obra extensa de Miguel Ángel Asturias, que mucho tiene que ver con la lentitud e interioridad de su elaboración. Es como un proceso de la naturaleza, como las lentas fecundaciones de los lagartos y los quelonios.
El Señor Presidente no fue solamente un gran libro de literatura, sino un valiente acto de denuncia y de llamado de conciencia, más que todos los tratados y análisis históricos y sociológicos, plantea con brutal presencia inolvidable lo que ha sido para los hispanoamericanos, en muchas horas, la tragedia de vivir.[5]
El tema principal de la novela es la dictadura, pero no como fue contada por otros escritores americanos; Asturias visualiza la tragedia humana en esas circunstancias, como una confrontación del bien y el mal en nuestra sociedad (subdesarrollada) de principios del siglo XX; supersticiosa como el Sr. Presidente máximo representante del mal que, de hecho, tiene en vilo el diario vivir de los guatemaltecos de esa época.
Algo importante de esta novela, es que ninguno de los personajes se salva, todos son la encarnación del mal, no hay uno sólo que se logre salvar de ser seres repugnantes a la vista de la imaginación del lector. La novela es bella por su estructura y sobre todo por el lenguaje, lo que le da vigencia y permite su análisis desde diferentes matices, lo histórico de una época obscura y cruenta, desde la administración de la justicia y la ilegalidad de su ejercicio, desde la pobreza de la población que se arrastra por el portal del comercio, aún hoy en pie, hasta las mazamorras y calabozos, escenarios de atrocidades.
El lenguaje es sin duda una mezcla de la realidad y de sueños, para este caso particular de pesadillas, pero con una musicalidad poética increíble, al respecto Asturias escribió “En la aventura de nuestro lenguaje, lo primero que debe plantearse es la onomatopeya.
Cuantos ecos compuestos o descompuestos de nuestro paisaje, de nuestra naturaleza, hay en nuestros vocablos, en nuestras frasea”. Y lo reafirma como esta constituido ese mundo hecho de sonidos, “al menos en mi literatura yo obedezco al sonido de los párrafos, al sonido de las frases. Yo, una vez que escribo, leo, sin estar satisfecho hasta que me suena bien al oído. No hago el análisis crítico con los ojos, sino con los oídos”.
Se visualizan diez elementos musicales en la producción del premio Nobel de literatura guatemalteco, lo cual hace sumamente accesible el ingreso a la atmósfera del mundo asturiano, siendo ellos: Onomatopeyas; Jitanjáforas, ritmo, entonación de palabras (agudeza o gravedad), Estructuras musicales de palabras, sonidos concretos y atmósferas audiovisuales, sonido y poesía, espacio acústico, ficciones protagonizadas por sonidos. Lo magistral de la producción asturiana, radica en el manejo del sonido, lo que penetra a nuestra conciencia a través de nuestros oídos
Onomatopeyas. Posibilitan el descubrimiento de valores enserados en los sonidos de la naturaleza y las acciones humanas locales.
Jitanjáforas. Construcciones complejas con palabras que mimetizan el timbre de los sonidos concretos y pueden contener parámetros musicales como ritmo o intensidad, para crear atmósferas específicas.
Ritmo. Asturias usa recursos para indicar prolongación del valor temporal de los sonidos, ampliación de su volumen y reverberación. Utiliza la repetición de letras y el cambio de minúsculas a mayúsculas.
Entonación de palabras. Se refiere al grado de agudeza o gravedad con que se emiten los vocablos. Los recursos empleados para lograr este efecto son los signos de interrogación, puntos finales y exclamaciones, así como repetición de vocales.
Dinámica de la palabra. Es el manejo de la intensidad de las palabras a una manera sutil y práctica que sugieren matices, contrastes y cambios graduales en el volumen.
Estructuras musicales de palabras. En Cuculcán, el autor muestra estructuras elaboradas que involucran manipulación de ritmo, tiempo, dinámica y textura. Este parlamento del personaje Guacamayo está constituido por un anillo rítmico que debe repetirse en voz baja y rápida, hasta que con un ritmo enérgico el ¡Cuac, Cuac, Cuac, Cuac! detiene el movimiento.
Sonidos concretos y atmósferas audiovisuales. Plantea el mayor realismo y emotividad, a nivel de detalles, con imágenes visuales, atmosferas naturales y sociales. El autor recurre a la descripción de sonidos concretos.
Sonido y poesía. Es bien conocida la presencia poética en la narrativa asturiana manifestada con la captación subjetiva, la sublimidad del lenguaje y el desborde creativo del autor.
Espacio acústico. Otro factor que Asturias emplea es la referencia a la ubicación, dirección y cualidades de reverberación y eco del sonido en el espacio acústico donde ocurren las acciones.
Ficciones protagonizadas por sonidos. La importancia dada al sonido en los textos de Asturias llega, en algunos casos a dominar los hechos y definir temporalmente las historias que se exponen. Un ejemplo de es el capítulo XXVIII del Señor Presidente, en el que el rítmico sonido del tren dirige el viaje de Cara de Ángel hacia su destrucción. El ritmo del sonido del tren que se desplaza sobre los durmientes queda establecido con la repetición de las palabras “uno tras otro”[6]
Es a través de la musicalidad del estilo de escritura de Asturias que se logra escuchar el ambiente donde se desarrollan los eventos, disfrutar del sonido del correr del viento entre ramas y las conversaciones de las hojas, el zumbido de los insectos, el rechinar de los pisos de madera, las carcajadas de las guacamayas, el movimiento del vagón del tren al desplazarse por los rieles, el sonoro chasquido del cristal al hacer un brindis, sentir el aliento de la muerte, el dolor que produce en los tímpanos la explosión de una bala al ser percutada, oír el lamento y llanto de una mujer desconsolada…
Es la mezcla de la letra hecha música, una formula milenaria de la oralidad y la literatura, que permite navegar por ese universo de fantasía apocalíptica del Señor Presidente. El ejemplo de ello es cuando desde la percepción interior de Miguel Cara de Ángel la onomatopeya que produce el traqueteo del tren que lo traslada hacia lo que será su destino final se transforma en premonición de su muerte: cada vez, cada ver. (p. 321)
En esta novela hay intervenciones que parten de la invención de palabras, canciones, extravagantes metáforas, que la hacen una joya de la literatura, por su construcción en los linderos de la realidad y la fantasía, por lo tanto, sigue siendo una de las publicaciones más originales de la literatura latinoamericana; es “la demarcación transicional entre la vieja y nueva novela hispanoamericana”[7].
Quien mejor que Asturias para contar sobre el mito de la creación del Señor presidente: “No fue escrito, al principio sino hablado… Ciertas palabras. Ciertos sonidos. Hasta producir el encantamiento, el estado hipnótico, el trance. Del dicho al hecho, dice el proverbio, hay un gran trecho. Pero es mayor la distancia que separa lo dicho de lo escrito”.
El estilo de escritura asturiano es una enseñanza de cómo contar una historia, aún la más desgarradora para el humano, como cuando se hace en torno a un fogón, en un atardecer plomo y helado, sin pelos en la lengua, con todos los vericuetos del hablar coloquial de nuestro pueblo, sin recovecos, con andamios firmes de la cultura de todos y herencia de nuestro paso por este valle de los desterrados de Eva.
El Señor Presidente siempre tiene algo nuevo que decirnos, en cada lectura, esa es una de sus fortalezas, la posibilidad de su relectura de generación a generación, haciendo de ella un clásico en la literatura no solo nacional sino universal. Es una realidad exaltada, es la construcción de ella a través de palabras, con sonido inaudito que le dan vida a la letra, fortaleza a la viga, dureza a las paredes, textura a lo ilusorio; un idioma gestado en una caja de espejos que asombra hasta el más despistado lector.
Aún en ultratumba. En una supuesta reunión en el día del fallecimiento de Asturias, el Señor Presidente, los protagonistas y nuestro escritor se da un diálogo de reclamos sobre la realidad y la fantasía, lo original de la historia y sus protagonistas, si son reales o inventados por Miguel Ángel:
Aquella vez, el novelista había muerto. Sí, había muerto. Dejó de existir en un lugar apartado de todo trato humano…Al media mañana en el día en que murió el novelista, se presentó un hombre de media estatura, bigote cano mascado, vestido de riguroso luto, y al oír que desde ultratumba el novelista preguntaba: -¿Quién es…? Contestó: – el Señor Presidente…
– ¿Y los demás?…
Iban llegando. El Pelele, con la espuma del último ataque de epilepsia; el Mosco, sin sus piernas; Patahueca, gritando – ¡Viva Francia! -, la sordomuda embarazada, llorando, no por el novelista muerto, sino porque éste, reclamaba, le dejó permanentemente un hijo en las entrañas, ya que nunca en página alguna de su novela cuenta que la criatura hubiera nacido.
-Hemos venido nosotros -explica- el Señor Presidente, autoritario, terminante-a falta de seres humanos, todos ellos en sus ocupaciones cotidianas, y es a nosotros -paseo la cabeza ligeramente calva-, nosotros ficciones, hijos de tu fantasía -se dirigió al novelista-, no totalmente, por cierto porque la verdad es que fuimos sacados de la realidad, a quienes toca dar sepultura…”[8]
Es necesario dejar claro que una novela histórica se transcribe en los sucesos que se conocen por lecturas, experiencias propias o por infidencias de los protagonistas, en el caso de esta novela que rompe paradigmas, son las experiencias de la Familia Asturias Rosales, lo que se vio, lo que cuentan y lo publicado en diarios, en la larga dictadura de Manuel Estrada Cabrera a principios del siglo XX, lo cual le facilitó la construcción y uso de un pasadizo perfecto en el sótano de la conciencia social para pasar de la realidad a la ficción, sin historia, sin pasado y que le dio la oportunidad de inventar un tiempo, un pasado y personajes que aún viven en el colectivo guatemalteco y todo aquel que ha tenido el placer de leer esta obra literaria, única en su género, estilo y permanencia.
Vendrán nuevos tiempos, nuevas novelas sobre el tema nuclear de las dictaduras, pero ninguna con las características del Señor Presidente, que desde su publicación se colocó con un éxito rotundo en un lugar preferencial para los lectores del mundo.
Luego de la novela insigne de Asturias, vendrá la siguiente publicación: Hombres de Maíz, con una fuerza inaudita, que cautiva al lector desde la primera página. Es en sí, las transmutaciones ejercidas por la brujería (correo-coyote, Los brujos- Búhos y otros) ilustra la porosa frontera que existe entre lo humano y la naturaleza. Miguel Ángel Asturias “en Hombres de Maíz(…) los personajes nunca están solos, siempre rodeados por las grandes voces de la naturaleza, voces de ríos, voces de montes”[9].
Notamos cómo evoluciona las relaciones de la narrativa guatemalteca con el trópico; la naturaleza antaño dominadora, si no se doméstica, al menos se amansa. Pero se modifica en su relación con el hombre primordial que la enfrenta, también conforma al novelista que la evoca. Habitando por su permanente presencia, como lo manifiesta la obra toda de Miguel Ángel Asturias, el novelista, para dar cuenta de la inexhausta riqueza del trópico, recorre aquel estilo que fue denominado “Realismo mágico”.[10]
Luis Cardoza y Aragón especifica que Hombres de Maíz nacen en Guatemala, es nacer en un mundo indígena omnipresente, inevitable. Es un libro áspero, pero Asturias se encuentra en su plenitud, con toda su capacidad para asumirla. La nostalgia de un paraíso perdido que los indígenas evocan y todo va hacia la semilla, hacia el origen, hacia lo primigenio, aullando como chacales de la muerte[11]
Según Vargas Llosa Hombres de Maíz, es la novela más enigmática de la creación de Miguel Ángel Asturias y tiene toda la razón el escritor peruano, no hay duda, que la pluma de Asturias se desbordó en esta novela, es el clímax de la expresión del mestizaje, y su relación con el trópico, ese domo, que permite crear la magia a través de la redacción y estilo que con maestría nuestro premio Nobel ingresa a ese limbo donde se les da vida y personalidad a los protagonistas de la novela objeto de nuestra atención.
No pretendo hacer una autopsia de la producción asturiana pero, sí mencionar lo más significativo de sus obras, siendo ellas:
Leyendas de Guatemala (1930); Señor Presidente (1946) Hombres de Maíz (1949); Viento Fuerte (1950); El Papa Verde (1954); Los Ojos de los Enterrados I y II (1960); Mulata de Tal (1963); Viernes de Dolores (1972).
Poesía: Sien de Alondra (1918 1948); Mensajes Indios (1958); Clarvigilia Primaveral (1965): Tres de Cuatro Soles (1971).
Teatro: Soluna, la metáfora total (1955); La Audiencia de los Confines (1957); Dique Seco (1964); Amores Sin Cabeza (1974).
Relatos: Rayito de Estrella (1929); Week-end en Guatemala (1956); El Espejo de Lida Sal (1967).
Como se puede apreciar, la producción de Miguel Ángel Asturias abarca todos los estilos literarios, además de ser una creación fabulosa sobre Guatemala, con una historia plagada de luces y sombras, el trópico como ambiente generador de la magia y fantasía, abriendo el sendero al realismo mágico, haciendo girar a la nueva novela latinoamericana hacia el universo de las letras. Sin duda Asturias el dador de vida a la novela del siglo XX.
Afirmando lo anterior, se transcribe Guatemala[12] (cantata 1954) de Miguel ángel Asturias:
Guatemala
¡Patria de las perfectas luces, tuya
La ingenua. Agraria y melodiosa fiesta,
Campos de que cubren hoy brazos de cruces!
¡Patria de los perfectos lagos, altos
espejos que tu mano al cielo
para que vea Dios tantos estragos!
¡Patria de los perfectos montes, cauda
De verdes curvas imantando auroras,
Hoy por cárcel te dan horizontes!
¡Patria de los perfectos días, horas
De pájaros, de flores, de silencio
Que ahora, ¡oh dolor!, son agonías!
¡Patria de los perfectos cielos, dueña
De tardes de oro y noches de luceros,
Alba y poniente que hoy visten tus duelos!
¡Patria de los perfectos valles, tienden
De volcán a volcán verdes hamacas
Que escuchan hoy llorar casas y calles!
¡Patria de los prefectos frutos, pulpa
Del paraíso en cascara de luces,
Agridulces ahora por los tus lutos!
¡Patria del armadillo y la luciérnaga
Del pavo azul y el pájaro esmeralda,
Por la que llora sin cesar el grillo!
Sus poemas más profundos y que refleja el pensar y, decir del guatemalteco los transcribo para deleite del el lector.
Eva
Vestida de hojas, sin peinarse, fría
La expulsan del Edén, más Dios quiso
Que saliera desnuda, Eva sabía
Que llevaba en el cuerpo el Paraíso.
El muro del enojo ardía en llamas,
Bien era inútil defender la ruta
Del Árbol de la vida, llanto en ramas,
Al que faltaba la dorada fruta.
El mar se carroceaba en los carrizos
La flauta de Pan, Señor Padrino
Del ayuntamiento en que los primerizos
Hombre y mujer aúnan su querencia
Y tienden de lo humano a lo divino,
Puente sobre la muerte a la existencia.
Caudal
Dar es amor,
Dar prodigiosamente,
Por cada gota de agua
Devolver un torrente.
Fuimos hechos así,
Hechos para botar
Semillas en el surco
Y estrellas en el mar,
Y ¡ay! Del que no agote,
Señor, su provisión
Y al regresar te diga
¡Como alforja vacía
Está mi corazón.
El Amor
¡Ah, suave afán, cabal e inútil pena,
Clima de la piel tibia como un trino,
En secreto misterio la cadena
Forjando está con sólo ser divino!
Astral tonicidad de sus recreos,
Preciosa soledad de sus combates,
En linterna de alarma sus deseos
Quemando está de campos a penates.
Eternidad de pétalo de rosa,
Silencio azul de álamo que aroma,
Manjar de sombra con color de esposa,
Fruto prohibido que el en el polen yerra,
Tejiendo esta con alas de paloma,
El vestido de novia de la tierra.
A continuación el extracto de la entrevista[13] que sostuvo Miguel Ángel Asturias en 1967, en Estocolmo, en el vuelo de regreso a Paris con Acisclo Valladares Molina, deja claro sus motivaciones, temores y sobre todo, su visión de lo que desea para Guatemala:
¿Cómo quisiera ver a Guatemala?
Transformada, en el sentido de lograr la evolución cultural de sus clases dirigente y de la masa. Que cesara la persecución de las ideas, los tabús. Que la universidad y la escuela ayudaran a mejorar nuestra manera de ser. De las dictaduras heredamos nuestra condición de pueblo sitiado y es preciso romper estas cadenas. Esto lo debe hacer la juventud. Necesitamos transformar las estructuras sociales y económicas y convertir nuestra riqueza en algo que en verdad signifique riqueza para todos.
¿Evoca usted el recuerdo? ¿Se refugia en él?
Creo que sí. Pero conceptúo que estamos viviendo una de las épocas más apasionantes: el hombre a la conquista del espacio, ya próximo a la luna. Corazones artificiales que palpitan y dan vida, casi humanos… Es fascinante ver cómo la técnica transforma todos los dones del hombre, el enorme poder de la inteligencia humana, de su creación, nos enfrenta a un mundo nuevo que, para que no se escape de las manos, ha de estar presente en nosotros el pensamiento y la curiosidad. Pero como se lamenta Lester Mead, personaje de viento fuerte “Hemos perdido el mundo, pero eso no es lo peor, ya que el mundo es recuperable. Hemos perdido a Dios” Lo económico, simplemente no otorga la felicidad, la felicidad plena.
El escritor se nutre muchas veces de sus propios proyectos, con su programa de trabajo. Así se diluyó mi exilio. No recuerdo épocas dolorosas, solo las incomodidades y anécdotas en pequeños hoteles y habitaciones. Pero ciertas fechas se clavan en el alma del exiliado con dolor inenarrable…[14]
Al abordar en forma integral la obra de Asturias se puede afirmar sin titubear
“Que el surrealismo que da sustento al texto de Miguel Ángel Asturias se puede definir como la otra realidad, la otra Guatemala de la cual venimos, del choque de dos culturas, de la relación asimétrica de poder que surge entre ibéricos y los americanos, en sí, el fenómeno que produce la dinámica del mestizaje en la nación guatemalteca.
¿La realidad guatemalteca germen de la inspiración asturiana? ¿Los contrastes chapines más que el mestizaje? El universo de la obra de nuestro premio Nobel de literatura da para estudios de mayor profundidad, y por muchos años más utilizando nuevos procedimientos de análisis debido a que evocan en su voz la otra cultura, la otra Guatemala, esa que está construida sobre ciudades y culturas milenarias, donde el guía permanente se convierte en el Cuco de los Sueños y que los niños de trapo que aún se venden en los mercados de artesanías de Guatemala en las cajas de atrapasueños. ¿Casualidad?[15]
Los dos mundos encajados en las obras de Asturias y el surrealismo permiten viajar al subconsciente guatemalteco, la conciencia colectiva de los chapines sin trauma, ni prejuicios debido a que ya pasó por la crítica mundial ¡Así somos! Hombres y mujeres de maíz, no hay vuelta de hoja, una mezcla de sincretismo y formalismo que el surrealismo revelo al mundo por medio de la pluma magistral de Miguel Ángel Asturias.
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Cardoza y Aragón. L. Miguel Ángel Asturias Casi Novela. Edición especial conmemorativa. Editorial Universitaria 2002.
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Revistas:
Revista Literaria No. 16. Piedrasanta, Junio 2024. Asturias por siempre. Guatemala.
Revista Domingo Prensa Libre No. 1045, septiembre 2024. Miguel Ángel Asturias a 125 años de su nacimiento, recordamos su vida y obra y también redescubrimos su visión de Guatemala y el mundo. Guatemala.
Revista Viernes Año 11. No. 539, Diario de Centro América. Octubre 2024. Asturias el guatemalteco que revolucionó la literatura. Guatemala.
Revista Cultural Diario La Hora diciembre 2019. Miguel Ángel Asturias revisión Crítica. Guatemala., p.p. 2-3.
Revista Cultural. Diario La Hora agosto de 2017. Guatemala en el mundo: Migue Ángel Asturias. Guatemala., p. p. 2-3.
Especial Domingo El Periódico. 10 de diciembre de 2017. Miguel Ángel Asturias 50 años después del Nobel., p.p. 2- 15.
Periódicos:
La Hora. 16 de octubre de 2021. Poesía Miguel Ángel Asturias. Selección de textos Roberto Cifuentes Escobar., p. 6.
Prensa Libre, 15 de octubre 2017. Viaje al mundo de Asturias., p.p. 15-23.
Prensa Libre 9 de octubre 2017. El Mundo Sonoro de Asturias., p.p. 40-41.
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- Pailler, Claire. La protagonización del trópico en la novela. El Señor Presidente. Edición conmemorativa. Real Academia Española. Grupo Editorial. Barcelona 2020., p.144. ↑
- Cardoza y Aragón, Luis. Miguel Ángel Asturias – casi novela. Editorial Universitaria. 2002., p. 102. ↑
- Por la fecha de su elaboración de la cantata Guatemala, lleva una carga de denuncia debido a la contra revolución de 1954, que da fin al segundo gobierno de la revolución del 44 en la cual renuncia el presidente Jacobo Árbenz. N. A. ↑
- Valladares, Acisclo. Entrevista a Miguel Ángel Asturias (Estocolmo-Paris) Luego de recibir el premio Nobel de Literatura. 1967. Revista Domingo. Prensa Libre. No. 1045., p.p. 14-15. ↑
- La entrevista completa me fue compartida en el segundo trimestre del año en curso por el licenciado Acisclo Valladares Molina. N.A. ↑
- Ortega. Jorge. Miguel Ángel Asturias revisión crítica. Suplemento Cultural de la Hora. Guatemala. 2019., p.p. 1-4. ↑
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