I. @ CHARLA CIBERNÉTICA CON EL EMBA: DEL SUEÑO A LA PESADILLA @@ POR ENRIQUE HUBBARD URREA

Hola, los saluda el emba desde su refugio en la complicada ciudad capital de Sinaloa, en esta ocasión celebrando el aniversario XXIII de nuestra revista y atendiendo a la convocatoria de nuestro incansable director.

Les comento que el maestro Ismael García Castro publicó un fascinante libro intitulado: «Del Sueño a la Pesadilla Americana», enfocado en el tema de la migración en Estados Unidos, editado por la Universidad Autónoma de Sinaloa, y le pidió al emba comentarlo. Ya saben que el mentado emba no pierde oportunidad para abordad asuntos de los que no sabe nada, así que aquí les presentamos mis notas sobre dicho libro, que por cierto quedaron pendientes a raíz de dos acontecimientos impactantes en Sinaloa: la consulta del Congreso del Estado sobre la iniciativa de Ley Orgánica de la UAS, y la otra pesadilla, el llamado «culiacanazo».

Espero que les sea interesante, particularmente ahora que celebramos el aniversario de esta muy apreciada revista virtual publicada bajo la dirección del Embajador Antonio Pérez Manzano.

Señala el autor que el tema de la inmigración – particularmente la indocumentada o irregular – en Estados Unidos tiene un significado trascendental, pues se trata de un fenómeno que impacta directamente a una población compuesta por decenas de millones de personas, y polariza las opiniones en la sociedad estadounidense, así como las posiciones políticas. Los inmigrantes indocumentados no viven solos y aislados, sino que están integrados en familias y comunidades, conformadas por personas de heterogéneo origen nacional cuyas circunstancias migratoria son diversas, es decir, que tienen estatus migratorio mixto.

Esto quiere decir que engloba a ciudadanos, residentes formales, refugiados, residentes no autorizados y hasta jóvenes con estatus de acción diferida, quienes han sido beneficiarios del programa de acción diferida para jóvenes llegados en la infancia (DACA, por sus siglas en inglés), creado por decreto del presidente Barak Obama (2009-2017) en 2012.

Esta población es considerada como parte de las minorías étnicas, las cuales han sido discriminadas por la población anglosajona, el grupo político y social dominante. No obstante, una característica adicional de estas comunidades es su larga presencia histórica en Norteamérica, que se extiende hasta antes de la existencia misma del Estado nación estadounidense.

El emba coincide con el embajador Esteban Moctezuma en que «En Estados Unidos se ha fraguado una narrativa antimexicana. México hoy es, para el 50 por ciento de sus estadounidenses, sólo la frontera. La frontera para ellos es sólo migrantes, y los migrantes se han calificado absurdamente de mafias de terroristas o narcotraficantes. Incluso son frecuentes las sugerencias de intervención militar como método de eliminación del narcotráfico.»

Afirma este libro que por estar tan ocupado en construir una muralla contra la inmigración procedente del sur, el gobierno de Estados Unidos ha cerrado los ojos ante una suerte de invasión verdaderamente peligrosa por estar destinada a entregar el país a un culto fundamentalista. Esos invasores, subraya, comenzaron a desembarcar desde hace varios siglos en un cabo cercano a Boston. Esos invasores fueron enviados por una potencia extranjera, llegaron en barcos, usaban sombreros de copa cónicos y otros atuendos propios de su secta y de su tiempo. Los recién llegados no traían pasaporte ni visa, no querían pagar impuestos, no querían aprender el idioma del país al que llegaban ni mucho menos asimilarse en éste.

En vez de presentarse ante las autoridades de migración proclamaron que venían a tomar posesión de las tierras y fundar colonias. En poco tiempo, se establecieron, arrebataron las tierras y los bienes de los nativos y, luego de llegar en sucesivas oleadas, avanzaron hacia el oeste arrasando otros territorios y provocando la matanza de miles de nativos. No es un cuento. No es ficción. No es una película de Hollywood, aunque suene como tal y se narre muchas veces como una epopeya.

Por cierto, dice el emba, nosotros también caemos en esa trampa cuando tendemos a popularizar el uso del epíteto “!ilegales” para identificar a nuestros migrantes. Cabe precisar que no hay nadie que sea ilegal, si acaso pueden serlo sus conductas, pero al repetir el insulto perpetuamos la condición. Además, aquellos que cruzan la frontera sin la debida autorización cometen una falta administrativa, no un delito que amerite pena de privación de la libertad, pero las autoridades en Estados Unidos les dan a los indocumentados trato de criminales, en especial cuando la ley se encuentra en manos de esas figurasa casi de leyenda conocidas como “los Sheriffes” o Alguaciles.

La perspectiva de una reforma migratoria que regularice la situación de esta enorme población ha sido un proyecto factible durante más de tres décadas, por lo que la condición de clandestinos se ha convertido en una constante para los inmigrantes no autorizados en Estados Unidos. Esta adversa situación constituye no solo el principal obstáculo para la completa integración social y económica de esta población en ese país, sino que establece la condición que ha servido para justificar y legitimar su discriminación social y política y la sobreexplotación económica que se ejerce sobre ellos.

Para remate, denuncia el libro, los activistas del partido republicano se están movilizando para acabar con un supuesto flagelo del voto de los no ciudadanos, un imaginario problema que, según afirman erróneamente, representa una amenaza para las elecciones. Este factor acaba de complicar la situación, como demostráron los sucesos del 6 de enero encabezados por Donald Trump.

El estudio de esta problemática no es un asunto menor si tomamos en cuenta que los Estados Unidos tienen la mayor población inmigrante en el mundo y que durante gran parte de la historia de ese país, particularmente en las últimas cuatro décadas, la migración procedente de México ha sido uno de los más constantes flujos de población. Asimismo, este fenómeno está sujeto a condiciones muy particulares, como la vecindad geográfica entre el país de origen y el de destino, la complicada historia compartida, tensiones políticas, asimetrías sociales y económicas. Cabe destacar también el peso de su demografía, que hoy en día constituye la mayor población inmigrante por grupo étnico nacional. En 2018, revela el libro, 11 200 000 inmigrantes mexicanos representaban, la cuarta parte del total de los inmigrantes en los Estados Unidos, es decir, casi cuarenta y cinco millones. Los mexicanos representan también la mayoría entre las minorías étnicas en los Estados Unidos, con más de treinta y cinco millones.

No obstante, el autor está de acuerdo con que después del periodo de xenofobia descarnada de la Era Trump y con base en las actitudes de resiliencia de los inmigrantes, se vale ser razonablemente optimistas en términos generales, pero también se debe concluir que la xenofobia, el racismo y el utilitarismo hacia los inmigrantes y minorías étnicas en los Estados Unidos, han sido parte de un sistema histórico y pragmático aún vigente en la sociedad y en la política de los Estados Unidos, por lo que son aún más las razones y elementos que nos indican que debemos moderar nuestro optimismo por el futuro.

Ergo, conviene enfocar el fenómeno desde una perspectiva analítica y muy objetiva, como lo hace este trabajo. En este sentido, y con fundamento en lo antes planteado, el texto realiza un recorrido histórico amplio y el primer capítulo del libro, titulado «Marco teórico contextual de la inmigración mexicana en los Estados Unidos» pretende ubicar el tema que busca analizar, así como el marco teórico y contextual con el que se aborda.

Otro capítulo lleva por título: «Estados Unidos: una historia de reclutamiento intensivo, explotación y exclusión de inmigrantes», e inicia un recuento histórico desde la conformación de la nación estadounidense a finales del siglo XVIII, hasta principios del siglo XX, cuando los Estados Unidos implementaron una política que incentivó la llegada masiva de inmigrantes.

Posteriormente, se aborda cómo, debido al incremento de la inmigración, hacia 1917 se adoptaron restricciones a la llegada de personas procedentes de ciertas regiones geográficas, prohibiendo, prácticamente la entrada de población originaria de países de Asia y limitando la proveniente de naciones de África, Latinoamérica y algunos países europeos

Las presiones generadas por la participación de los Estados Unidos en la Primera Guerra Mundial consolidaron la presencia de inmigrantes mexicanos, al grado de llevar al Gobierno americano a iniciar conversaciones sobre inmigración con el Gobierno de México, las cuales culminaron con la aprobación de un primer acuerdo de importación temporal de mano de obra, que prevaleció aun ya finalizado el conflicto bélico.

«Reclutamiento y explotación intensiva de trabajadores agrícolas migratorios: Los Acuerdos de Braceros (1942-1964)» Ese importante capítulo inicia cuando el Gobierno estadounidense promovió de forma casi unilateral el Programa de Trabajadores Braceros, en 1942 y se extiende hasta la posguerra en 1964. Bajo este programa de trabajadores migrantes temporales, se institucionalizó la importación masiva de mano de obra mexicana, por parte de su vecino país del norte.

“La Primera Guerra Mundial y el primer acuerdo de trabajadores braceros”, explica cómo Estados Unidos se vio implicado en el conflicto bélico en 1917 y más de un millón de sus ciudadanos fueron enrolados en las fuerzas armadas. Diversos sectores de la economía, sobre todo la parte agrícola, empezaron a sufrir las consecuencias de que la fuerza laboral emigrara hacia los campos de batalla.

Al «Programa de Importación Temporal de Mano de Obra Mexicana», se le reconoce como el primer periodo de trabajadores braceros. “Racialización utilitaria de los mexicanos” estudia el fenómeno de cuotas por origen nacional, para controlar el crecimiento de grupos étnicos no anglosajones.

Los agentes de inmigración estadounidenses en realidad fijaban políticas de manera discrecional a lo largo de la frontera, con base en las necesidades específicas de empresarios locales y los acuerdos que tuvieran con ellos. Las acciones y prácticas de los agentes de inmigración y la forma de operar de la Patrulla Fronteriza han afectado a los mexicanos siempre, ya que todos reciben un despótico trato de parte de las agencias de inmigración, como sospechosos de ser indocumentados. Operan guiadas por estereotipos de perfil racial.

Otros capítulos se refieren a “Reclutamiento y explotación intensiva de trabajadores agrícolas migratorios.” “Los acuerdos de trabajadores braceros (1942-1964)” “Deportaciones masivas durante el periodo de la Gran Depresión”, así como “Reclutamiento y explotación intensiva de trabajadores agrícolas migratorios.” “Los acuerdos de trabajadores braceros (1942-1964.” Dividido éste en “La Segunda Guerra Mundial y el inicio de los acuerdos de braceros.” y “El Acta de Inmigración y Nacionalidad de 1952.” Así como “La operación Wetback,” integran un muy bien documentado estudio del inicio del sueño y el nacimiento de la pesadilla.

Como estudio histórico considero a este trabajo como ejemplar, máxime que amplía el recorrido hasta los hitos contemporáneos tales como la trágica ley SB 1070 de Arizona, la xenofóba y utilitaria propuesta 187 de California, así como la promulgación del Decreto de Acción Ejecutiva DACA.

A partir del contexto histórico de las leyes y políticas sobre inmigración de los Estados Unidos, podemos observar una historia de violencia, despojos, esclavitud, explotación, injusticia y xenofobia, en un marco de supremacismo blanco que desarrolló una identidad nacional estadounidense excluyente y racista. Prácticamente, todas las administraciones presidenciales que ha tenido Estados Unidos han seguido este modelo.

El Emba confiesa que aunque al empezar a leer este formidable trabajo puso en tela de duda la justeza del título, hacia el final cayó en cuenta de que el texto mismo es el mejor argumento a favor del mismo.

Lo presento, pues, con gran satisfacción y apesadumbrado por la veracidad del enunciado, al tiempo que felicito entusiasta al Maestro García Castro. Misión cumplida.

Saludes

El Emba, empesadillado

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