Estimados lectores de la Revista Electrónica Trimestral “ADE”, órgano informativo y de difusión de la Asociación de Diplomáticos Escritores, con el presente número iniciamos el año 2017, periodo cubierto desde ahora por nubarrones de todo tipo.
Lo normal o natural es iniciar un año con optimismo y esperanzas en los días por venir, así como esperar progresos y mejoras de todo tipo. Desafortunadamente, el panorama luce incierto o francamente negativo, ya sea en los aspectos de la paz internacional y nacional; así como en las perspectivas de crecimiento y de desarrollo. ¿Hasta cuando la sociedad internacional y en particular la mexicana seguirán esperando para lograr las reivindicaciones que los políticos y dirigentes les han ofrecido?
Hablando de producción y de productividad ¿Cómo puede consolidarse una cultura del ahorro, cuando se permite que los bancos en México paguen intereses que en la actualidad no van más allá del 5 o 6% anual y que en cambio otorgan créditos que en el mejor de los casos anda casi al doble?
La llamada “clase política” sigue su serie de desatinos al no tener la suficiente sensibilidad para gobernar y conducir a los pueblos al anhelado estado de bienestar. Por una parte parecen alumnos muy aplicados, que han aprovechado bien las lecciones teóricas sobre economía, finanzas, administración, ciencia política y otras materias y en la práctica lucen como fanáticos de la ortodoxia en el cumplimiento de los conceptos y teorías aprendidos en el aula. Para aparecer como alumnos avanzados de tales teorías y merecer el reconocimiento internacional por las políticas públicas adoptadas en su país, olvidando que fueron elegidos por el pueblo y es a él a quien tienen que servir en cuerpo y alma.
Cambiando la perspectiva trataríamos de ver un mundo más optimista, aunque no sea a corto plazo. Por ejemplo en el ámbito de las Naciones Unidas se informa que: “2015 marcó la fecha límite para la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio y el inicio del proceso de la agenda para el desarrollo y el proceso sobre el cambio climático después de 2015, con sus objetivos finales de erradicar la pobreza, mejorar las condiciones de vida de la población y lograr la rápida transición a una economía baja en emisiones de carbono y resiliente al cambio climático, se refuerzan mutuamente; si se implementan conjuntamente, pueden promover la prosperidad y la seguridad de las generaciones presentes y futuras.
Los Objetivos de Desarrollo del Milenio han sido un gran éxito en muchos sentidos. La tasa de pobreza extrema se ha reducido a la mitad y continúa disminuyendo; más niños que nunca asisten a la escuela primaria; la mortalidad infantil ha disminuido drásticamente; alrededor de 2.600 millones de personas tienen ahora acceso a mejores fuentes de agua potable; las inversiones específicas para luchar contra la malaria, el VIH/SIDA y la tuberculosis han salvado millones de vidas.
Actualmente se están haciendo planes dentro del sistema de las Naciones Unidas para asegurar que los objetivos de desarrollo sostenible se puedan cumplir también. La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible se adoptó en una cumbre de alto nivel en septiembre 2015, donde se presentaron un conjunto de metas de desarrollo sostenible universal, orientadas a la acción, dando lugar a una alianza mundial renovada para el desarrollo, con el respaldo de la sociedad civil, el sector privado, los parlamentarios y la comunidad científica y académica.”
Asimismo, es de desear que los esfuerzos de la ONU y otras instancias internacionales se logre la pacificación de las zonas en conflicto, que la violencia verbal y física disminuya en las relaciones internacionales (la amenaza o el uso de la fuerza) y que todos los esfuerzos se enfoquen al logro de los objetivos señalados en la Agenda 2030 y más allá.
El número actual de ADE ha sido diseñado de la siguiente manera: En el principio se han insertado dos artículos relacionados a la Administración Pública Federal, concretamente con la Secretaría de Relaciones Exteriores y el Servicio Exterior Mexicano. Seguidamente, tres artículos tratan temas relacionados con el comercio, la economía y los energéticos, particularmente hidrocarburos. Finalmente, se cierra con la presentación de dos novedosos trabajos: el primero habla del “derecho a la felicidad” y el segundo, que parece un tanto utópico y que habla de una “renta básica universal.”
I. Como ya es costumbre, después del Editorial (que pocos leen) abre el debate el embajador Enrique Hubbard Urrea, quien en la sección @@Charla Cibernética con el emba…@@ da cabida a sus reflexiones, cavilaciones y confesiones, en un tono poco ortodoxo, como lo muestra el siguiente párrafo: Caminar entre Brumas. “Los saluda el ínclito emba y les desea que este 2017 no se cumplan las terríficas profecías que penden amenazadoras sobre nosotros.”
En el mismo tono continúa el emba: “Dicho esto, me temo que el citado personaje tiene toda la intención de pintar un oscuro panorama, por lo menos en lo que se refiere a la carrera del servicio exterior y sus características. Verán ustedes, durante los últimos 14 meses, el emba intentó influir, empujar, presionar y negociar, desde adentro, algún tipo de mejoría para el estatus de los diplomáticos jubilados, sin que los resultados dejen a nadie satisfecho, menos que a nadie al propio emba. Los acontecimientos se precipitaron y es posible que los esfuerzos de más de un año hayan sido en vano.”
II. Por otra parte, el Dr. Guillermo Gutiérrez Nieto, nos trae el artículo titulado LA DIPLOMACIA MEXICANA: ENTRE LA CONTRIBUCIÓN Y LAS CAPACIDADES, en el que destaca lo siguiente: “Con el inicio del año se concretó en el gabinete de gobierno del presidente Enrique Peña Nieto lo que se anticipó desde hace varios meses: el cambio del titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores. La llegada de Luis Videgaray Caso era algo que los mass media anticiparon y que el mandatario mexicano decidió realizar antes del inicio de la 28 Reunión de Embajadores y Cónsules (28REC). Es el tercer cambio de canciller de la presente administración y el consenso es amplio respecto a que lo motivó la postura internacional que asumirá Estados Unidos como consecuencia de su próximo tiempo político…”
En otra parte de su interesante trabajo Gutiérrez Nieto pone de relieve sus puntos de vista sobre el llamado que hizo al SEM el nuevo Secretario de Relaciones Exteriores: “Todas estas referencias al servicio civil más antiguo de México motivan la reflexión respecto a si es viable conjugar contribución y ejecución en la actual política exterior de México. Y lo que surge de inmediato es reserva, no por el bagaje profesional de los diplomáticos mexicanos de carrera, sino por las limitaciones -en los órdenes presupuestal y de recursos humanos- implícitas en el trabajo que realizan estos servidores públicos, tanto en el exterior, como en la sede de la cancillería. Si bien la contribución en planteamientos y estrategias es algo implícito en la labor que desempeñan cotidianamente todos los miembros del SEM, hay obstáculos inmanentes que dificultan la ejecución de la política exterior de nuestro país. Esos impedimentos son el parámetro que mide la distancia entre la estrategia y su respectiva ejecución, entre la voluntad y la capacidad para lograrlo.”
III. El embajador venezolano Oscar Hernández Bernalette narra su experiencia diplomática y política en el ámbito de la Organización Mundial de Comercio y en el Servicio Exterior de Venezuela. Su contribución para el presente número se titula: LA OMC Y VENEZUELA: UNA OPORTUNIDAD PERDIDA. En dicho trabajo nos explica que “Venezuela es un país miembro de la Organización Mundial de Comercio (OMC) desde el 1°de enero de 1995, luego de haber ingresado al Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT) el 31 de agosto de 1990. Su ingreso a este último esquema normativo de comercio es bastante tardío toda vez que se debió a su incipiente industria y a su condición de país exportador de petróleo, por lo que no le interesaba tener que hacer concesiones dentro del GATT, ya que el petróleo fluía dentro de un esquema de oferta y demanda y sus precios internacionales eran influidos principalmente por las decisiones de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Además, siendo el comercio petrolero el centro de la actividad exportadora del país el acceso al bien y sus derivados eran internacionalmente pechados con aranceles muy bajos y por lo general para aquel entonces no se sometían a barreras arancelarias, como sí lo eran la mayoría de los bienes transables…”
Asimismo, el embajador Hernández Bernalette argumenta en contra de las directrices del gobierno de Hugo Chávez, sobre los trabajos de la OMC y las alianzas realizadas con otros países bolivarianos y caribeños: “LA OMC Y LA REVOLUCIÓN. En el año 1999 llega al poder Hugo Chávez. Para ese momento era difuso cual sería el programa internacional del nuevo Gobierno y la verdadera visión que tenia de la agenda internacional. Ya la misión en Ginebra contaba con un excelente equipo diplomático, en su mayoría especializados en los temas del comercio internacional. No pasó mucho tiempo antes que el proceso se radicalizara (2002) y la actuación de Venezuela en la OMC entrara en un receso y posteriormente en una actuación signada por la confrontación y la crítica permanente al papel del sistema multilateral del comercio y en general de los organismos internacionales. No fue difícil convencer Chávez que la OMC era un club de países ricos.”
IV. Para continuar con una línea relacionada con el comercio mundial, el editor ha rescatado un valioso artículo de nuestro colaborador y amigo Ignacio Ríos Navarro (Qepd), en coautoría con la Lic. Martha P. Camacho de la Vega, cuyo título es el siguiente: PETRÓLEO Y GAS. COOPERACIÓN O DESESTABILIZACIÓN. Que en su introducción nos dice:
“Al término de la Guerra Fría presenciamos escenarios de posibles confrontaciones que no surgen de disputas ideológicas o políticas de poder, sino en torno a la energía y lo relacionado a ella, como son abastecimiento de gas y petróleo y seguridad de las vías para transportarlo. La energía ha pasado a ser uno de los temas de mayor preocupación mundial y el surgimiento de eventuales conflictos pone renovado interés en lugares como el Golfo Pérsico, el Mar Caspio, Nigeria, Angola, Argelia, Sudán, el norte de Siberia, el Mar del Sur de China, Indonesia y América Latina.
Asimismo, el constante florecimiento de las economías de China e India, aunado a la inestabilidad política en el Medio Oriente (Arabia Saudí, Israel, Palestina, Irak), así como en Nigeria, más el conflicto sobre energía nuclear entre la Organización de las Naciones Unidas e Irán, promovido por países miembros de la Organización, ha originado, por una parte, un mayor consumo de petróleo y gas y, por la otra, un constante incremento del precio internacional de estos productos.”
V. Por mi parte, para acompañar a mis dos colegas que me preceden en este campo del conocimiento, me propuse abordar el tema PANORAMA ENERGÉTICO MUNDIAL, en el que describo la problemática de la fluctuación de los precios internacionales de los hidrocarburos, así como las políticas seguidas por algunos gobiernos para formar alianzas, tanto de productores, como de consumidores. De ese modo escribo lo siguiente:
“En el panorama mundial se observa por una parte, esfuerzos para mantener el crecimiento y desarrollo económico observados en la mayor parte de los países en la década pasada. Dicha etapa de relativa “felicidad”, se ha ido diluyendo, por lo que en la actualidad y para el futuro cercano, se esperan tiempos difíciles. Uno de los factores que han incidido de manera importante en la economía mundial, ha sido el incremento desmesurado de los precios de los energéticos, empezando por el petróleo y el gas; sin omitir los incrementos sufridos por los productos derivados de dicho hidrocarburo y finalmente, la electricidad. Dichos costos repercuten directamente en los países que no cuentan con recursos petrolíferos, o con la capacidad tecnológica o financiera para explotarlos, refinarlos y distribuirlos; etapas estas últimas en las que se captan las mayores ganancias. De todas formas, de alguna manera esos precios altos de los energéticos no podían mantenerse por largo tiempo; se han revertido como un “boumerang” y muchos países petroleros han sufrido un alto impacto con los precios bajos a los que llegó el precio del barril de petróleo.”
Por otra parte, cuando algunos países le han dado el trato de cooperación internacional al abastecimiento de petróleo en “términos preferenciales”, lo hacen apegándose a las políticas de la OPEP o bien, argumentando las condiciones del mercado. Es cuando viene al caso preguntarse: ¿Es “el mercado” (ser desalmado y amoral) el que debe de determinar el valor del trabajo y de los bienes producidos por el hombre? Sabemos que no existe una moral internacional que frene la usura del sistema bancario internacional, que fija el precio del dinero a su capricho y conveniencia, por lo que tanto a nivel interno, como internacional las deudas contraídas en un momento, pueden llegar a crecer de tal modo, que resultan impagables. Ojalá que todas estas preguntas sirvieran para reanudar el debate constructivo en torno al devenir de la humanidad. Deberíamos de poder demostrar que “el hombre, no es el lobo del hombre”, como afirmara Thomas Hobbes en su obra “El Leviatán”, en la que sostenía un materialismo mecanicista, tanto de las cosas materiales, como de las naturales, e inclusive, de las espirituales.”
VI. Como se dice al principio del editorial este número está enmarcado al principio con dos artículos sobre el SEM y al final, sobre conceptos y principios legales como el trabajo que nos obsequia el Maestro Raúl Pérez Johnston: ¿POR QUÉ HABLAR DEL DERECHO A LA FELICIDAD?
“Podría parecer que hablar del derecho a la felicidad es algo retórico, producto de discursos políticos o documentos antiguos desprovistos de contenido, o por el contrario, materia de cultivo de intenciones populistas o demagógicas. En cambio, quienes han sostenido este principio, argumentan que se trata de un verdadero derecho humano. Ante tal situación, resulta de importancia, a efecto de abonar a la discusión contemporánea de este tema, analizar con mayor objetividad este concepto. Así pues, tomando en cuenta la naturaleza y extensión de este artículo, nos concentraremos en revisar algunos fundamentos internacionales del derecho a la felicidad con el objeto de determinar hasta dónde vale la pena seguir aportando a la discusión de este derecho en el ámbito interno. Dicho esto, habremos de considerar en primer término, la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre, para después atender a lo que sobre el derecho a la felicidad ha resuelto la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas y finalmente, concluir con el análisis de hasta dónde el Estado Mexicano ha asumido obligaciones internacionales en relación con garantizar el derecho a la felicidad.”
El autor termina su artículo de la siguiente manera: “Ante todo lo previamente establecido, nos parece que lejos de estar en presencia de un debate demagógico o desprovisto de contenido, debemos de empezar a pensar en cómo fortalecer la acción del Estado a efecto de garantizar la felicidad, como un objetivo o derecho humano fundamental.”
VII. Por último, no por menos importante, traemos a los lectores de ADE una aportación más de nuestro escritor invitado el Lic. Ricardo Noguerón Silva, quien aporta su artículo titulado: RENTA BÁSICA UNIVERSAL: EL PRINCIPIO DE UNA SOCIEDAD DEPENDIENTE, SUMISA Y TOTALMENTE CONTROLADA.
En dicho artículo Noguerón Silva expone y desarrolla un tema novedosos para muchos y utópico para otros, pero también explica las razones, así como los pros y los contras: “La renta básica universal (RBU), también conocida como renta básica incondicional, renta básica (RB), ingreso ciudadano (IC), garantía básica del ingreso, universal demogrant o basic income, es una forma de sistema de seguridad social, aún en análisis para su implantación, en la que todos los ciudadanos o residentes de un país reciben regularmente una suma de dinero sin condiciones, ya sea desde un gobierno o alguna otra institución pública, además de cualquier ingreso adicional percibido por cuestiones laborales. Así pues, este dinero lo recibe todo miembro de pleno derecho o residente de la sociedad, incluso si no quiere trabajar de forma remunerada y no se toma en consideración si se es rico o pobre; dicho de otra forma, independientemente de cuáles puedan ser las otras posibles fuentes de ingreso y sin importar con quién conviva.
En pocas palabras, por si la definición oficial no ha sido del todo clara, la Renta Básica Universal se define como el derecho de todo ciudadano y residente del mundo, acreditado a percibir una cantidad periódica que cubra, por lo menos, las necesidades básicas sin que tenga que trabajar por ello.”
EL EDITOR
APM/17/01/2017
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