Estimados lectores, con el presente número de la revista electrónica “ADE” estamos iniciando 18 años de aportaciones de los diplomáticos escritores –y otros invitados-, quienes con gusto han venido compartiendo sus conocimientos acerca de la profesión y sobre la vida misma. Los invito a continuar con nosotros, acompañándonos en esta “aventura literaria” que a nosotros nos produce satisfacciones y esperamos que a ustedes les despierte el interés por saber más de los temas que aquí se tratan y de otros que podrían abordarse.
Al comienzo de un ciclo desde el punto de vista cronológico, los seres humanos solemos reflexionar acerca de dónde venimos y hacia dónde vamos; sobre los acontecimientos pasados y los que están por venir. Lo anterior, nos hace sentirnos parte de la historia, al mismo tiempo que nos reta para pensar en el papel que debemos jugar en el futuro.
Asimismo, tales reflexiones nos llevan a preguntarnos ¿soy el arquitecto de mi propio destino? ¿He formado parte importante de las decisiones que se han tomado para elegir a nuestros gobernantes? Y, ¿habré influido de alguna manera en los planes y proyectos que tales dirigentes políticos se proponen llevar a cabo?
Las respuestas surgirán en la medida que hayamos realmente participado en las elecciones y que nuestro voto haya contado para decidir quienes deberían gobernarnos y la manera cómo deberían hacerlo. ¿Mi voto contó? ¿Ayudó a decidir la contienda, o fue ignorado?
Todo lo anterior se refiere al ámbito interno, a lo acontecido en su propio país, pero en lo referente al entorno mundial ¿estamos conformes con el panorama que se observa? ¿Cómo aceptar pasivamente que gobiernos y organismos internacionales no hayan sido capaces de resolver los conflictos bilaterales y regionales que todavía subsisten? Y de ese mismo modo, podríamos seguir cuestionando los dramas humanitarios que se siguen extendiendo en países como Yemen, Venezuela y otros; así como el grave problema de las migraciones humanas, de los refugiados y sus familias que buscan una vida mejor.
La ciencia y la tecnología muestran avances impresionantes, que en primer lugar benefician a sus poseedores, pero que en su mayoría, no han sido diseñadas para solucionar los principales problemas de la humanidad, como el hambre, la salud, vivienda, trabajo digno y la también necesaria seguridad; sin dejar de lado acceso a la justicia y el disfrute de la paz.
Los integrantes de la Asociación de Diplomáticos Escritores “ADE”, nos unimos a los anhelos, oraciones y pedidos de la humanidad que desea un mundo mejor.
- Con el presente número, en la sección @@Charla Cibernética con el Emba@@ se publica un interesante artículo ligado a las representaciones de México en el exterior, al que el embajador Enrique Hubbard Urrea ha titulado “El Caso de los Empleados Locales. Que Alguien me Explique.” En dicho artículo, retador y provocativo el autor nos dice: “Hola, el emba se hace presente para desearles que el 2019 llegue pletórico de bienestar y prosperidad para todos. Y al grano: se comentó recientemente en una columna política que la cancillería mexicana estaba considerando modificar el sistema para la contratación de empleados locales, según esto para “profesionalizarlo”. Claro que el emba, fiel a su inveterada costumbre de inmiscuirse donde nadie lo llama y contestar preguntas que no le han formulado, cuestiona la nota, aunque podría ser una de esas ya casi míticas “fakenews”. Pero, “porsiaca”, ay les va lo que escribió el ínclito emba.La cosa está así: todas las misiones diplomáticas en y del mundo, contratan empleados locales. Por lo general son trabajadores domésticos, de servicio, o intérpretes que deben hablar su propia lengua y, además, por lo menos, inglés. Así, sabemos de mucamas, amas de llaves, cocineras, choferes, jardineros, etc., que trabajan en embajadas y consulados. Nada extraño es que sus relaciones laborales se rijan por el derecho de su país, pues queda claro que no son nativos del Estado al que pertenece la representación donde trabajan. ¡Peeerooo! Ese no es el caso de los empleados de nuestros consulados en Estados Unidos, como quedará en claro -espero- enseguida…”
- Por su parte, el embajador Leandro Arellano ha trabajado para elaborar un amplio análisis sobre un tema muy debatido, que algunos sectores de opinión han tomado como bandera para criticar de una manera u otra a los gobiernos en turno, por sus decisiones y declaraciones en materia de relaciones bilaterales. El título correspondiente es “Los Principios de la Política Exterior de México en la Actualidad”, en torno a lo cual escribe: Los principios constitucionales.
Comienzo cometiendo tal vez una perogrullada, pero a fin de establecer nuestra intención es ineludible recordar cuáles son los Principios constitucionales de la política exterior de México, desde su más reciente reforma:
- La autodeterminación de los pueblos,
- La no intervención,
- La solución pacífica de las controversias,
- La proscripción de la amenaza o el uso de la fuerza en las relaciones internacionales,
- La igualdad jurídica de los Estados,
- La cooperación internacional para el desarrollo,
- El respeto, la protección y la defensa de los derechos humanos,
- La lucha por la paz y la seguridad internacionales.
Estos Principios están vigentes, son ley, Principios normativos en vigor, lo que los juristas llaman derecho positivo. Ahora bien, con todo y ser disposiciones legales en vigor cabe preguntarse cuál es su valor, cuál su vigencia, en una sociedad y una época caracterizada por el cambio permanente. No se agota el debate entre principistas y pragmáticos, entre quienes defienden un cumplimiento literal, a ultranza, del principio que venga al caso y el de quienes aducen que en aras de un objetivo mayor, México debe actuar con franqueza y decisión en, digamos, la defensa de los derechos humanos. No pocas voces consideran que México no debe opinar siquiera sobre la situación que vive Venezuela, mientras que en el lado opuesto son numerosas las opiniones de quienes recomiendan mayores presiones sobre el gobierno bolivariano…”
- Burocracia Deshumanizada, por Enrique A. Romero Cuevas, quien comparte un tema dramático del Servicio Exterior Mexicano, como una muestra de la insensibilidad que en un momento dado puede adoptar una entidad de la administración pública, como es La Secretaría, con funestas consecuencias. Vayamos a la narración y descripción del caso por parte del autor:
“Un tema que me viene a la mente, y que ocupó días enteros en nuestra labor al interior y también hacia fuera de la representación diplomática, fue el relacionado con el presunto traslado de un compañero miembro del Servicio Exterior Mexicano (SEM) que, según recuerdo, estaba adscrito en Dinamarca y tenía una situación familiar delicada, debido a que su esposa decía no poder soportar los terriblemente gélidos inviernos de Copenhague y que por tanto lo dejó solo allá y le exigió conseguir otro país con clima menos agresivo.Armando Alvarado era su nombre y según recuerdo era tercer o segundo secretario del SEM. Curiosamente, yo lo conocí cuando aún me encontraba estudiando en la FCPS de la UNAM siendo él mayor que yo, calculo que por algo así como 5 años, pero era amigo de la hermana mayor de mi novia en esa época, y fue así como en varias ocasiones estuvimos juntos en reuniones y festejos. Pero la verdad es que le había perdido completamente la pista, incluso a su existencia y, desde luego, a que se había convertido en miembro de carrera del SEM años después de yo hacerlo.Supe nuevamente de él, cuando el embajador Ernesto Madero me comentó, en uno de sus frecuentes regresos de nuestra capital, que Alvarado lo había buscado para ofrecerse venir a Cuba -no a todos les resultaba atractivo el puesto- y para pedirle su apoyo ante la dirección del servicio exterior, y agregó que le había dicho que estaríamos encantados de tenerlo en la embajada, pero que era difícil obtener apoyo oficial para ello, sobre todo porque su comisión en Dinamarca no llegaba aún a dos años, lo que hacía improbable que pudiese concretarse el traslado, pues la secretaría de relaciones exteriores tenía como política que las comisiones de los miembros de las ramas diplomática y consular -hoy unidas en una sola- tuviesen una duración mínima de tres años, a menos que circunstancias extraordinarias la hicieran reducirlas. Recordé el nombre y comenté con don Ernesto que tenía yo buena impresión de él, cuya profesión era licenciado en Derecho y que lo recordaba como emprendedor de actividades en el terreno cultural…”
- John Reed. Un insurgente en México, es el documento de investigación histórica que Everardo Suárez Amezcua nos obsequia en este año nuevo y representa una verdadera aportación al acervo bibliográfico de la revista electrónica trimestral “ADE”, la cual agradecemos. Dejemos que el autor mismo nos introduzca al tema con el siguiente pensamiento:
“Decía que se llamaba John Reed
y Villa lo quería bien. Tan bien lo
quería que le dejaba subir y andar
de arriba pá abajo en el tren de
vanguardia.”
Paco Ignacio Taibo II.La introducción:
“La historia de México registra la presencia de numerosos personajes extranjeros que participaron en capítulos o episodios de suma importancia para el país. Esos extranjeros aportaron sus esfuerzos, conocimientos y hasta sacrificios a las mejores causas de la nación, distinguiéndose en los planos militar, político, social e intelectual.
Francisco Javier Mina, de origen navarro, fue un militar y estratega que participó en la guerra de independencia, formando parte del bando insurgente, distinguiéndose en las campañas que tuvieron lugar en el centro del país, principalmente en Guanajuato y San Luis Potosí durante 1814. El capitán John O´Reilly, irlandés, fue el comandante del Batallón de San Patricio, contingente de voluntarios irlandeses que formaron parte del ejército mexicano durante la guerra con los Estados Unidos. Don Pedro Santacilia, nacido en Cuba, fue secretario particular del presidente Benito Juárez, además de su yerno. Acompañó al presidente durante la guerra de intervención francesa y la restauración de la república, siempre demostró su compromiso con la causa republicana y con los intereses del país…”
- El que esto escribe se vio obligado a insertar unas cuantas líneas extras (cuartillas), para completar el mínimo necesario que acostumbramos publicar en ADE, pues para algunos escritores o colaboradores el “año empieza frío” y necesitan tiempo para entrar en calor. De todas formas, yo he venido escribiendo algunas cosas que quiero compartir con nuestros lectores, no todas son investigaciones rigurosas, o exposiciones académicas, sino que se trata en este caso, de compartir ideas, sentimientos, deseos y aspiraciones. En ese sentido espero se entienda la presente aportación. “Mi México: Percepciones.”“Introducción. Como escribí en ocasiones anteriores, soy un ciudadano mexicano nacido casi a la mitad del siglo XX, en el apogeo de la fatídica 2ª Guerra Mundial y al estar cercano a cumplir dos décadas del XXI, puedo afirmar que soy un “hombre de dos siglos”.En virtud de lo anterior, me considero un testigo de la historia y puedo hablar de lo que he percibido en el mundo que me rodea y un poco más allá, gracias a los estudios realizados y al privilegio de haber abrazado primero la carrera magisterial y después la profesión diplomática, lo que me concedió la oportunidad de conocer mi país de origen, así como otras realidades. Lo anterior no quiere decir que los lectores y demás ciudadanos no puedan tener sus propias percepciones, conocimientos, o experiencias, que deben de ser muy válidas y respetadas. Para no dispersarme sobre lo que he percibido del “mundo actual”, me concentraré en tratar de compartir mis impresiones sobre mi país, sobre todo de los tiempos recientes: “Cuando se inició el Siglo XXI yo veía con optimismo el futuro de México, pensaba que era el momento de despegar y de alcanzar para toda la población los índices de bienestar por los que sucesivos gobiernos habían venido “luchando” en forma declarativa, pero que en los hechos, se avanzaba poco en ciertos sectores y se retrocedía en otros.”Una de las bases para mostrarme optimista sobre el futuro, fue la elección en el año 2000 de un presidente de la República Mexicana de un partido distinto al que nos había gobernado durante más de 70 años; la “alternancia” al decir de muchos politólogos era la medicina que iba a establecer una competencia por hacer las cosas mejor que los otros, para merecer el apoyo de los votantes. La triste realidad ha sido que nuestros políticos no estuvieron a la altura del reto y de la oportunidad que se les presentaba, en lugar de ayudar a la solución de los problemas ancestrales de nuestra sociedad, se dedicaron a entorpecer las acciones del partido en el poder, centraron sus mayores esfuerzos en no dejar gobernar y como “francotiradores” a dispararle a todo lo que pareciera progreso, avances y mejoras: “porque iba en contra de sus intereses partidarios, mezquinos y egoístas”…
- El ministro y del Servicio Exterior Mexicano, Víctor Hugo Ramírez Lavalle nos ofrece un artículo que profundiza en asuntos de la política exterior, bilateral y multilateral, en la que se confrontan principalmente dos potencias mundiales, los Estados Unidos y Rusia; sin olvidar otras potencias hegemónicas. El encabezado de su trabajo es el siguiente: “La Globalización de la Unilateralidad Estadounidense.”En base a lo anterior, el autor nos obsequia con lo siguiente: Los Estados Unidos de América han instaurado una política exterior agresiva y la mayoría de las veces impredecible, política que está basada en un intervencionismo desestabilizador, mismo que es caracterizado por largos pasajes de soberbia, caprichos irreverentes y decisiones políticas poco sensatas. Mediante este accionar -incomprensible para la mayoría del mundo-, el actual gobierno estadounidense trata de retener o apoderarse de todo lo que a su entender son o pueden ser sus intereses nacionales alrededor del planeta, sin tomar en consideración si sus intereses afectan por igual a los amigos, socios o competidores. Todo parece indicar que esta “nueva geopolítica” estadounidense está dirigida a quebrantar sin miramientos el precario equilibrio mundial y, con ello la paz y la seguridad internacional, destruyendo nuevamente la principal base de la convivencia mundial: el Derecho Internacional.Para alcanzar estos objetivos, los estadounidenses no han dudado en abrir una serie de frentes de confrontación, que van desde decisiones y acciones políticas que han hecho a un lado problemas universales de beneficio global e inclusive, tratados o acuerdos que estaban constituidos en una detente de la proliferación armamentista y nuclear; el incremento de movimientos e intervenciones militares sin autorización del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU); así como la estructuración de un nuevo orden comercial con características proteccionistas, donde ha insertado el fortalecimiento de una guerra comercial que incluye amenazas y sanciones unilaterales en los campos económico, comercial, petrolero, etc., sin olvidar el hacer valer por la fuerza sus leyes internas en el ámbito internacional, haciendo retroceder al mundo a lo peor de la época de la Guerra Fría…”
- El Consejero del SEM, Guillermo Gutiérrez Nieto, aporta a este primer número del año conceptos importantes sobre asuntos de ciencia y tecnología, concretamente nos trae el artículo titulado “México y el cambio Tecnológico Acelerado.” En dicho trabajo asegura:
“Durante muchos años uno de los temas implícitos en la agenda de política exterior de nuestro país fue el de la ciencia, la tecnología y la innovación (CTI). No obstante, este asunto ha ido tomando carta de naturalidad y actualmente se plantea como un asunto prioritario sobre el cual México ha ratificado la cooperación internacional como una de sus fortalezas y ha llamado la atención sobre los efectos que tiene, y seguirá teniendo, una de sus vertientes: el cambio tecnológico acelerado.
Es cierto que la postura mexicana sobre asuntos de CTI es de viejo cuño tanto al interior de la UNESCO, máximo organismo internacional responsable del análisis y seguimiento de estos asuntos, como de otros órganos internacionales especializados: la Comisión sobre Ciencia y Tecnología para el Desarrollo de las Naciones Unidas, el Departamento de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Organización de Estados Americanos, o el Programa Iberoamericano de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo, por mencionar algunos. Sin embargo, es durante la última década que México se ha convertido en un importante actor internacional que busca de soluciones y estrategias sobre la evolución y el impacto de la CTI.
En 2016 se planteó el tema del cambio tecnológico acelerado al interior de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), a fin de encontrar una ruta de atención a un fenómeno con repercusiones innegables en ámbitos como el futuro del trabajo, el cambio climático y el bienestar social…”
- Finalmente, el editor quiere compartir con todos nuestros amigos, una narración sobre un pasaje de su vida profesional al iniciarse en el SEM. “La Vida en un Suspiro”: “En mi primer nombramiento en el exterior fui asignado para trabajar en la Embajada de México en Guatemala, a donde llegué en mayo de 1973 lleno de ilusiones, sin pensar que en un trabajo tan noble podría llegar a enfrentar algún peligro que pusiera en riesgo la vida. Estaba consciente de que la sociedad guatemalteca sufría los enfrentamientos que se producían entre el ejército y la guerrilla de dicho país, pero en apariencia eso no trascendía a ciertas esferas, como el llamado “cuerpo diplomático”; aunque no estábamos exentos de tener que resolver algunos casos de solicitudes de asilo diplomático, que en ciertos casos, pueden llegar a tornarse violentos, como el que ocurrió en la Embajada de España varios años después de mi estancia en este país.EN CIERTAS OCASIONES LA VIDA NO VALE NADA. Con la presente narración pretendo compartir un acontecimiento fortuito si se quiere, en el que fui involucrado por estar a cargo temporalmente de los asuntos culturales de la embajada. A mediados del año 1974, se organizó la presentación de una exposición de pintores mexicanos en la segunda ciudad capital en importancia de Guatemala, Quezaltenango, cuyo nombre significa “bajo la muralla del quetzal” o Xelajú, ubicada en un valle montañoso, a una altura de 2333 metros sobre el nivel del mar; para lo cual contamos con una sala de exhibición de la Posada “Bonifaz”, cuyo dueño se desempeñaba como Cónsul Honorario de México…”
- Burocracia Deshumanizada, por Enrique A. Romero Cuevas, quien comparte un tema dramático del Servicio Exterior Mexicano, como una muestra de la insensibilidad que en un momento dado puede adoptar una entidad de la administración pública, como es La Secretaría, con funestas consecuencias. Vayamos a la narración y descripción del caso por parte del autor:
EL EDITOR/APM/14/01/2019
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