Estimados lectores de la Revista Electrónica Trimestral “ADE”, de la Asociación de Diplomáticos Escritores, me es grato transmitirles que, con el gusto de siempre, los diplomáticos mexicanos y otros colegas, nos seguimos esforzando para compartir ricas experiencias en el campo de la profesión diplomática, así como también de las relaciones con los países y sociedades donde hemos tenido la suerte de representar a nuestro país.
Asimismo, por este medio expresamos nuestro pesar por las acciones humanas que degradan nuestra existencia de diferentes maneras, ya sea creando e impulsando conflictos armados, distorsionando las condiciones económicas y sociales para beneficios de unos cuantos y, sometiendo e imponiendo a ciertos pueblos, sistemas autoritarios o francamente dictatoriales, que conllevan el enfrentamiento social y el deterioro de sus condiciones de vida.
El asunto de las migraciones forma parte de la historia de la humanidad y durante su evolución no ha dejado de manifestarse. En un principio, la necesidad de buscar lugares más seguros para protegerse de los elementos de la naturaleza, así como para asegurarse la alimentación, eran motivos suficientes para emigrar. Posteriormente, las guerras y conflictos de diferente origen como el odio racial, o la intolerancia a otras creencias o formas de pensar, también han provocado que las personas de bien, amantes de la paz busquen refugio en otros lugares.
En la vida actual y en el ámbito interno en la mayoría de los países se han puesto en práctica sistemas democráticos para elegir a sus representantes, a sus líderes o guías; no obstante, el algunos las asociaciones políticas o partidos, han viciado algunos principios con el propósito principal de continuar en el poder, hasta buscar eternizarse para provecho de una parte de la población; llegando a la adopción de medidas ilegales y dictatoriales para alcanzar sus objetivos. Los resultados: enfrentamiento social, desquiciamiento del sistema productivo, pauperización de la sociedad y una mayor migración hacia el exterior. A lo anterior, habría que agregar la falta de oportunidades para llevar una vida digna, un sistema de explotación de la fuerza laboral (bajos salarios), inseguridad y ausencia de justicia. Todo ello impulsa a las personas a buscar otros horizontes para una vida mejor.
Con el presente número de ADE varios colegas abordan algunos de los aspectos arriba mencionados, incluyendo el fenómeno de las “caravanas de migrantes”, sus orígenes, causas y consecuencias que se muestran a su paso por varios países, desde su origen, hasta su destino.
Nuestro acostumbrado colaborador, escritor de diferentes obras y contador de historias reales o inventadas, el embajador mexicano Enrique Hubbard Urrea, nos trae un relato sobre su estancia en Sao Paulo Brasil, donde estuvo acreditado como Cónsul. Damos paso a una parte de su narración, la cual forma parte de su libro “DIPLOMATA”, recientemente presentado: I. @@Charla Cibernética con el Emba: Portugués VS Español@@.
“Para nadie es secreto que el portugués es una especie de español antiguo que se entiende perfectamente con sólo hablar pausadamente. Al menos eso creíamos nosotros al llegar a São Paulo, pero la realidad resultó ser muy distinta. Hay muchas palabras que se escriben y pronuncian igual pero significan lo contrario y esa fue la primera y sorprendente impresión.
Doña Susana, la secretaria del titular en el Consulado General de México – yo, pues – una uruguaya muy culta y distinguida que con su esposo habían tenido que exilarse cuando se entronó allá una dictadura militar, fue la primera maestra. Nos advirtió acerca de las ignotas contradicciones. “Oiga cónsul”, me dijo en una ocasión, “escuché que felicitó a la anfitriona en la comida del otro día diciendo que todo había estado exquisito, pero eso significa aquí algo raro, extraño, casi feo”. No lo podía creer. En todas las lenguas romances, hasta en inglés, exquisito significa lo mismo: delicioso, sabroso, agradable; en todos los idiomas menos en portugués. También me advirtió Susana que lo que acaba de proponer al abogado del consulado era una barbaridad, pues cuando me informó el tribuno que había una demanda laboral pendiente me pareció lógico preguntar si podíamos “transar”, pero Susana me aclaró que eso significaba en portugués “hacer el amor”; igual que “trepar”. ¡Recórcholis!, aquello se ponía cada vez peor…”
Nuestra publicación se engalana con la presentación de una obra de carácter histórico, elaborada por el acucioso investigador, catedrático y diplomático mexicano, el embajador Hermilo López-Bassols, quien nos ofrece un bocado de tan excelente trabajo. HISTORIA DIPLOMÁTICA DE MÉXICO. VOLUMEN II EL PORFIRIATO (1876-1911):
“Prólogo. Esta obra es el segundo volumen de Historia Diplomática de México, el primero, De la reforma liberal y la defensa de la República a la consolidación de la soberanía (1855-1876), cubre el periodo que va desde el estallido de la revolución de Ayutla hasta el final del gobierno de Lerdo de Tejada. Como todos los proyectos históricos, la elaboración de éste sufrió modificaciones desde su estructura y contenido hasta su identidad misma. Escoger implica discriminar. En un primer momento, la continuación del primer tomo fue pensada como una obra de mayor extensión que abarcara la historia diplomática de México desde el Porfiriato hasta el fin del sexenio de Lázaro Cárdenas. Así, la obra analizaría la evolución de la política exterior de la Revolución Mexicana tanto en su etapa de lucha armada, como en la formativa e institucional. Elaborar un relato de esta naturaleza implicaba, además de un trabajo muy prolongado, un intenso esfuerzo investigativo para explicar los motivos del estallido de un movimiento social tan complejo. Por otro lado, la continuidad histórica de la obra exigía hacer hincapié en comprender el extenso periodo del Porfiriato —no solamente en la última etapa— y continuar con veinte años más de política exterior compuesta por características, personajes y momentos diversos.
La comprensión y mejora de nuestras realidades actuales es imposible sin el conocimiento a profundidad de la historia, es decir, de las causas y procesos que les dieron origen. Así, el México moderno es incomprensible sin entender la Revolución Mexicana. Empero, la Revolución misma es un proceso complejo. Por su naturaleza transformadora y catártica, sus raíces ideológicas se encuentran fundadas en contraposición a un estado de cosas anterior. Y ese estado de cosas, esa realidad anterior, es el Porfiriato. Éste, como antítesis de la Revolución, resulta también su complemento y su primera razón de ser. La evolución de nuestro país durante ese periodo marcó de forma estructural a la Nación y permitió el desarrollo de las fuerzas y las ideologías que dieron pie a la lucha armada por las reivindicaciones de los derechos colectivos y la reorganización del Estado. Lo mismo sucedió con la política exterior revolucionaria, que surgió como una respuesta, por un lado, del apremiante estado del país, y por el otro, como una refutación antitética de la política exterior porfiriana. Así, resultaría ingenuo tratar de explicar de manera amplia los fines y procesos de la Revolución sin antes referirse al Porfiriato como el momento formativo de los reclamos populares. Es por esto que, de pensar inicialmente en dedicarse sólo a los diez últimos años del Porfiriato, se tomó la decisión de consagrar el estudio de este volumen exclusivamente al análisis de esos treinta años fundamentales para México…”
Por otra parte, como antes se dice el tema de la migración es abordado por el embajador Leandro Arellano, a cuyo trabajo le titula III. Entre muros y caravanas:
“Globalidad y migración
Hace algunos lustros se celebraba en casi todas partes el arribo y encumbramiento de la globalización. Se asumía con euforia el hecho de que gracias a la conclusión de la “Guerra Fría”, sobre todo, pero en parte también y de modo menos consciente al desarrollo de nuevas tecnologías, el mundo ingresaba a una época de paz. La humanidad estaba plenamente conectada a través de varios conductos: imágenes, sonidos, comunicaciones, movilidad, etcétera y, muy importante, la población mundial tenía conciencia de vivir –digamos- en tiempo real. La crónica de la Guerra del Golfo no la leímos en la prensa del día siguiente: la vimos por televisión cuando ocurría y desde que se desató.
Un académico reconocido mundialmente (el profesor Francis Fukuyama) llegó a afirmar que acabada la Guerra Fría, concluida la rivalidad y la disputa ideológica Este – Oeste, el universo había llegado al fin de la historia y a futuro la humanidad viviría en paz y sin contratiempos de consideración.
Esa perspectiva pronto se desvaneció. Más temprano que tarde comenzaron a emerger aquí y allá signos, señales visibles de que algo no marchaba como debía. La más ruidosa, la más aparatosa y cruenta de esas señales ocurrió en la ciudad de Nueva York el 11 de septiembre de 2001, con el derribamiento de las emblemáticas Torres gemelas, perpetrado por terroristas musulmanes.
Pero igualmente graves y dolorosas, complejas y profundas, otras señales crecían de modo silencioso y patético. Uno de esos fenómenos fue la generalización y desbordamiento de la migración mundial…”
Con el presente número damos la más cordial bienvenida a un miembro distinguido del Servicio Exterior Mexicano (SEM), el embajador eminente Jorge Castro-Valle Kuehne, quien nos muestra una semblanza sobre su vida como estudiante y su ingreso al SEM. IV. EL “FACTOR GERMANO” EN MI CARRERA DIPLOMÁTICA, es el título de su aportación:
“A pesar del origen alemán de mi apellido materno – Kuehne –, el idioma de Goethe y Schiller se perdió en mi familia por varias generaciones hasta que yo lo recuperé, de manera fortuita, en 1965.
En enero de ese año, por una recomendación de la embajada de México en Austria, a cargo de Doña Amalia González Caballero de Castillo Ledón, destacada feminista y primera mujer embajadora en nuestra historia diplomática, mis padres me inscribieron en un renombrado colegio austriaco, Theresianische Akademie, mejor conocido como Theresianum. La experiencia de ser uno de los pocos alumnos extranjeros en ese estricto internado, y sin saber una palabra de alemán, tuvo una influencia muy importante en mi vida y trayectoria profesional.
El dominio del alemán, adquirido durante ocho años de estudio en el Theresianum y cuatro años adicionales como estudiante universitario y colaborador de nuestra embajada en Viena, habría de tener un impacto determinante en mi carrera en el Servicio Exterior Mexicano (SEM).
En resumidas cuentas, me convertí, hasta donde tengo conocimiento, en el único miembro del SEM en haber estado acreditado como diplomático en todos los países de habla alemana: canciller en Austria (1973-1976); encargado de negocios ad hoc en la ex República Democrática Alemana (1990); embajador en la República Federal de Alemania (2003-2009); y embajador en Suiza, concurrente ante Liechtenstein (2013-2017)…”
V. “La Delgada Línea”, es el título del artículo escrito por el embajador Sergio J. Romero Cuevas, enfocado a un asunto muy importante de la política exterior de México, algunos de los principios consagrados en el artículo 89 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos:
“Una delgada línea separa el cumplimiento de los Principios Constitucionales de Política Exterior –especialmente el de la No Intervención y Autodeterminación de los Pueblos–, de su incumplimiento, en especial el caso de la situación que vive Venezuela desde hace varios años, asediada por el intervencionismo ilegal de los Estados Unidos de América y los gobiernos que se han alineado detrás de su agresiva política.
En efecto, México, desde el inicio del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, se ha pronunciado por la necesidad de una salida negociada al conflicto interno que aflige a ese país hermano. Se agrega que no son aceptables soluciones violentas, ni tampoco una intervención militar extranjera. ¡Eso está muy bien!
Sin embargo, en declaraciones del subsecretario encargado del área latinoamericana y caribeña, reproducidas en medios de comunicación, se añade que México mantiene una posición “equidistante” (sic) queriendo decir que no apoyamos ni al gobierno ni a la oposición. ¡Eso está muy mal!
Es aquí precisamente en donde se encuentra esa delgada línea. Veamos: México mantiene relaciones diplomáticas normales con el gobierno de Nicolás Maduro, quien a invitación expresa del nuevo gobierno asistió a la toma de posesión de nuestro presidente, y el encargado de negocios de México en Caracas, a la del mandatario venezolano. Además, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) reconoce y acepta al representante del gobierno de Maduro como el único representante del Estado venezolano ante ella…”
VI. “INCURSIONES FILIBUSTERAS EN MÉXICO,” por Everardo Suárez Amezcua, es una investigación histórica que nos lleva a transitar por los caminos de personajes que han ocupado la atención de escritores y productores cinematográficos que nos presentan algunos corsarios o piratas buenos y otros de plano feroces. De todas formas, sus apuntes son materiales útiles para los interesados en estos temas, en particular los que se relacionan con nuestro país. Veamos lo que nos dice el embajador Suárez:
“Una constante en la historia de México fue la serie de agresiones e intervenciones armadas provenientes del exterior. Algunas de estas tuvieron forma de conflictos y guerras contra otros países, como fue el caso de la primera guerra de intervención francesa en los años 1838-1839, la guerra contra los Estados Unidos en 1846-1847 o la segunda guerra de intervención francesa durante los años 1862-1867. Otra forma de agresión ocurrió con las expediciones militares como la que envió España en septiembre de 1829, compuesta por 3,500 hombres al mando del general Isidro Barradas, para tratar de volver a imponer el régimen colonial en la naciente república mexicana.
Otra expedición fue la llamada punitiva que enviaron los Estados Unidos a Chihuahua con el pretexto de capturar al general Francisco Villa. El operativo transcurrió de marzo de 1916 a febrero de 1917 y agrupó a 15,000 soldados. La ocupación de los puertos de Veracruz y Tampico por parte de la armada norteamericana de abril a noviembre de 1914, movilizando a 4,000 soldados e infantes de marina, fue otra agresión que se llevó a cabo sin mediar un estado de guerra. En ambos casos fueron acciones militares de corte unilateral por parte del gobierno de los Estados Unidos.
La Nueva España primero y luego el México independiente sufrieron las incursiones y los ataques de piratas y bucaneros que azotaron los puertos de Veracruz y Campeche en el Golfo de México y de Acapulco y San Blas en el Pacífico durante los siglos XVII y XVIII. A principios del siglo XIX y aún antes de la independencia las agresiones estuvieron a cargo de filibusteros, mercenarios y aventureros que buscaban fortuna con la ocupación de territorios y la explotación de la minería principalmente.
En esta parte resulta de interés destacar que según el profesor Joseph A. Stout, académico de la Texas Christian University, autor del libro “Schemers and Dreamers: Filibustering in Mexico 1848-1921”, editado en 2002, el término de filibustero proviene de la expresión holandesa “vribuiter” (“freeboter” en inglés y “filibustier” en francés) y se empleaba originalmente para referirse a un bucanero o corsario en busca de botín. En los Estados Unidos, a partir de 1850, se empezó a utilizar para referirse a una expedición organizada y patrocinada ilegalmente por intereses particulares, en territorio neutral, para participar en acciones bélicas en países vecinos. La expresión también hacía referencia a los integrantes de esas expediciones y a las naves en que viajaban…”
VII. EJES DE LA RELACIÓN MÉXICO-ESTADOS UNIDOS: MIGRACIÓN, NARCOTRÁFICO, TERRORISMO Y SEGURIDAD NACIONAL, elaborado por el catedrático y diplomático mexicano Víctor Hugo Ramírez Lavalle, cuyo análisis va más allá de simples señalamientos o críticas, dado que se adentra en propuestas que sustentan su dicho:
“La seguridad nacional en el Continente Americano tiene gran cantidad de elementos a debatir, mismos que van desde los condicionantes históricos, los geográficos, los políticos, los doctrinarios, hasta los propiamente militares pero, particularmente, es el predomino estadounidense como potencia geopolítica en el plano militar, que le permite imponer sus razonamientos de acuerdo con sus intereses y, por lo tanto, acentuar doctrinas como la Monroe (1823), a postulados como el Destino Manifiesto (1840), hasta la “obligación” latinoamericana y caribeña de apoyar su guerra contra el terrorismo a partir de 2001.
Este accionar unilateral estadounidense va de acuerdo a planes políticos, económicos y militares para cada nación y región del Continente Americano según la importancia que ese país da a cada Estado o zona, dependiendo también de su cercanía o lejanía geográfica, los intereses comerciales, recursos naturales y humanos, e incluso intereses y valores político morales.
En el caso específico de México, todos los elementos mencionados tienen una amplia connotación, empezando por su vecindad geográfica, de la cual si bien se ha venido desprendiendo un proceso cada vez más consolidado de interdependencia-vulnerabilidad en los ámbitos económico-comercial y de seguridad, México no ha sabido explotar las debilidades de ese país, lo cual es aprovechado por los EUA.
Partiendo de este enfoque, hay que destacar que México no tiene un concepto propio de seguridad internacional, ya que no obstante que ha coadyuvado en su elaboración, firmado y ratificado infinidad de instrumentos globales en la materia, siempre ha inscrito su accionar hacia su interior, es decir, solamente considera la seguridad como parte única de la defensa a su soberanía nacional (con una visión principista y defensiva); mientras que en el contexto mundial, el derecho internacional ha sido su principal instrumento de acción y, desde luego, su primera y última defensa ante los estadounidenses…”
VIII. MÉXICO Y LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL (IA), NECESARIA SINTONÍA INTERNACIONAL, por Guillermo Gutiérrez Nieto, Consejero del Servicio Exterior Mexicano, actualmente adscrito a la Misión Permanente de México ante la OCDE, encargado de los Asuntos de Ciencia y Tecnología, quien se adentra en los vericuetos de actualidad que interesan a nuestro país:
“En la actual conformación de prioridades internacionales, además del comportamiento sustentado en los principios, el gobierno de México ha determinado que: “nuestro país continuará incidiendo en la atención de los retos y problemas globales, mediante una activa política exterior multilateral en los distintos foros, organizaciones y mecanismos” (Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024).
En el breve lapso de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, este compromiso se ha llevado a la práctica a través de las seis representaciones con las que México ejecuta su política exterior ante los organismos internacionales. Hasta ahora predominan en este ámbito asuntos como la migración, el medio ambiente y los derechos humanos, aunque de forma paralela se ha mantenido una postura firme respecto a las tecnologías emergentes.
Es precisamente en este ámbito -que comprende manifestaciones como la digitalización, la robótica, el Internet de las Cosas, la nanotecnología, la biotecnología, la impresión en 3D y la realidad virtual, entre otras-, donde sobresale la inteligencia artificial (IA), tema respecto al cual la UNESCO, la OCDE y el G20, todos foros donde México es un actor fundamental, se han manifestado recientemente y sobre el cual es apremiante una estrategia nacional.
1. La IA en los ámbitos multilaterales
En mayo pasado la UNESCO publicó el Consenso de Beijing sobre la Inteligencia Artificial (IA) y la Educación, convirtiéndose en el primer documento con consejos y recomendaciones sobre cómo maximizar el uso de la IA con miras a la consecución de la Agenda 2030 en materia de Educación. Este consenso fue consecuencia de la Declaración de Qingdao 2015, mediante la cual los Estados Miembros de la UNESCO se comprometieron a sacar provecho de manera eficaz de las tecnologías emergentes con miras a la consecución de objetivos en educación…”
Para cerrar la entrega del presente número 71 de ADE, el que esto escribe se ocupó de un tema recurrente en las comunicaciones entre mandatarios, como es el uso del Twitter y otras formas similares para comunicarse, e inclusive, para dar instrucciones o lanzar amenazas contra otros gobiernos. IX. UN PÁJARO NOS AMENAZA, en cuyo contenido expreso lo siguiente:
“Avizorando el siglo XXI los medios electrónicos como internet, fueron facilitando la creación y difusión de páginas web y blogs; tanto individuales, como de empresas, instituciones y “redes sociales”. Dicho fenómeno con el paso de los años ha proliferado y se ha vuelto un “medio de comunicación” fácil, rápido y relativamente al alcance de todos los presupuestos. Por esa razón, comerciantes, políticos, gobernantes y público en general, se han sumado a ese sector, aprovechando la aparición de redes públicas como Twitter, Facebook, Linkedin y Google, entre otros, los que suman varios millones de usuarios.
La comunicación y la información por dichos medios se difunden instantáneamente y no ofrecen tiempo para la reflexión acerca de lo escrito; así como tampoco el suficiente espacio para explicar un asunto o algún tema de fondo (salvo excepciones). Principalmente por ese motivo, ha venido surgiendo un lenguaje distinto al idioma que se habla en casa, en la escuela, o en el trabajo. Se abrevian las palabras, se sustituyen con símbolos, o se deja a medias la idea. Asimismo, se recurre a los llamados “emoticones”, “íconos” y otros símbolos, para señalar que te gusta, te desagrada y otros. Inclusive, en las prisas se omite la revisión y la corrección ortográfica, sin mencionar la sintaxis, inexistente en buena parte de los mensajes.
Como resultado de lo anterior, los partidos políticos y muchos gobernantes, se han dado a la tarea de “aprovechar” esos medios para estar en contacto con “su pueblo” y dar la imagen de acercamiento y contacto cotidiano. Algunos Jefes de Estado y de Gobierno, han decidido tomar esa vía de contacto público; al grado que en la actualidad, antes que un comunicado oficial de la presidencia o de las oficinas encargadas de difundir las noticias de los gobiernos, el máximo responsable de la administración transmite sus mensajes breves; en los cuales abordan asuntos de todo tipo: desde felicitar a un deportista por sus logros, expresar sentimientos de pésame, hasta anunciar una obra realizada por su gobierno. Las prisas por ser los primeros en hacerse presentes.
Dicha práctica de comunicación con sus gobernados pareciera normal y hasta deseable, siempre que fuera completamente comprensible y que el mandatario en turno no se pusiera como ejemplo del “mal escribir”, al verse obligado a emplear el lenguaje a que antes se hace referencia. Un Jefe de Estado o de Gobierno que no escriba correctamente el idioma del país que representa, le está restando valor a lo que se enseña en el hogar y en las aulas escolares…”
EL EDITOR APM/8/O7/2019
Dejar una contestacion