ACAPULCO UMBRÍO. Por Leandro Arellano

                                          A los Ninis acapulqueños

La dicha comienza bajo tu firmamento añil, en los bordes de tu arena. Tu solo nombre convoca y estimula, imagen de una visión iluminada. Todo color en ti rebosa exuberante: el azul acuático o celeste, el esmeralda, el ámbar. Tu naturaleza revela la belleza exponencial de los elementos. Invoquemos la generosa luz de tu existencia. A tu saber que dispone de las distintas maneras del ocio. Arriban a ti en mareas inquietas, afanes y proyectos, anhelos y fracasos, cobijados en sonrisas y cocteles. El señorío de tu esplendor te fue asignado por designios olmecas en tono de alabanza. El cómplice arco iris clama ufano en los suburbios de tus formas terrenales.

     Te ha abrumado el infortunio, con el desatino de Otis. Descargó sobre ti ventarrones, tempestades, avalanchas y ráfagas de todas las tallas. Su violencia excedió los registros legendarios. El perfil de tus contornos fue desdibujado. Nadie cita tu nombre sin conmiseración. La arena de tus playas se conduele y lo lamentan el sol, el mar, el aire, la bahía, no pocos pobladores y constantes amistades. Todo por ti ahora se contrista. Hasta que amanezca.

 

Autor: Leandro Arellano R.

San Miguel de Allende, Guanajuato, diciembre de 2023.

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